Lapidario informe sobre el rastreador que "busca" restos de Viviana Luna

Marcos Herrero fue contratado por la familia de la mujer desaparecida. El jueves fue acusado de manipular evidencia. Enfrenta cuestionamientos e investigaciones en varias provincias por sus intervenciones en casos de conmoción pública.

Lapidario informe sobre el rastreador que "busca" restos de Viviana Luna

Por: Mendoza Post

La esperanza de la familia de Viviana Luna de encontrar sus restos se reactivó con el hallazgo de un cráneo el 29 de septiembre pasado en Potrerillos, donde la vieron por última vez en 2016. Los huesos fueron encontrados por el rastreador Marcos Herrera que contrataron los hijos de la mujer de manera particular. Pero este hombre es cuestionado por el Ministerio de Seguridad de la nación y ahora salió a la luz un informe periodístico que recopila los casos resonantes donde ha intervenido a lo largo del país. Enfrenta cuestionamientos e investigaciones en varias provincias.

 El lapidario informe del rastreador que dice haber encontrado restos de Viviana Luna salió publicado en La Opinión Austral y lo escribió la periodista Sara Delgado. A continuación algunos casos resonantes. 

Herrero llegó a Santa Cruz en julio, contratado por la familia de Marcela López, la mujer a quien vio por última vez un pescador en la ría, el 22 de mayo. Desde entonces, la búsqueda no cesó, aunque en los medios se construyó una verdad y otra bien distinta transcurre en el expediente, donde todos los indicios apuntan a que pudo haberse quitado la vida.

El lugar donde se encontraron los huesos.

Ver: La familia de Abigail contrató al rastreador de Viviana Luna

A un mes de la desaparición, las hijas de Marcela le pidieron a la jueza de Instrucción, Valeria López Lestón, que aceptara a Marcos Herrero como perito de parte. El adiestrador rionegrino venía con la chapa de haber realizado grandes aportes en causas de alto perfil, entre ellas las de Facundo Astudillo y la de Santiago Maldonado. Con su llegada, el caso se ensombreció y se generaron incidentes tan insólitos como premeditados.

Fue Herrero, quien junto a sus perros "Yatel" y "Kassie", encontró restos óseos en la propiedad de José Luis Balado, expareja de Marcela, lo que dejó boquiabiertos a los equipos de búsqueda que ya habían allanado esa propiedad minuciosamente. También fue el adiestrador contratado por la querella, quien vio los "dólares termosellados" en la casa del inquilino de Balado y nunca lo comunicó a la Justicia ordinaria.

Santiago Maldonado

El adiestrador dijo haber intervenido en la búsqueda de Santiago Maldonado, que desapareció el 1 de agosto de 2017, durante una violenta represión de Gendarmería, en la Lof en resistencia Cushamen, Chubut. Su cara fue bandera, marcha y grito por el cese de la violencia estatal del gobierno de Mauricio Macri y el gatillo fácil. Su cuerpo, fue encontrado 78 días después, el 17 de octubre en el río Chubut, 400 metros río arriba de donde lo vieron por última vez.

La Opinión Austral habló con el periodista de investigación Juan Alonso, que siguió el caso durante largos meses en Chubut y que además trabajó en el documental "El Camino de Santiago", pero Juan no sólo no recuerda a Herrero en la búsqueda, sino que remata la respuesta con un "seguramente debe ser un chanta".

El adiestrador dijo en varios medios haber rastrillado dos semanas después de que Santiago desapareciera, y que su perro encontró un collar que era de Santiago, algo que la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), negó rotundamente, deslizando que existía la posibilidad de que el accesorio hubiera sido "plantado".

Ver: Viviana Luna: encontraron más indicios en otras cabañas

Herrero tiene el don de aparecer en casos de conmoción pública, lo que le permite tener conocimiento mediático y así mostrarse como un experto al que vale la pena contratar por no menos de cien mil pesos, en medio del dolor y la desesperación que significan no saber qué le pasó a un ser amado.

