Vuelve "Cristina la del barro" y el dilema oficialista: kirchnerismo o libertad

Llueve durante días en Avellaneda, Lanús, Quilmes, La Matanza. Diluvia aún más en Lomas de Zamora, Berisso y Presidente Perón. Llueve tanto que el barro brota, late como un corazón oscuro y se desborda por las alcantarillas flojas, trepa por las ventanas de las casas bajas, embadurna las ruedas de las bicicletas, enferma a los perros húmedos y moja las zapatillas de lonas de los chicos que van a la escuela.

Empieza junio y algo cruje al final de una calle. Es una de esas tardes frías y solitarias. La tierra deglute, hace un sonido raro, como un hipo contenido. Se ha abierto una hendidura y de allí brota una figura de barro que se despliega y queda erguida con su forma de mujer. 

En Islandia hay un mito. El volcán Katla lleva el nombre de una hechicera que es conocida por su mal carácter y por usar prendas mágicas que le daban el poder, a quién las usara, de correr a toda velocidad. Un día, un joven pastor le robó estas prendas para reunir a sus ovejas lo más rápido posible. Katla advirtió el hurto, enfureció y lo mató. Luego, temiendo que descubrieran el crimen, se escondió en un glaciar en el Sur. Tiempo después, una erupción volcánica la hizo resurgir transformada en espíritu vengativo.

De las entrañas del fango bonaerense emerge Cristina la del Barro  y su primera palabra quejumbrosa es "unidad". Algunos testigos dicen que está dispuesta a usar sus poderes para resucitar al pastor, al que liquidó por querer ser más pillo que ella. Empieza a caminar con pasos fangosos y en las casas las vecinas cuchichean que va a llamarlo a Kicillof, lo va a traer a la vida y lo va a obligar a hacer las paces. "Va a haber unidad, esperemos que haya, a la fuerza, pero tiene que haber. Van a encarar la estrategia de campaña casa por casa y van a repartir las boletas", comenta alguien al pasar.

Ver: ¿Hay tregua? CFK y Kicillof se juntaron para buscar la unidad

Hay quiénes dicen haberlos vistos acá, otros dicen que los vieron allá. Lo certero y confirmado es que el primer acuerdo al que llegaron es una mesa chica con delegados que van a decidir los lugares en las listas, en PBA y en el resto del país. Están a contrarreloj: la lista de Buenos Aires hay que presentarla antes del 19 de julio y la nacional, antes del 17 de agosto.

Esa mesa chica está conformada por los históricos intendentes del bastión peronista de la Tercera Sección y referentes políticos. La danza de nombre de los comensales ya empezó: Máximo Kirchner, Mayra Mendoza y Teresa García, los de Cristina; Carlos Bianco y Katopodis, los de Kicillof; el intendente de Pilar, Federico Achaval como el "moderador" y un invitado especial: Sergio Massa. La tarea por delante es ardua porque hay que elegir los cargos en cada sección. En el sur del conurbano va Cristina como diputada; en la Primera Sección se eligen senadores provinciales. El número de bancas no es el mismo en cada distrito electoral, por lo que será una larga saga de pequeñas contiendas.

Mientras tanto, el rumor del regreso de la mujer del barro ha llegado a oídos de Las Fuerzas del Cielo que ya trabajan sin dormir para pelear la potestad del territorio.  Antes de la noticia de la candidatura, el armado lo tenía Sebastián Pareja pero, con la confirmación de que su oponente es nada menos que Cristina, lo desplazaron y se puso al frente el "triángulo de hierro". En este contexto, Ritondo coqueteó y trató de meter varios nombres de su riñón pero Karina avisó que no hay lugar para el macrismo explícito y apenas quedaron un puñado. El que tiene ganas de mostrarle los dientes a Cristina en la tercera es el "Colo" Santilli, pero Karina quiere a un mileista desde la cuna y suena "Charlie" Curestis. El otro vértice del "triángulo de hierro", Santiago Caputo, postula a Agustín Romo, el jefe del bloque libertario en la Legislatura de Buenos Aires, que cuenta con la bendición del Gordo Dan y el propio Presidente, aunque todo está por verse.

Karina  sabe que la Tercera es un bastión, un nudo gordiano donde se juega el futuro. Si Cristina se adueña de esas tierras, los libertarios no tendrán bandera que flamear en Buenos Aires. La órden baja a las bases: "Kircherismo o libertad" es la premisa con la que irán a la guerra el 7 de septiembre. Mientras tanto, Cristina la "Katla" criolla, ha vuelvo con sus crímenes impunes y sus atributos intactos: el que no corre, vuela.