El arte de la guerra exige conocerse a uno mismo

Algo debe estar alterado en la política argentina si una elección como la de Provincia de Buenos Aires de hoy marca el ritmo del país.

 El arte de la guerra exige conocerse a uno mismo

Por:Jaime Correas

"Hay un dicho en el libro de Sun Tzu, el gran científico militar de la China antigua: Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo, y en cien batallas nunca serás vencido. Este dicho se refiere tanto al aprendizaje como a la aplicación, y tanto al conocimiento de las leyes de la realidad como a las decisiones respecto de nuestras propias acciones de acuerdo con esas leyes para superar a los enemigos que nos enfrentan. No deberíamos tomar ese dicho frívolamente".

Mao Tse Tung, fundador del Partido Comunista chino

Así como Mao invitaba a no tomar con frivolidad un dicho de "El arte de la guerra" es imposible no observar la creciente frivolidad con que son tomadas en la actualidad las mayores sabidurías. El pequeño libro de Sun Tzu es un gran ejemplo. En los últimos años se lo ha utilizado como comodín y así proliferaron desde manuales para conducir empresas hacia el éxito hasta gurús de la autoayuda o el coaching ontológico citando al gran teórico. En general se lo ha usado para sustentar conclusiones a las que esas disciplinas ya habían arribado de antemano. Es un error que los gobernantes no deberían cometer, si no más bien prestar atención al consejo de Mao y leer con atención a Sun Tzu. Para que esto se produzca siempre vale le pena no sólo ir a las fuentes sino releer cada línea críticamente y en sus contextos. La frase aludida por el padre de la China moderna es la conclusión de un postulado que la enmarca: "Hay cinco requisitos que pueden darnos certeza de una victoria". Ese quinteto es: "a) El que sabe cuándo presentar batalla y cuándo evitarla saldrá exitoso; b) El que sabe maniobrar tanto con grandes fuerzas como con pequeños contingentes saldrá victorioso; c) El que ha formado a sus tropas en armonía y firme unidad de propósito, saldrá victorioso; d) El que siempre está preparado, anticipándose a la preparación de cualquier enemigo, saldrá victorioso; e) El que tiene oficiales competentes y no sufre la intromisión del soberano saldrá victorioso."

Algo debe estar alterado en la política argentina si una elección como la de Provincia de Buenos Aires de hoy marca el ritmo del país. Nunca había ocurrido, si bien es cierto que tampoco nunca un comicio de ese tipo ha sido desdoblado del nacional. Lo cual no deja de ser un un buen laboratorio porque en el comicio de PBA se define el destino del país casi siempre. Volviendo a Sun Tzu sería interesante cruzar esos principios de la guerra con la actual gestión nacional. Con las kirchneristas se puede considerar que vivieron un período de guerras ganadas muy extenso que fue derivando en derrotas contundentes. Siempre aludiendo a la guerra de un modo metafórico, por aquello de que "la guerra es la continuación de la política por otros medios" ("De la guerra", Carl von Clausewitz). El resultado de PBA de este domingo será un paso más de esa cadena. En cambio la gestión Milei es reciente y tiene todo por construir si sabe leer bien la realidad. Por ahora lo hace con dificultades y son más los problemas que se generan por sus propias acciones que por las de sus enemigos. ¿Es esto subsanable? Sólo el tiempo lo dirá.

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Sun Tzu propone cinco postulados para determinar si un general conoce a su enemigo y si se conoce lo suficiente a sí mismo para enfrentarlo. Comienza: "El que sabe cuándo presentar batalla y cuándo evitarla saldrá exitoso". Por ahora la gestión libertaria ha elegido presentar batalla siempre (o casi) y a veces le ha ido bien, como en CABA, y otras horrible, como en Corrientes. En la primera fue el precio para debilitar al macrismo, lo cual hace pensar en la pertinencia de ir contra el potencial aliado, mientras queda claro que el enemigo es otro. En este caso los "Kukas", que tanto les gusta denostar al mileismo. En la segunda, apoyando a un ex concejal kirchnerista de un departamento correntino salieron cuartos y se perdieron de subir al carro de la victoria por no ir en alianza. Primer principio, desaprobado. Mucho para recalcular.

