La odisea de ser una PyME argentina

La batalla de llevar adelante un negocio en nuestro país. Propuestas para mejorar.

La odisea de ser una PyME argentina

Por:Martín Kerchner
Presidente Provisional del Senado

 Ser emprendedor en nuestro país es un desafío de magnitud, el sesgo anti-empresario es enorme. No debería ser así, pero lo es. Aquel que arriesga su propio capital debería ser tenido en "bandeja de plata", ya que contrata gente, trabaja bajo incertidumbre y decide producir en vez de apostar a la renta financiera, pero no, acá le hacemos la vida imposible, con una estructura económico-jurídica burocrática que los traba, y con una presión fiscal que los asfixia. Esta es la razón principal por la que el capital huye de Argentina, en vez de venir.

Hacérsela difícil al empresariado es "matar la gallina de los huevos de oro", es atacar a los únicos que pueden agrandar (en forma genuina) la torta global de ingresos de la economía, condición necesaria para luego intentar redistribuir ingresos a las clases menos pudientes.

Si nos ponemos en la piel de un empresario PyME argentino, sus principales preocupaciones son:

1. ¡Otra vez el 931! 

Hay que reformular toda la estructura laboral, adaptando a lo que funciona en el mundo, con modalidades más flexibles para contratar, rotar personal y despedir. El actual sistema incentiva a tomar más empleo en negro que en blanco.

2. ¡Uhh... vence Ganancias!... ¡Qué dolor de cabeza... tengo que pagar el IVA y todavía no cobré! 

Existen actualmente 165 tributos, entre impuestos, contribuciones y tasas que se cobran en todos los niveles del Estado, nacionales (41), provinciales (26) y municipales (98), buena parte de ellos distorsivos sobre las actividades económicas. La estructura impositiva debería simplificarse a no más de 20 impuestos, de hecho, tan sólo 12 impuestos (10 nacionales y los 2 restantes, provincial y municipal), representan el 91% de la recaudación tributaria total.

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3. ¡En el banco me matan con los intereses, me van a obligar a defaultear! 

La inestabilidad macro ha hecho del sistema financiero algo prohibitivo para la pyme. Tanto para capital de trabajo como para nuevas inversiones, hay que incentivar al sector financiero tradicional para que apueste a la producción (en vez de comprar bonos del gobierno), y a la vez promover la creación de bancas de fomento provinciales de segundo piso, ágiles y eficientes.

4. ¡Quiero crear una nueva empresa, pero me demoran mil años con los trámites! 

Hay que crear ventanillas únicas estatales que centralicen todo el proceso, lo hagan más veloz, en vez de trabarlo. Las Agencias de Inversión de cada provincia deberían llevar a cabo esta tarea.

5. ¡Con esta inflación me conviene vender la empresa y sacar los dólares del país! 

Debemos diseñar un plan de estabilización y crecimiento para que en pocos años tengamos una inflación de un dígito, con un tipo de cambio real competitivo. Argentina tiene un PBI entero fugado al exterior.

6. ¡El cepo me frena las impo de insumos, no puedo fabricar!... ¡Massa me prometió un dólar diferencial para las expo regionales, y todavía estoy esperando! 

Hay que salir ordenadamente del cepo a las importaciones, y abrir la economía inteligentemente, con incentivos y acuerdos comerciales que potencien nuestras cadenas de valor y nos permitan duplicar o triplicar nuestras exportaciones en pocos años.

7. ¡Qué cara la tecnología, quiero modernizar, pero no me prestan plata!

Se necesita abaratar los precios relativos del acceso pyme a estos instrumentos, claves para la productividad, con incentivos impositivos y financiamiento, que permitan acelerar el proceso 4.0 que se está viendo a nivel mundial.

Y podríamos seguir enumerando problemas, estos son solo los principales. Sin embargo, ha llegado la hora de cambiar, de dejar los lamentos y avanzar hacia propuestas que favorezcan el renacer pyme en nuestro país. Hay que "barajar y dar de nuevo" en materia de política para las pymes, Argentina tiene un ADN emprendedor que viene de nuestros inmigrantes, está en nuestra sangre tomar riesgos, solo es cuestión desde el Estado de dar los incentivos correctos para tener un boom de nuevas empresas, de eso trata una política económica inteligente.

Hagamos algunos números: según datos de la EPH del INDEC, la PEA nacional es de unos 22 millones de argentinos, donde unas 700 mil personas son "patrones", es decir solo el 3,5% de la población activa arriesga en un emprendimiento privado que exceda el cuentapropismo. ¡Es muy poco! Argentina debería tener al menos un 10% de su PEA como empresarios (patrones). Cuando miramos al mundo, por ejemplo, hay ciudades chicas de España, en especial al Norte limítrofe con Francia, que tienen más del 20% de densidad empresarial, esto es, 200 empresas cada 1.000 habitantes. Barcelona, ciudad superpoblada, tiene un 8% de densidad empresarial. Madrid, también con mucha población, un 7,5%. ¡Altísimos todos! Los polígonos (zonas) industriales son claves en España para semejante densidad de empresas. Argentina, según el SIPA, tiene unas 600 mil empresas, que comparado con los 46 millones de habitantes que tiene el país, hace una densidad empresarial de tan solo 1,3%. ¡Bajísimo! Cádiz y Huelva, con las menores densidades empresariales de España, orillan el 4%, nosotros 3 veces menos.

Para finalizar, generar pymes competitivas y mayor densidad empresarial en Argentina es posible, solo hay que dar los incentivos correctos, que alienten a tomar riesgos productivos, en vez de buscar la ociosidad de la renta financiera o la fuga de capitales. Multiplicar la cantidad de pymes agrícolas, industriales, comerciales y de servicios es una de las políticas más progresistas que existen, ya que cuando el empresario gana dinero contrata más personal, se vuelve innovador, invierte más y la economía se hace robusta y eficiente, y las familias alcanzan mayor bienestar, porque consumen más y vivencian en carne propia el progreso económico. Hay que avanzar decididamente hacia un capitalismo moderno, donde crear nuevas pymes sea fácil y rápido, los impuestos bajos y simples, y que nos conduzca a tener cientos de miles de emprendedores más, que generen cientos de miles de empleos más. Es la tarea del próximo gobierno.