La declaración de Fabián Gutiérrez como arrepentido no se leerá ya que la causa extinguió con su asesinato. Fue el primero en revelar los bolsos con plata.
El testimonio del secretario de los Kirchner que no se leerá en el juicio
Fabián Gutiérrez fue asesinado poco después de declarar como arrepentido en la causa de los Cuadernos. La Policía de Santa Cruz encontró su cuerpo degollado y semienterrado en una vivienda del barrio Aeropuerto Viejo de El Calafate. Su testimonio no será leído en el juicio oral.
En abril de 2024, tres jóvenes fueron condenados a prisión perpetua luego de confesar el asesinato que, según ellos, había sido parte de un intento de robo.
El testimonio de Gutiérrez lo involucró directamente en maniobras de presunto traslado y ocultamiento de fondos ilegales para Néstor y Cristina Kirchner. Gutiérrez había sido secretario de la Presidencia y posteriormente secretario adjunto, puestos desde los cuales habría asistido en maniobras financieras clandestinas vinculadas a la presunta recaudación ilegal.
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Su muerte, sin embargo, provocó la inmediata extinción de la acción penal en su contra. Eso impidió que sus palabras fueran leídas en las audiencias del juicio oral por la causa Cuadernos. Pero el contenido de sus declaraciones permanece en el expediente.
Gutiérrez habló de viajes al sur, de valijas con candado que transportaba su colega Héctor Daniel Muñoz -otro secretario presidencial, también fallecido- y de rutinas que se repetían después de cada vuelo: cuando Muñoz aparecía, el resto del personal debía retirarse durante una hora.
También mencionó encuentros entre Néstor Kirchner y funcionarios como José López, Ricardo Jaime o Julio De Vido, donde aparecían bolsos, mochilas y movimientos que luego quedaban en manos de Muñoz.
La declaración de López, por su parte, completó el cuadro. En su propia confesión como arrepentido, el ex secretario de Obras Públicas aseguró que parte del dinero que terminó arrojando en el convento de General Rodríguez provenía de Gutiérrez. Incluso relató un encuentro en el hotel NH, días antes de la muerte de Muñoz en 2016, donde Gutiérrez le pidió ayuda para "cambiar de lugar un dinero" de gran magnitud.
López recordó que el 13 de junio de ese año tres personas, enviadas por Gutiérrez, le llevaron los bolsos que luego fueron hallados en el convento.
La autopsia reveló que Gutiérrez murió por asfixia mecánica, tras haber sido maniatado, golpeado y ahogado con una vincha deportiva. Las heridas cortantes halladas en su cuello no fueron letales, pero reforzaron la brutalidad del ataque.
El crimen cerró cualquier posibilidad de que su testimonio se profundizara judicialmente, pero no apagó su relevancia. Su relato, sumado al de López, sigue siendo una pieza clave para entender la dinámica interna del sistema de recolección de fondos que describieron los arrepentidos.
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