El registro de llamadas de Nisman antes de morir

El juez que procesó a Diego Lagomarsino como partícipe necesario la muerte del fiscal, incluyó en su falló la lista de comunicaciones previas a que lo encontraran con un tiro en la cabeza.

El registro de llamadas de Nisman antes de morir

Por: Agencia NA

En el fallo que firmó este martes el juez federal Julián Ercolini, en el cual procesa al técnico informático Diego Lagomarsino como "partícipe necesario" en la muerte del fiscal Alberto Nisman, el magistrado detalla las comunicaciones telefónicas que mantuvieron los imputados entre sí y con la víctima.

En la sentencia se precisa que el viernes 17 de enero del 2015, dos días antes del fallecimiento de Nisman, los custodios del autor de la denuncia contra la entonces presidenta Cristina Kirchner se llamaron en reiteradas ocasiones.

Durante esa jornada, Luis Ismael Miño y Luis Oscar Pérez Méndez estuvieron en contacto permanente desde las 7:30, mientras que cerca de las 09:00 Lagomarsino llamó desde su casa a otro celular que también estaba a su nombre.

Diego Lagomarsino fue procesado como partícipe del crimen del fiscal Nisman.

Unos cuarenta minutos más tarde ingresó a las torres de Le Parc, donde vivía el fiscal, un operario de la empresa que administraba las cámaras de seguridad del lugar, identificado como Carlos Alberto Apaza, quien trabajó hasta pasadas las 20:00.

Media hora después, la madre de Nisman, Sara Garfunkel, intentó hablar con su hijo pero nadie respondió el teléfono en el departamento.

Según la investigación, en ese momento los custodios Miño y Armando Niz se dirigieron al domicilio de la mujer para corroborar la clave del ascensor principal de la torre de Le Parc.

El sábado, según las declaraciones de varios testigos, Nisman debía reunirse con los suboficiales de la Policía Federal Rubén Fabián Benítez y Néstor Oscar Durán en su vivienda de Puerto Madero.

Ver: Lagomarsino: "Nisman me cagó la vida" 

Esa misma mañana, Garfunkel lo llamó para invitarlo a almorzar, pero el fiscal rechazó la invitación porque ya había programado la reunión con los efectivos policiales que integraban el cuerpo de uniformados designado para su custodia.

A las 09:17 y a las 11:47, Nisman llamó a la entonces diputada macrista Patricia Bullrich para conversar sobre la exposición que iba a dar en el Congreso el lunes siguiente: "Usted va a estar resguardado, vamos a poner orden y va a tener seguridad", le prometió.

Alrededor de las 16:30, Lagomarsino se comunica reiteradas veces con su jefe, quien le había pedido que se acercara a su departamento para pedirle un favor.

Fue en ese momento cuando el técnico informático se dirige a las torres Le Parc para, según declaró, volver a salir en busca de su arma, la misma de la que habría salido el disparo que terminó con la vida del fiscal.

A las 21:00, y luego de que Lagomarsino se retirara, Nisman hizo su última llamada: habló con su custodio Néstor Oscar Durán, quien minutos antes había cumplido con la orden de entregar un sobre en el domicilio del periodista de Infobae Laureano Pérez Izquierdo.

Finalmente, el domingo Miño y Niz se dirigieron al departamento del hombre al que debían cuidar, mientras que, paralelamente, el entonces director de Reunión Interior de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Fernando Pocino, se contactaba insistentemente con la empresa "COM" y con el ex número dos del organismo Juan Martín Mena.

Los ex integrantes de la AFI Alberto Mazzino y Antonio Horacio Stiuso también conversaron por varios segundo entre ellos y luego con Pocino.

Varias veces los custodios de Nisman, que se quedaron en el estacionamiento esperando órdenes, intentaron hablar con su jefe, que nunca contestó.

Esa noche, a eso de las 22.30, Luis Miño, Armando Niz y Sara Garfunkel, con la ayuda de un cerrajero particular, lograron entrar al departamento y encontraron en cadáver del fiscal en el baño, con un tiro en la cabeza.

Según la declaración de la mujer, todas las luces de la vivienda estaban apagadas, excepto las del baño, donde fue hallado el cuerpo.

En la habitación de Nisman el televisor se prendía y apagaba sola, mientras que las sábanas de la cama estaban desordenadas, como si alguien hubiera estado durmiendo.