Estafas y trata: los riesgos de las ofertas de trabajo en Facebook

Con la ayuda un perfil falso, se destapa lo que se esconde en los grupos de trabajos en Facebook.

Estafas y trata: los riesgos de las ofertas de trabajo en Facebook

Por:Miguel García
Redacción Post

“Quedate tranquila, no es nada raro”. Cuando una conversación arranca así, se disparan todas las alarmas de Laura. Afortunadamente, ella se da cuenta de que hay algo sospechoso, y cierra la conversación. Pero no todos lo hacen.

Entre la infinidad de grupos que existen dentro de Facebook, algunos de los que manejan un mayor caudal de personas son los grupos de “clasificados”, que funcionan como una gran compra-venta de productos y servicios, inmuebles, y otros también como bolsas de trabajo. Laura ingresó a varias de las decenas de grupos en el área de Mendoza, y se encontró con muchas ofertas de trabajo que parecían demasiado buenas para ser reales: ofrecían ganar un gran sueldo, por pocas horas, y casi sin ningún tipo de requisito. El problema con las cosas que son demasiado buenas para ser de verdad, es que, por lo general, no lo son.

Cabe aclarar que Laura no es real. Es un perfil falso de Facebook, creado por el Post para investigar a donde llevan estos posteos que ofrecen excelentes y fáciles salidas laborales. ¿Cuántas de estas publicaciones que ofrecen un sueldo de 17.000 pesos por tres horas de trabajo y sin requisitos son más de lo que parece?

Detrás de estas ofertas de trabajo se esconden a veces cosas peligrosas. Estafas, extorsión, y hasta redes de trata, disimuladas para hacerse pasar por ofrecimientos de empleo honesto. Para eso, Laura publicó en estos grupos que buscaba trabajo, y contestó algunas de estas publicaciones. Las respuestas llovieron en cuestión de horas. ¿Con que se encontró Laura?

Estafas piramidales

El Post ya había denunciado varias veces a sistemas de estafas piramidales, como es Nu Skin, que durante años se dedicó a estafar a muchos incautos en Mendoza. A pesar de que creíamos que ya se había cerrado ese antro, lo cierto es que tres personas distintas le ofrecieron a Laura ser parte de la “empresa”, eso sí, sin decir en un principio que se trataba de Nu Skin.

La metodología en todos los casos fue la misma: la persona se presentaba ofreciendo un trabajo en una empresa, que siempre combinaba alguno de los siguientes términos en el título: “Internacional, Prestigiosa, Independiente, Sin Jefes ni Horarios, Network Marketing”, entre varias otras. Sin decir específicamente de que se trataba el trabajo, salvo que estaba relacionado con ventas, mandaban un largo video explicativo, que no explicaba nada, sino que usaba palabras complicadas para hacerlo parecer más de lo que era. Finalmente, para saber más, tenía que acudir a una reunión en algún hotel céntrico.

Cuando Laura les decía que quería más información antes de asistir a una reunión, los contactos admitían, de mala gana y luego de insistir en que “no era nada raro”, que se trataba de Nu Skin.

Lamentablemente, Nu Skin no es la única estafa piramidal que sigue captando personas. Laura recibió varias ofertas de sistemas similares, con otros nombres pero siempre siguiendo el mismo principio: mercadeo en redes y referidos, ingresar personas al sistema, y un producto poco claro.

Estafas directas

Laura también se encontró con otro tipo de estafas más directas, que pedían pagar una “licencia” para comenzar a comercializar algún producto. Por ejemplo, usando el mismo principio de intentar convencer con palabras bonitas y un video que no explica, un hombre le ofreció a Laura ser parte de una empresa que “te permite pasar del cuadrante izquierdo al cuadrante derecho” a través del “network marketing y la nutrición”. Aclaraba que no es Herbalife, por lo cual, probablemente, era Herbalife.

Finalmente, el destape: “Para el negocio se paga una licencia una única vez que te permite desarrollar el negocio en más de 90 países, incluye manuales, dos entradas para un seminario internacional, y la entrada a una fiesta en el Arena Maipú con comida y barra libre”. ¿El costo de la licencia? Casi mil pesos.

“No es nada, la entrada a la fiesta sola sale eso. Mi consejo, anda mañana, escuchá de que se trata, si no te gusta listo no hay problema”, agregaba. Claro, después de pagar esa “licencia”. Gracias, pero no gracias.

Trata

Otras ofertas eran todavía más sospechosas. Entre ellas, había una de un hombre que decía ser dueño de un local de ropa en la calle General Paz, y que justamente necesitaba una empleada con urgencia. Explicaba que viajaba con frecuencia a Chile, trayendo ropa para revender.

¿Cuál era el trabajo? Necesitaba a alguien que le ayudara “a llevar y traer”, y pagaba 500 pesos por acompañarlo. Además, le preguntó a Laura “si era nerviosa”, y cuando ella le preguntó por qué, respondió “o sea, por la presión que ejerce el viajar y las aduanas que te revisan”.

Tal vez era una oferta sincera y honesta de trabajo. Pero tal vez no. Y si no lo era… Laura, así como muchas otras mujeres necesitadas de trabajo, podrían caer en eso. Otros son menos sutiles:

¿Cómo saber si una oferta de trabajo esconde algo?

Hay muchas formas de darse cuenta si una oferta de trabajo es real o si se trata de algo más. Lo recomendable es seguir el principio: “si es demasiado bueno para ser real, lo más probable es que no lo sea”. Algunas pistas son:

- Salarios extremadamente altos, por pocas horas de trabajo.

- Piden ningún o casi ningún requisito.

- No explican con claridad de que se trata el producto o servicio que comercializa.

- No piden curriculum, simplemente que te presentes en algún lugar.

- Piden un monto de dinero para ingresar.

- No dice el nombre de la empresa, o no tiene una dirección propia.

Ante todo, debe predominar el sentido común. Si una persona realmente hubiera encontrado un trabajo donde gana más de 20 mil pesos por trabajar tres horas, desde su casa, y sin necesidad de estudios superiores, ¿estaría publicándolo por todos lados para que entre más gente?

Los desubicados de siempre

Por último, a pesar de que no está relacionado con las ofertas de trabajo, no hay que dejar de mencionar el viejo problema del acoso. Si bien el acoso callejero es una problemática que está siendo tratada en profundidad, no lo es tanto el acoso cibernético.

En muchas de las publicaciones en las que Laura comentó que buscaba trabajo, recibió respuestas totalmente desubicadas, así como muchos mensajes privados con chamullos baratos, incluso a veces de usuarios que ni siquiera eran de Mendoza .

Algunos recibieron una respuesta negativa, lo que provocó insultos y enojo. A los demás no se les respondió, pero al día de hoy siguen mandando mensajes a la casilla de Laura. Más de 100 cuentas masculinas enviaron solicitud a Laura, la saludaron con un “hola bb”, le pidieron que mandara fotos, o cosas peores. Desafortunadamente para ellos, Laura no estaba interesada.