El Museo Whitney de Nueva York exhibe hasta el 17 de febrero una serie de frutas frescas sobre pedestales que, una vez maduradas, son convertidas en ensalada de fruta y ofrecida a los visitantes, como parte de la muestra del artista Darren Bader.
La muestra pareciera continuar la polémica de aquella pieza que el artista italiano Maurizio Cattelan exhibió a principios de diciembre de 2019 en la feria Art Basel de Miami: una banana real pegada a la pared con un trozo de cinta metálica, vendida a 120 mil dólares, y que muchos tomaron con tanto asombro como indignación.
Sin embargo, la obra de Bader (1978) es una pieza que el Whitney adquirió en el año 2015 para su colección permanente y que la institución decidió exhibir por primera vez en este comienzo de año. "Una escultura impecable de la naturaleza", definió el artista a cada una de las frutas presentadas como objetos formales, sobre pedestales de madera, de modo que se pueda apreciar su color, su forma y su textura.

Frutas y verduras de todo tipo para su apreciación.
Claro que con el paso de los días las frutas van a pudrirse, así es que, antes de madurar en exceso, el personal del museo retira las frutas de los pedestales; se pelan y cortan en cubitos para preparar una ensalada que se servirá al público.
Según informó el museo, "los visitantes están invitados a comer ensalada los lunes, miércoles y domingos de 15 a 18 y los viernes de 19.30 a 22" (hora de Nueva York).
Luego del aperitivo, la obra de arte se "refresca" con una nueva selección de frutas y verduras que se colocan sobre los pedestales, siempre siguiendo las instrucciones del artista.