El segundo es: "El que sabe maniobrar tanto con grandes fuerzas como con pequeños contingentes saldrá victorioso". Sun Tzu parece decir que a veces los ejércitos son numerosos y eso exige un liderazgo distinto a la guerra de guerrillas. Y que hay que saber manejar ambos tipos de fuerzas para triunfar. Esto en términos electorales indicaría que no pueden ser iguales las estrategias en distritos donde se arrasa con votos que en otros donde conviene armonizar con otros para sumar. Es la diferencia entonces de distritos como PBA o Corrientes. En el primero los enemigos irreconciliables, los "Kukas", son mayoría y por eso se debe sumar a todos los aliados posibles. Es de manual. Las negociaciones con el macrismo en territorio bonaerense quizás hubiera requerido más flexibilidad para evitar tantas fugas por el rigor aplicado a los Ritondo y los Santilli y a Macri, en definitiva. En el caso correntino directamente LLA tuvo un humillante cuarto puesto de menos del 10%, cuando se podría haber sumado a un triunfo de más de 50%. No parece una decisión adecuada la que tomó.

En el primer y segundo principios el mejor modelo parece el acuerdo en Mendoza, donde LLA se alió con Cambia Mendoza por un conjunto de afinidades y deberá ver a futuro como lima diferencias. Pero la alianza le garantiza muchos votos y aliados legislativos en el Congreso Nacional, lo contrario de lo que va a suceder posiblemente en PBA y lo acontecido en Corrientes. La alianza del gobierno nacional con los gobernadores podría haber sido mucho más amplia con una muñeca que no tuvo. También el futuro está abierto, si es que no resulta tarde luego de empujarlos a armar varios de ellos una opción electoral aparte.

El tercer principio es: "El que ha formado a sus tropas en armonía y firme unidad de propósito, saldrá victorioso". Los casos de las escuchas que han dinamitado la interna libertaria. Quedó muy en claro que el "Triángulo de Hierro" tiene dos de sus caras fuertemente enfrentadas. Esta situación, cuya última escaramuza entre el senador Luis Juez y el Gordo Dan derivó en una sucesión de X lamentable, sólo ha proporcionado sinsabores al presidente. En este rubro se podría escribir un libro y quizás no se agotarían los ejemplos de desaciertos. Es difícil, en cambio, encontrar ejemplos de armonía. Por desgracia, donde puede haber mayores logros y una "firme unidad de propósito", como pide Sun Tzu, es en la economía y allí no todo es color de rosas. Las disidencias de la llamada "batalla cultural" y del armado político llevan al punto de poner en cuestión los logros económicos. Suben el dólar y el riesgo país. La confianza está dañada. La armonía de la tropa propia, que nunca será total, no puede mostrar signos tan severos de inarmonía, sobre todo en el metro cuadrado donde juega el general del ejército. Lo inarmónico debe estar lejos, para no hacerle pagar costos a la cabeza a cada paso. Pero lo paradójico es que siempre esa cabeza es la responsable última de lo que no está bien.

El cuarto principio: "El que siempre está preparado, anticipándose a la preparación de cualquier enemigo, saldrá victorioso" no parece estar bien cuidado por la oficialismo. El modo en que el escándalo de las escuchas ha servido a la más acérrima oposición y ha alejado a varios posibles aliados por los ecos de presunta corrupción mostró una improvisación preocupante. Grabaciones que tenían más de un año fueron usadas al filo de las elecciones. Mientras, quien protagonizaba las conversaciones, el ahora célebre Spagnuolo, escuchaba ópera en Olivos junto al máximo perjudicado por la evidente operación de espionaje. Lo sucedido muestra no sólo el amateurismo de quienes deben proteger al general sino la debilidad de llegar al campo de batalla y pelear infiltrado por quien más se critica, por "la casta". Por más alaridos que se den contra ella está tan presente en lugares claves, algunos a la luz del día y otros en los sótanos del poder, que se hace difícil no advertirlo, sobre todo cuando suceden hechos que deterioran lo que se construye trabajosamente, como la baja de la inflación o el equilibrio fiscal.

