Los tres habían almorzado juntos y posteriormente, en la casa de la víctima, habrían continuado bebiendo. La reunión se trasladó a un dormitorio donde se produjo una discusión, el dueño de casa fue golpeado y los sospechosos decidieron incendiar el lugar.
Horror: tras comer y beber con sus amigos, lo quemaron vivo en su casa
La secuencia que terminó con el crimen de Juan Aníbal Pino comenzó en una iglesia del oeste de Neuquén y terminó horas después en una casa incendiada de calle Libertad al 700. El sábado, la víctima almorzó en ese templo junto a dos hombres identificados como FAS y JAP. Distintos testigos indicaron que, después de la comida, los tres se retiraron juntos y caminaron hasta la vivienda de Pino.
En el domicilio, según la reconstrucción de la fiscalía, los hombres ingresaron, permanecieron un tiempo en el interior y consumieron bebidas alcohólicas. Más tarde, en uno de los dormitorios, la reunión derivó en una discusión y luego en una pelea. La investigación sostuvo que Pino recibió un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente y que, en ese estado, permaneció sobre el piso del cuarto.
Mientras tanto, siempre de acuerdo con la hipótesis oficial, FAS y JAP encendieron el fuego dentro de la vivienda y salieron del lugar. Minutos después, vecinos observaron humo y llamas que salían del inmueble y dieron aviso a Bomberos y a la Policía. Cuando las dotaciones ingresaron, el fuego ya había avanzado sobre la estructura y el cuerpo de Pino fue encontrado totalmente carbonizado entre restos del dormitorio.
La autopsia confirmó dos datos centrales para la causa: un traumatismo en la cabeza compatible con la pelea previa y la presencia de indicios de respiración durante el inicio del incendio, lo que permitió concluir que Pino seguía con vida cuando el fuego comenzó a propagarse.
Con esa base, las fiscales Lucrecia Sola y Guadalupe Inaudi, junto con la abogada de la querella Agustina Bouyer, presentaron cargos por homicidio simple en calidad de coautores contra FAS y JAP. El planteo incluyó la posibilidad de revisar la calificación penal cuando avanzaran los peritajes y las declaraciones pendientes.
En la audiencia de formulación de cargos, el juez ordenó prisión preventiva para ambos imputados. FAS quedó alojado durante un mes y JAP recibió una medida de cuatro meses, en función de su situación de calle y del riesgo de contacto con testigos del hecho.
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La investigación incorporó declaraciones de vecinos que ubicaron a los tres hombres en la casa antes del incendio, informes de Bomberos sobre el origen del foco ígneo, registros de cámaras de seguridad de la zona y el reporte forense. Con ese conjunto de pruebas, la fiscalía unió el almuerzo en la iglesia, la pelea en el dormitorio y el incendio que terminó con la muerte de Pino.



