Alejandro Bermejo, el tipo bueno que la política le dio a Mendoza

El senador y ex intendente de Maipú murió este miércoles. Cómo era el "Pulga", un peronista clásico que conversaba con todos, y que amaba estar con la gente.

Alejandro Bermejo, el tipo bueno que la política le dio a Mendoza

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

El 6 de septiembre del año pasado, noche aún fresca con el invierno que se iba, el "Ale" Bermejo nos invitó a un asado en su casa. Políticos y periodistas no hablamos de estas reuniones en las que el off the record es sagrado. No contamos quiénes van, ni de qué se habla. Pero la muerte temprana y sorprendente del "Pulga", como le decían, me libera del secreto: Alejandro se olvidó de comprar el pan. Peor aún, había sólo dos bollitos para las cuatro personas que estábamos allí. No puedo certificar que haya sido pan del día. Y los comercios de su barrio ya estaban cerrados. Esa noche vi a alguien saborear un "choripán" de galletitas Criollitas. Inolvidable. Al Alejandro lo gastamos por meses por tal omisión. Esa noche y harto de las bromas, me reclamó "¡Para qué querés pan, estás gordo!" Por supuesto, la charla política fue tan o más sabrosa que el asado. Por esos días, apenas ocho meses atrás, "el Ale" como todo el mundo le decía, jugueteaba con la idea de "sacrificarse" por un peronismo unido y ser una vez más candidato a gobernador. En 2019 fue el candidato "de los intendentes" y perdió las PASO con Anabel Fernández Sagasti, que luego lo llevó de la mano como candidato a diputado nacional. Como hacía cuando algo le aburría mucho, Alejandro dejó pronto esa poltrona y en las elecciones siguientes se incorporó a la legislatura local como senador provincial. Era muy "potente" en la boleta del segundo distrito electoral. Un imprescindible.

Alejandro Bermejo fue una de esas rara avis de la política, alguien a quien todos querían o respetaban. No despertaba odios, resentimientos, ni alimentaba la grieta. Pícaro como todo peronista maipucino, cruzaba en secreto los puentes para conversar con los radicales del gobierno con los que nadie quería hablar. Tales encuentros siguen protegidos por el off the record. En los ámbitos menos visibles de la política fue esencialmente un constructor, aún en las desconfianzas clásicas que tenían "los Bermejo" y el peronismo territorial de Maipú con los peronistas lasherinos, o con los del sur provincial. Pero él siempre hablaba. Con todos. Una de sus últimas misiones antes del cierre de listas en los departamentos que adelantaron sus elecciones al 30 de abril, fue irse con Matías Stevanato a San Rafael, a "conversar" con Emir Félix.

El 1 de mayo último, bromeando con su hermano Adolfo y con el ministro de infraestructura Mario Isgró. Fue momentos antes del ACV.


Desde su banca y en el trabajo diario, tejió una fuerte amistad con Lucas Ilardo, con quien se enfrentó en 2019. La política se construye también de amistades y confianzas. Por estas horas, las redes explotan de despedidas tristes por la partida de Alejandro, que se murió haciendo política. Es imposible sustraerse de las imágenes y las fotos que lo muestran llegando a la Legislatura el 1 de Mayo, en ocasión de la apertura de sesiones ordinarias que iniciaría -como indica la tradición- el gobernador de Mendoza. 

Alejandro se descompensó unos minutos antes del inicio de la ceremonia, y fueron sus últimos minutos de conciencia antes del ACV hemorrágico que le terminó quitando la vida. Peleó durante 17 días. Y no por esperable, el desenlace fue menos conmocionante. Todos nos hemos quedado con las ganas de tener una conversación más con "el Ale".

Hincha de Boca, de su amado Gutiérrez Sport Club, familiero, devoto, miembro de la "Cofradía de la Virgen del Olivo" que integra religión, historia y gastronomía en Maipú, Alejandro Bermejo no siempre hacía -en política- lo que se esperaba de él. Su hermano Adolfo, el hermano mayor, diputado nacional y ex intendente, solía enfurecerse con el "Pulga" y a veces discutían fuerte. Para eso están los hermanos. Alejandro solía contarnos algunas de esas peleas a los periodistas, siempre en clave de buen humor.

No era el político más paciente. Para decirlo en castellano, Alejandro Bermejo se hinchaba los cojones bastante rápido si algo no le gustaba. Así fue que dejó el gobierno de Celso Jaque, o la banca en el Congreso de la Nación. A veces cambiaba de rumbo sin muchos avisos. Y un día decidió que no se presentaría a una nueva reelección como intendente de Maipú, departamento donde fue funcionario, secretario de un intendente, integrante del gabinete, concejal, y también intendente. Fue cuando eligió a Matías Stevanato como su sucesor.

En verdad, quienes llevamos el registro de la política de Mendoza vamos a extrañar a Alejandro Bermejo, siempre dispuesto a la conversación, a un café, o a un off the record. Siempre peronista, profundo y convencido, lo que más le gustaba era estar con la gente. Cuando dejó el municipio para ser diputado nacional y luego senador provincial, se convirtió en la rueda de auxilio de Matías Stevanato para atender cualquier asunto vecinal, social, de alguna organización, lo que fuere. Siempre estaba para contener. Fue, sin dudas, una de las mejores personas que dio la política de Mendoza. Referencia de diálogo para todos, y buena persona. Con códigos. Cuidadoso, y reservado. Muy lector de nuestro "Quincho" político de los fines de semana y oyente de nuestro programa "Te Digo Lo Que Pienso", siempre tenía algo útil para aportar. Su muerte no sólo es una pérdida para su familia... También lo es para Mendoza, para la política, y para Maipú, su pueblo. Se merece fuerte el aplauso y la ovación doliente que va a recibir en su despedida.

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