Este penúltimo principio se complementa con el último, esencial en la guerra: "El que tiene oficiales competentes y no sufre la intromisión del soberano saldrá victorioso". En este caso hay que recordar que en aquella China había un soberano que estaba alejado del campo de batalla. Un comentarista del "Arte de la Guerra" lo analiza así: "lejos del ejército e ignorante de las circunstancias de la campaña, perjudica la marcha de las operaciones cuando quiere dirigir la guerra, por sí mismo o por medio de sus enviados. Eso se definía como ‘Maniatar al ejército' y ‘Ponerle la rienda al general' cuando él y sólo él puede evaluar, de acuerdo con el desarrollo de las operaciones, el momento de presentar batalla y el momento de retirarse, el tiempo de marchar y el de armar campamento. El comentador Ho Yen Shi lo comparaba con esperar órdenes de un superior para apagar un incendio. Cuando la orden llegara, ya las cenizas estarían frías. Por eso Sun Tzu aconseja directamente ignorar las órdenes del soberano".

La particular construcción política del mileismo con un "Triángulo de hierro" donde los generales, Santiago Caputo y Karina Milei, y el soberano, Javier Milei, parecen estar demasiado cerca y sin fusibles, exigió en algún momento la ampliación a quien venía reparando trabajosamente todos los desaguisados, Guillermo Francos, el jefe de gabinete. En el día a día la hermana del presidente junto a los dos Menem, Martín y Lule, parecen manejar lo que Sun Tzu llama las "grandes fuerzas" mientras que Santiago Caputo parece estar al mando de los "pequeños contingentes", las llamadas Fuerzas del Cielo. Que uno de los brazos armados, el Gordo Dan, vaya contra Francos lo dice todo. ¿Cómo verán ese sainete en Wall Street? La culpa no es de los "Kukas", sino de quienes les dan de comer.

Los resultados de las elecciones de hoy y las del 26 de octubre, según la mayoría de los sondeos, podrían ser favorables al oficialismo. De ser así, lo cual tampoco es seguro porque siempre hay lugar para las sorpresas, nunca se sabrá en cuánto más lo hubieran sido sin tantos daños autoinfligidos. Son demasiado evidentes los errores de armado político. La escasa flexibilidad para sumar y cooperar con quienes podrían estar más cerca jugará su papel. Más allá de la utilización que la oposición acérrima, muy desarticulada por cierto, hace de cada mal paso, siempre está pendiente que el mileismo recalcule y fortifique su modo de sumar poder. Lo necesitará para poder llevar adelante los cambios que el presidente Milei ha propuesto y la sociedad está apoyando.

Sun Tzu dice que los cinco postulados desarrollados son clave y concluye: "Por eso digo: ‘Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo. Podrás librar cien batallas y nunca peligrarás'. Cuando ignoras a tu enemigo pero te conoces a ti mismo, las posibilidades de ganar o perder están equilibradas. Cuando no te conoces a ti mismo ni conoces a tu enemigo, tampoco conocerás tu suerte y en cada batalla estarás en peligro". Por ahora no es claro que Milei conozca a su enemigo, de hecho desde que asumió lo ha cambiado varias veces, algo que se disimula detrás de los gritos, pero mucho menos claro es que se conozca a sí mismo y esto si es crucial. Ese conocimiento se complica en los tiempos actuales por lo mezclado que está todo. El barullo circundante no ayuda a separar la paja del trigo.