Ángel Buenaventura, de 19 años, aceptó su culpabilidad en el asesinato de Federico Scattareggi, de 49 años. Gracias a la confesión, obtuvo una reducción de la pena a 18 años de prisión, porque estaba acusado por un delito que prevé perpetua.
Mató a comerciante del barrio Trapiche, se declaró culpable y fue beneficiado
Este lunes en juicio abreviado, Ángel Buenaventura, un joven de 19 años, aceptó su culpabilidad en el asesinato de Federico Scattareggi, el pasado 25 de mayo en el barrio Trapiche, de Godoy Cruz.
El crimen ocurrió en el local de comidas rápidas propiedad de la víctima, donde Buenaventura era su empleado. Debido a las abundantes pruebas, el acusado confesó el asesinato y de este modo consiguió una pena menor a la prisión perpetua que le podría haber correspondido.
La jueza Mirna Montaldi dictó una pena de 18 años de prisión por homicidio simple, estafa y robo, además de incorporar una causa previa por lesiones culposas relacionadas con un accidente vial.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, Buenaventura atacó a Scattareggi tras una discusión que se produjo dentro del local. El joven había solicitado un adelanto de dinero a su jefe, argumentando que necesitaba fondos para alquilar una vivienda y afrontar el nacimiento de su hijo. Durante el altercado, Buenaventura tomó un arma blanca y apuñaló a la víctima 65 veces, concentrando la mayoría de las heridas en la espalda. Luego del crimen, se apropió de la recaudación del día y utilizó el teléfono de Scattareggi para solicitar un préstamo de cuatro millones de pesos a través de una billetera virtual, transfiriendo el dinero a una cuenta vinculada a él.
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El cuerpo de la víctima fue encontrado en el lugar por testigos que alertaron a la policía. Al día siguiente, los efectivos detuvieron a Buenaventura en su domicilio, donde hallaron ropa con manchas de sangre y otros elementos que lo incriminaban. También se recuperó el celular de Scattareggi en un zanjón cercano al comercio. Durante el juicio, la fiscal Florencia Díaz Peralta sostuvo que el asesinato fue cometido con el objetivo de ocultar el robo, lo que agravó la acusación. El juicio abreviado permitió cerrar el caso en poco tiempo, con la confesión del imputado como pieza clave en la resolución.
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