5 razones por las que la ensalada es más rica en un restaurante
Preparar una buena ensalada también tiene su arte. No basta con echar la lechuga y tomate y "una pizca" de aceite y sal.
Si querés hacerlo bien, deberías tomar nota de estos consejos.
Porque hay cosas que hacen en el restaurantes que hacen que las ensaladas sepan mucho mejor que en tu casa.
5 razones, reveladas por Yahoo Foods.
1. Le ponen sal de una manera particular
Una gran ensalada casi siempre debe tener sal, y muchas veces más de lo que cabría esperar. En los buenos restaurantes lo hacen a conciencia, añadiendo sal a cada ingrediente (por separado), y no únicamente al aliño.
Si por lo general no solés agrega sal a tus ensaladas, la próxima vez prueba a rociar por encima un poco de sal marina, verás cómo sabe mejor.
2. Tampoco escatiman con el aceite
Como con la sal, en los restaurantes saben cómo utilizar el aceite, y no tienen miedo de él. Por eso suelen añadir mucho más aceite de oliva de lo que vos te atrevés. Esto no quiere decir que las ensaladas deban ser grasientas. De hecho, sí hay una cosa que en los restaurantes hacen mal (a veces), se pasan con el aliño.
3. Lleva de todo
Las mejores ensaladas son las que dan mucho trabajo. Cuanto más variedad mejor y además, los ingredientes suelen estar uniformemente preparados y picados, bien porque un cocinero profesional se ha molestado en hacerlo o porque disponen de una trituradora.
En cualquier caso, es laborioso, y además de requerir tiempo, hay que hacerse con un buen arsenal de ingredientes tipo granos, frutos secos, taquitos de carne, queso fresco… hasta cebolla recién frita.
4. La preparan en un bol muy grande
Este truco sí se puede hacer en casa. En los restaurantes, cuando preparan una ensalada suelen utilizar una fuente enorme y usar unas pinzas para remover los ingredientes. Mezclar una pequeña cantidad de hojas verdes en un gran plato facilita lo tarea porque permite cubrir por entero las hojas con el aderezo y que se mezclen completamente con todo lo demás.
Seleccionar la fuente más grande y profunda, echar en el fondo el aliño, añadir los ingredientes poco a poco e ir volteándolos con unas pinzas o los cubiertos de servir.
5. ¡La hace otro!
Ahí está la clave, que no la has hecho vos. Y es que hay algo inexplicable en este hecho, pero cuando cocina otro parece que el plato es más especial.
Aunque se trate de una simple ensalada, la percepción es otra. No sólo porque seguramente han incluido ingredientes que vos nunca habrías pensado que podían encajar en una ensalada, sino porque resulta un lujo comerse una deliciosa ensalada (o cualquier otra cosa) en un restaurante sin que hayas tenido que mover un dedo.