Una investigación del Post reveló su uso. Pero BDA y el INV dicen que “no son vinos, legalmente”. Buscarán controlarlos.
Polémica por el uso de Jarabe de Maíz de Alta Fructosa en la industria del vino
Una investigación del POST que reveló el uso de Jarabe de Maíz de Alta Fructosa en la elaboración de “vinos” jóvenes de la Bodega Peñaflor generó un fuerte debate en las organizaciones que rigen la industria del vino. La propia presidenta de la COVIAR había pedido en la Vendimia y delante de integrantes del gabinete de Mauricio Macri, que se impulsara una ley para edulcorar bebidas gaseosas, jugos y otras, con mosto; que es un edulcorate natural. E hizo un fuerte alegato contra el uso del Jarabe de Maíz de Alta Fructosa, por los efectos dañinos sobre la salud. El jarabe favorece la hipertensión arterial, la obesidad y la diabetes y hay grandes movimientos mundiales en contra de su uso. Sin embargo, la certeza del uso local por parte de uno de los gigantes de la industria, Peñaflor, puso a las organizaciones que rigen los destinos del vino ante una disyuntiva. ¿Apoyar “lo correcto” y seguir diciendo que el mosto debe ser el edulcorante obligatorio de las bebidas, o alinearse a uno de los grandes que además presidió hasta hace poco a Bodegas de Argentina?
Las primeras repercusiones son muy interesantes, con algunas aclaraciones necesarias. Las bebidas que Peñaflor elabora en base a vino y edulcora con Jarabe de Maíz de Alta Fructosa, no serían legalmente vinos, tal como dijimos en nuestra propia investigación, aunque el propio grupo los presente, promocione y venda como vinos. Y el JMAF está prohibido como sustancia en la elaboración de vinos. Por eso, estos “cócteles” de la marca Frizzé –variantes Evolution y Orange- no son controlados por el INV.
Bodegas de Argentina
“No son vinos. Y punto. Sería preferible que usaran mosto, es verdad, pero es una cuestión de cada empresa… la verdad es que esos cócteles, no son legalmente vinos… Y estamos agradecidos de las empresas que son innovadoras, y nos permiten abrir estos negocios y llegar a otros mercados”. La frase es de Juan Carlos Pina, Director Ejecutivo de Bodegas de Argentina, la entidad “madre” de los bodegueros, que han salido a defender la elaboración de este tipo de bebidas que aunque no son legalmente “vinos”, se envasan, etiquetan, promocionan y venden como tales, y están hechos además sobre la base de vinos, y asociados a nuestra bebida nacional. Aunque usando el jarabe que hace mal, por cierto.
“Siempre nos quejamos por falta de innovación, y ahora que alguien innova, tenemos que agradecer que se abran las fronteras del vino” dijo Pina. “Claro que estamos de acuerdo en que sería mejor endulzar con mosto, y que los espumantes usaran mosto en lugar de sacarosa… eso sería lo deseable, pero no nos metemos en las decisiones de cada empresa… ¿Qué vamos a hacer? ¿Ir contra los espumantes también?- planteó Pina. Cuando se le señaló que el JMAF está objetado por sus consecuencias negativas, se limitó a decir que para el vino “está prohibido”.
Está claro que BDA decidió afrontar que el uso del mosto para edulcorar de modo natural y de paso sacar vino y uva del mercado para mejorar precios, no es una prioridad. Es más importante que se abran nuevos mercados, aunque usen productos cuestionados por organizaciones que las mismas bodegas integran.
Qué dice el INV
“Legalmente, el Frizzeé no es un vino. Pero estoy de acuerdo en que deberíamos controlarlos nosotros” dijo Armando Tognoli, gerente de fiscalización del INV. “No están dentro de la definición de vino de la ley, y los rige el INAL, el Instituto Nacional Alimentario”.
Tognoli es enólogo, y adelantó que el INV está “en proceso” de empezar a controlar estas bebidas, aunque no sean estrictamente un vino, tal como hacen –por ejemplo- con el vinagre. “Controlamos el vino hasta que ingresa a las fábricas de vinagre, cuando el producto es descompuesto y deja de ser un vino” aclaró.
Ver además: El jarabe de maíz de alta fructosa, el “veneno” del siglo 21
“Sí estoy de acuerdo en que deberíamos ser quienes controlen este tipo de productos” dijo respecto del Frizzeé Evolution, una de las marcas que Peñaflor presenta como “vino”.
-En este caso, la bebida es envasada, embotellada, presentada y vendida como un vino por el propio grupo- le señalamos.
-“Eso sería un error de Peñaflor. Es un cóctel. Ni siquiera puede ser considerado un cóctel de vino”.
-¿Cuánto vino tiene este cóctel?- preguntamos.
-“No lo podemos saber… no lo controlamos nosotros, aunque sí lo hacemos con otras variedades del Frizzé” dijo.
Tal como afirmamos en nuestra investigación, Peñaflor comercializa este “cóctel” -que el INV no controla, porque “no es un vino”- como si lo fuese, definiéndolo como “vino” en su página web, y montando la publicidad en ese sentido.
Los enojos
El presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan, Ángel Leotta, criticó a la bodega Peñaflor al conocer que la firma utiliza Jarabe de Maíz de Alta Fructosa para endulzar algunos de sus espumantes. “Todavía no salgo de mi asombro. Si es así, tenemos el rival adentro. Estamos diciendo desde la Corporación Vitivinícola que los jugos y bebidas alimenticias endulzadas con Jarabe de Maíz de Alta Fructosa atentan gravemente contra la salud y por eso me asombra que una empresa de nuestra industria lo use”, afirmó en los micrófonos de Radio Sarmiento, una de la más importante de la vecina provincia. A la hora de precisar las complicaciones para la salud del JMAF, edulcorante mucho más barato que el mosto y que la sacarosa de azúcar, Leotta dijo que produce “obesidad y diabetes grado II”. Las declaraciones del dirigente fueron reproducidas por el Diario de Cuyo, de San Juan.
Cuatro Conclusiones
1. La industria del vino va a priorizar la apertura de mercados nuevos con bebidas vínicas, aunque se trate de cócteles que no pasen por el INV y que se elaboren con un edulcorate no permitido en la elaboración de vinos, y que es muy cuestionado por sus consecuencias negativas para la salud. La posición es muy incómoda y revela una contradicción violenta, ya que la propia COVIAR insiste con la edulcoración con mosto. Pero, los resultados están a la vista. Ministros, legisladores, organizaciones de productores, bodegas, han trabajado contra el JMAF. Pero el Grupo Peñaflor, por lo menos, lo usa, por medio de un artilugio legal que le permite catalogar una bebida en base a vino, como si no lo fuese. Y listo. Es la única realidad.
2. El INV, como entidad rectora, debe controlar a todos los elaboradores de cócteles en base a vino, sin importar qué vacío legal exista para esquiva estos controles. Hay que controlar más, no menos.
3. La avanzada para usar mosto en lugar de Jarabe de Maíz de Alta Fructosa ya fracasó. El mercado y los costos lo imponen, aunque sea malo para la salud. Y más, si lo usa Peñaflor, uno de los gigantes del mercado.
4. El gobierno nacional debe imponer una regulación que obligue a distinguir de manera indubitable en etiquetas y “contra etiquetas” de cualquier producto alimenticio, el uso del Jarabe de Maíz de Alta Fructosa, con una leyenda que explica que se trata de un producto perjudicial para la salud.



