El empresario acusado de abusar a su sobrina esperará el juicio en prisión

El hombre había pedido salir en libertad luego de que tres jueces se negaran a dictar sentencia en su caso.

El empresario acusado de abusar a su sobrina esperará el juicio en prisión

Por: Mendoza Post

Le negaron la libertad preventiva a un empresario mendocino acusado de abusar sexualmente de su sobrina. Los jueces encargados de la causa no quisieron acceder al pedido por lo cual el hombre de 45 años continuará preso hasta que tenga lugar un nuevo debate del caso. La semana pasada los 3 magistrados encargados del juicio declararon la nulidad y decidieron no dictar sentencia.

Diego Miguel D'Ascanio Brandi fue acusado por su sobrina de haber abusado de ella durante 11 años. Recientemente había comenzado a barajarse la posibilidad de que se le diera la libertad provisional o prisión domiciliaria ante la espera del veredicto. La defensa repudió el pedido al igual que lo hizo el mismo colectivo "Ni una menos".

Los conflictos con este caso llegan desde que en la audiencia del pasado 8 de junio los jueces no quisieron dictar sentencia. Los magistrados Aníbal Crivelli, Ariel Spektor y Alejandro Miguel declararon la nulidad del juicio dejando la orden de llamar a 3 nuevos jueces. Todo esto porque, según ellos, la acusación había sido infundada y carecía de argumentos.

El acusado permanecerá en la cárcel esperando su sentencia. 

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Esto fue lo que la defensa necesitaba para pedir el cese de la prisión preventiva, cosa que fue denegada en el día de hoy. El fiscal de Delitos Sexuales Gustavo Stroppiana alegó que cuando le concedieron la libertad condicional, el empresario rompió la pulsera de monitoreo. Al final el tribunal integrado por Eduardo Martearena, Belén Renna y Agustín Chacón tomo la decisión de mantenerlo en prisión.

La acusación 

La sobrina del empresario, una joven de 23 años aseguró que fue abusada por su tío durante toda su infancia. La chica se quedaba a dormir frecuentemente en la casa de su tía debido a los horarios laborales de sus padres.

Desde la querella repudiaron el pedido de libertad preventiva o prisión domiciliaria.

Al crecer la chica comenzó a trabajar en un local del acusado y luego tomó la decisión de denunciar el hecho que venía persiguiéndola por años. Después de esto fue echada del trabajo por lo cual también comenzó una demanda por despido laboral.

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