Facundo Astudillo

También estuvo en el caso de Facundo Astudillo, el pibe de Pedro Luro, Bahía Blanca, a quien nadie volvió a ver después de que viajara a dedo a Mayor Buratovich. Inmediatamente después de que la mamá de Facundo lo contrató, Herrero encontró lo que nadie: restos de una mochila, sangre en un patrullero y hasta un amuleto de la suerte que supuestamente llevaba consigo aparecieron en un depósito de comisaria.

En su libro "Operación Facundo", publicado en agosto de este año por editorial Oreté, el periodista de investigación Germán Sasso describe a Herrero como el artífice de un "show de mentiras" que generaban mucho rating pero ningún impacto en la investigación real.

Fueron largos días de titulares que ubicaban a Facundo muerto adentro del coche policial, hasta que se supo que la sangre no era de Facundo y que tampoco era sangre. Según un reporte de la División Laboratorio Químico de la Policía Federal "del estudio practicado sobre las muestras tomadas de los móviles policiales y el vehículo secuestrado no se comprobó la presencia de sangre".

Manipulación de evidencia

La Dirección Nacional de Cinotecnia, un organismo que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación, y que se ocupa de controlar la implementación de perros adiestrados en causas como búsqueda de personas o rastros, advirtió que no está certificado para hacer lo que hace y que jamás se presentó a rendir para tener aval.

Ver: Viviana Luna: acusan al rastreador de manipular presunta evidencia

El hombre, oriundo de la Patagonia, encontró restos óseos en una construcción abandonada, en Potrerillos, el pasado 29 de septiembre. Sin embargo, este jueves el Jefe de la UFI de Homicidios y Violencia Institucional, Fernando Guzzo dijo que el mismo sitio en el que días atrás se advirtió la presencia de un cráneo, había sido rastrillado en el año 2019 y ese cráneo no se encontraba en el lugar.

Por otro lado, en su declaración testimonial Herrero admitió haber manipulado evidencia sin esperar la presencia policial ni del fiscal, porque dijo que ni él, ni la familia de Viviana Luna confían en la Policía. 

Si bien en verdad Herrero es policía, la idea de mostrarse enojado con el Estado supone garantía de imparcialidad frente a un poder que "oculta". Los casos en los que participó no admiten finales abiertos ni desenlaces por llegar. Siempre hay restos de huesos, o, como veremos más adelante, cartas en presuntas escenas del crimen que lo explican todo.

Viviana Luna desapareció en 2016.

Con el adiestrador, las casualidades continúan uniendo las piezas, tensionando una realidad paralela tan potente como capaz de confundir lo suficiente como para que el equilibrio de la duda se corte por el lado de la investigación. Y es que para Herrero, sembrada la duda, florecen billetes.

Sucede que también en el caso de Viviana, Herrero encontró -una semana después del cráneo- una nota que decía que el crimen estaba vinculado a una red de trata, en la que figuraban nombres de otras desaparecidas como el de Sofía Herrera y la leyenda "enviada a Chile", además de un "preservativo" en la casa de la expareja de la mujer. Cualquier parecido con lo que le había pasado tres meses antes en Río Gallegos, es pura coincidencia.

Porque hay que recordar lo que pasó ni bien llegó el adiestrador a Santa Cruz. Alguien colocó una misteriosa nota en el portón de la casa de la hermana de Marcela que decía que la mujer "estaba enterrada" en la casa de Balado. Fue por eso que las hijas, el adiestrador y el abogado logran convencer a la magistrada de que volvieran a buscar ahí y aparece lo que antes no.

Por eso el hilo invisible que ata el paso del adiestrador por los casos suporta un peso muerto como parece ser el modus operandi, que comienza a rodearlo también a él cada vez más.

Los hallazgos que produce el adiestrador oriundo de Viedma no importan, sino que su misión es plantar la duda creando un holograma de realidad que se evapora más temprano que tarde, pero siempre después de haber recibido su pago.

Hoy Herrero enfrenta cuestionamientos e investigaciones en varias provincias del país por sus intervenciones en casos de conmoción pública, pero en tanto y en cuanto quienes son auxiliares de una investigación se sigan alimentando de la desesperación de las familias, habrá más coleccionistas de huesos sembrando en el dolor ajeno.

*Lee el informe completo en La Opinión Austral

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