Gimena Gómez, de 38 años y madre de cuatro hijos, fue encontrada muerta en un taller. Se investigó inicialmente como un suicidio, pero algunas dudas surgidas en los peritajes abrieron la posibilidad de que se haya tratado de un crimen.
El posible escenario montado que abrió la hipótesis de un femicidio en Maipú
Hallaron el cadáver de una mujer de 38 años y madre de cuatro hijos (de 19, 14, 13 y 5 años) en una vivienda de Maipú y la Justicia abrió una causa para determinar si se trató de un femicidio. La investigación quedó bajo la órbita de la Fiscalía de Homicidios, que modificó la primera calificación del hecho, inicialmente tratado como un posible suicidio.
El episodio ocurrió el lunes 8 de diciembre por la noche en una casa ubicada en el cruce de las calles Pringles y Antártida Argentina, en Gutiérrez. Cerca de las 20.30, un llamado a la línea 911 alertó sobre la situación: un vecino informó que un hombre del barrio había pedido ayuda tras afirmar que encontró a su pareja muerta dentro del inmueble.
Personal de la comisaría 54 se trasladó hasta el lugar y se entrevistó con el hombre, identificado como Jorge Sebastián Miranda, de 57 años. Según su relato, se había ausentado de la casa durante aproximadamente dos horas y, al regresar, no obtuvo respuesta cuando intentó ingresar. Luego logró entrar y dijo que encontró a su pareja, Gimena Sabrina Gómez, en el sector posterior de la propiedad, donde funcionaba un taller.
Los policías constataron que el cadáver de la mujer en una situación compatible con un suicidio. Un médico del Servicio de Emergencias Coordinado certificó el deceso y, a partir de ese momento, se dispuso el trabajo de Policía Científica para el relevamiento de la escena.
La novedad llegó de inmediato a la Oficina Fiscal de Maipú y el ayudante fiscal de turno, Roberto Chapel, ordenó activar el protocolo previsto para muertes violentas de mujeres. La causa pasó a la Fiscalía de Homicidios, a cargo de la fiscal Florencia Díaz Peralta, quien dispuso las primeras medidas: secuestro de elementos, registro fotográfico, entrevistas en el entorno y resguardo del lugar.
Miranda quedó aprehendido de forma preventiva mientras avanzó la pesquisa. En la etapa inicial, aportó datos sobre la situación personal de la víctima y mencionó que ella atravesaba problemas de ansiedad y consumo de sustancias y que había tenido un intento de suicidio tiempo atrás.
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Sin embargo, la disposición del cuerpo, el uso de la cadena y las características del ambiente en el taller generaron dudas entre los investigadores, quines abrieron la teoría de un escenario montado. Por esa razón, la fiscalía mantuvo abierta la hipótesis de un homicidio y ordenó una autopsia detallada para precisar mecanismos de muerte, posibles signos de defensa y cualquier indicio compatible con intervención de terceros.
Paralelamente, la unidad investigativa inició la recolección de información sobre el vínculo entre Gómez y Miranda: antecedentes de denuncias, intervenciones policiales previas y testimonios de vecinos y allegados. También se analizaron comunicaciones recientes y movimientos de ambos en las horas previas al hallazgo.
Con esos elementos, la fiscal Díaz Peralta trabajó sobre dos líneas centrales: la posibilidad de un femicidio encubierto como suicidio y la confirmación o no de una muerte autoinfligida. La definición legal quedó supeditada al resultado de los estudios forenses y a la consolidación del cuadro probatorio, mientras el principal sospechoso continuó bajo investigación.
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