En primera persona: así es ser gordita en Mendoza

"No todo está dicho, sintámonos libres de ser como somos: gordas, lindas y con personalidad".

En primera persona: así es ser gordita en Mendoza

Por: Mendoza Post

La semana pasada, el Post publicó la experiencia viral de una mujer norteamericana -Marie Southard- rellenita usando bikini en las playas de Mallorca. "Soy una gordita que se puso bikini en la playa; esto pasó", se titula la nota, que es una traducción al post original en el blog de Marie.

Luego de su publicación, varias personas comenzaron a dejar su experiencia en la página del Post en Facebook y una enriquecedora discusión se dio allí. Lourdes Emilce Luvello envió a este medio su experiencia. Cómo es ser gordita en Mendoza. Esto tiene para decir:

La dureza de la primaria

Desde muy chica, en especial en la primaria, recibí todo tipo de burlas y rechazos por mi aspecto físico. A pesar de que era chica me daba cuenta de esas actitudes y no quise cambiar solo para que me aceptaran en un grupo, así que andaba sola; obvio, triste. 

 Lourdes Emilce Luvello.

Todo cambió cuando entró un compañero nuevo; se llamaba Ángel, un gordito de hermosos ojos celestes, pero cero complejo ("viste como la mayoría de los hombres", pensé). Le llamé la atención y de un día para otro nos hicimos amigos; ya no estaba más sola, ahora tenía con quién jugar en los recreos. Fue lo mejor que me pasó en toda mi primaria.

 Ángel después se tuvo que ir  del colegio y lloré hasta el punto de no querer ir más a la escuela, lo extrañaba mucho.

Menos burlas, pero con otra cabeza

En la secundaria ya fue diferente, solo era yo, y nunca fingí ser otra persona. Si estaba sola, lo estaba y listo. Ya las burlas cesaron, pero igual no conseguí hacer amigos. Creo que lo que me pasó en la primaria marcó mucho mi carácter y mi forma de ser

Un día una compañera me habló y me pidió que nos sentáramos juntas. Fue mi amiga toda la secundaria y hasta ahora. Su nombre es María, una persona excelente.

Empezar a salir a los boliches... 

Después llego el momento de empezar a salir. Mi primera salida fue a los 16 a un boliche, me llevaron mi prima y su novio. 

Una tortura para mi era al momento de elegir qué ponerme. Las gordas no tenemos muchas opciones. Ni hablar del momento de ir de compras, no encontrás nada, solo ropa holgada, y si le pedís a la vendedora si tiene algo más entallado se te queda mirando, como si pensara: "¿Está segura esta chica, no sabrá que es gorda?" Es feo ver ese tipo de actitudes en las personas que tratan de disimular, pero no basta, igual te das cuenta.

 "Muy pocos chicos te sacan a bailar, prefieren las delgadas" 

En el boliche muy pocos chicos te sacan a bailar, prefieren las delgadas. Capaz que son insulsas, pero no les importa, las sacan igual con tal de no pasar vergüenza. 

En mi grupo salían todas a bailar con alguien. El promedio era 4 de ellas por 1 mío, pero bueno, a veces tenía la suerte de que ese único que me miró era buen muchacho y nos quedábamos juntos toda la noche. 

Otra tontera que tienden hacer los chicos en el boliche son las apuestas: a cuántas besan, a cuántas tocan, y no puede faltar a cuántas gordas sacan a bailar. Siempre las risas burlonas de por medio. Qué vergonzoso...

Mis amigas de salidas nunca me despreciaron por el hecho de ser gorda, ni tampoco criticaron, al contrario.

Estudiar y buscar trabajo

Otra mala experiencia que tuve fue cuando quise entrar al IUSP (Instituto Universitario de Seguridad Pública) En la Junta Médica me rechazaron por mi sobrepeso. Yo me había esforzado, fui a un nutricionista del hospital de Maipú y gracias a la dieta que me dieron logré bajar casi 10kg. Me iba en bicicleta de mi casa al Parque y de ahí trotaba hasta donde podía, y así por largo tiempo. 

"Con esto no basta, tenes que ser flaca" 

Me presenté de nuevo con una recomendación por escrito que hizo el médico, en la que se dirigía a su colega dejando de seguro mi continuación con el régimen. Obviamente cuando se lo mostré me miró y me dijo: "Con esto no basta, tenes que ser flaca".Una decepcionante experiencia, discriminación pura; al menos para mí es lo que fue.

¿Quién ha visto mozas gorditas?

Ni hablar cuando buscaba trabajo en las filas de espera. Solo habían flacas y unas 2 o 3 gordas, y era más que seguro quiénes quedaban seleccionadas.

¿Alguien ha visto mozas gordas? Yo no, son todas delgadas. ¿Qué les pasa a los dueños? ¿Tienen miedo que les hagamos caer las mesas, o que les comamos la comida? Parece que esa es la visión que tienen con respecto a esta condición. 

La dieta, la estigmatización o soltar y ser feliz

Por todas estas desafortunadas situaciones me sometía a dietas absurdas que me hacían sentir débil y de mal humor. Todo por seguir con un estereotipo que quieren imponer, y aunque sabés que no vas a quedar como la modelo de la tele lo haces igual con tal de encajar y ser aceptada alas miradas de todos.

Hoy tengo 28 años y estoy casada con un hombre que me acepta tal cual soy, y soy mamá de una hermosa beba de 2 años que no me mira con desprecio por ser gorda, solo me mira con amor por el simple hecho de ser su mamá.

No todo está dicho, sintámonos libres de ser como somos: gordas, lindas y con personalidad.