Piñera ganó en Chile: ¿En qué se diferencia su segunda presidencia de la primera?

Piñera ganó en Chile: ¿En qué se diferencia su segunda presidencia de la primera?

Por: Mendoza Post

Sebastián Piñera, una de las tres personas más ricas de Chile, y quien ya fue presidente entre 2010 y 2014, volvió a conseguir el triunfo electoral este domingo con una cómoda ventaja de casi 10 puntos porcentuales sobre el candidato oficialista de centroizquierda: Alejandro Guillier, un presentador de televisión que tenía el complicado reto de unificar una izquierda atomizada y desgastada.

En 2009, en cambio, Piñera le ganó a un candidato incluso menos fuerte que Guillier, el democratacristiano Eduardo Frei, por una ventaja de 3 puntos.

No por eso fue una victoria menor, porque se trató de la primera vez desde 1958 que un político de derecha llegaba a la presidencia de Chile por la vía democrática.

El gobierno de Piñera se recuerda por el crecimiento económico, la generación de empleo, las protestas estudiantiles, la crisis de los 33 mineros que fueron rescatados tras 69 días atrapados en una mina y un terremoto que dejó 525 muertos.

La BBC analizó cómo fue Piñera I y cómo podría ser Piñera II.

1. Sebastián Piñera II

Según él mismo admite, es un hombre distinto al que gobernó antes.

"Tuvimos un muy buen gobierno, en el que todos los indicadores sociales y económicos mejoraron en Chile, pero tengo más experiencia ahora, y la experiencia cuenta", dijo en una conferencia de prensa en septiembre.

Cuando llegó al poder en 2010, Piñera había tenido más experiencia como empresario que como político, pese a que había sido senador y presidente del partido Renovación Nacional (RN).

El conocimiento sobre el Estado fue algo que le costó tiempo aprender.

Por otro lado, algunos creen que Piñera se ha derechizado, en parte porque en el primer tramo de esta campaña se declaró en contra del matrimonio homosexual y del aborto en 3 situaciones, dos leyes impulsadas por su antecesora, Michelle Bachelet.

Por otro lado, algunos creen que Piñera se ha derechizado, en parte porque en el primer tramo de esta campaña se declaró en contra del matrimonio homosexual y del aborto en 3 situaciones, dos leyes impulsadas por su antecesora, Michelle Bachelet.

Pero hay quienes, de todas maneras, ven en este nuevo Sebastián Piñera una amenaza. "Piñera representa un derecha que tiene sus filas a defensores de violaciones a los derechos humanos, a gente que ve la inmigración como una amenaza, que ven a las mujeres que abortan como unas asesinas y que quieren profundizar el modelo neoliberal segregacionista", opina Coni Schon, secretaria general del Frente Autonomista y vocera del Frente Amplio. 

2. Las circunstancias del país

Piñera asumió como presidente el 11 de marzo de 2010, dos semanas después de uno de los terremotos más fuertes que haya sacudido a Chile.

"Al menos la mitad del esfuerzo durante toda la gestión fue dedicado a la reconstrucción del país y en consecuencia se sacrificaron muchas cosas que hubiéramos querido hacer", explica Hinzpeter.

Esta vez Piñera espera estar libre de situaciones como éstas para poder llevar a cabo su programa.

Una de sus principales consignas de campaña fue la del crecimiento económico, sobre todo porque durante los últimos años la economía se ha desacelerado y la gente ha sentido amenazadas sus posibilidades de ascender socioeconómicamente. 

3. El espectro político

Probablemente lo que más ha cambiado en Chile desde 2010 es la conformación del escenario político.

Como mostró la primera vuelta, existen partidos nuevos y alejados del centroque tienen potencial de crecimiento, en especial el Frente Amplio, una coalición nueva que surgió de las protestas estudiantiles de 2011 (durante el gobierno de Piñera).

Bachelet, además, logró aprobar una reforma profunda del sistema político que acabó con la vieja estructura binominal que favorecía a las dos grandes coaliciones, ambas cercanas al centro.

Ahora, sin embargo, la política está mucho más disgregada y en el Congreso no hay grandes mayorías.

Algunos analistas creen que el de Piñera será un gobierno de transición sin grandes sobresaltos, no solo porque no tiene mayorías, sino porque se da en un momento en que el país empieza a entender los cambios generacionales, demográficos y sociales que apenas se empiezan a notar.

Piñera tendrá que negociar con una oposición fuerte y radical que se opone a todo lo que tiene que ver con sus políticas, maneras y pensamientos.

Y está, además, el hecho de que la mayoría de los chilenos no votó en estas elecciones: la participación fue del 49% entre los 14.300.000 inscritos en un país de casi 18 millones.

Piñera, al final, ganó y se le ve con más comodidad que hace ocho años. Pero el país se ha convertido en un hueso más difícil de roer.