Nu Skin, cómo es la estafa mendocina en primera persona

En esta segunda entrega, se muestran testimonios en primera persona y contradicciones de los que dicen que ganan “fortunas”.

Nu Skin, cómo es la estafa mendocina en primera persona

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Dicen que “segundas partes nunca son buenas”. En el caso de la firma Nu Skin, cuyas polémicas prácticas fueron desnudadas hace unos días por el Post, esa máxima está a punto de ser refutada por lógica intrínseca.

Antes que nada, la presentación: Nu Skin es una empresa que utiliza el cuestionado sistema piramidal para reclutar incautos, haciéndoles creer que ganarán una millonada de dinero vendiendo productos de cosmética que en realidad son invendibles

Los detalles de su avance en Argentina pueden verse en el edicto publicado el 21 de agosto de 2009 en el Boletín Oficial. Allí, se hizo pública la revocatoria del nombramiento de sus representantes legales, Blake Roney, Steve Lund, Richard Hartvigsen, Emilio Vogelius, e Ignacio Randle; y se designó como representante legal en el país a Horacio Hernán Randle, con domicilio especial en Carlos Pellegrini 1135, Piso 2º de la Ciudad de Buenos Aires.

Poco después llegó el desembarco en Mendoza, donde despunta el negocio una joven llamada Laly Morales Velasco (foto) junto con Matias Tute Bruera.

Dos de las fuentes consultadas para esta nota, ambos colegas de diario Los Andes, refieren a su persona como parte importante de la trama.

“En enero me convocó una amiga, en la calle Arístides Villanueva, para ofrecerme el negocio. Estaba Laly, que fue la que me convocó”, dijo Maximiliano a este diario.

Según el periodista, “te mostraban como que Nu Skin era lo máximo; eso hasta el momento que decís que no tenés la plata. Te pedían 12 mil pesos para entrar”.

Luego, reveló una curiosa anécdota: “Hasta me tuve que pagar la bebida que consumió Laly, que se fue de la mesa enojada”. Una digresión: ¿Acaso no se gana millonada de dinero con este negocio? Se ve que no.

Federico, otro de los colegas que se animó a hablar al respecto, admitió que la famosa Laly no habla con los medios. “Tienen la orden de no hablar con los medios, te mandan a una de las reuniones; me querían hacer firmar un acuerdo de confidencialidad”.

Según la misma fuente, Nu Skin “solo sirve para que los de abajo sostengan a los de arriba”. Clarísimo.

Otro periodista, Raúl G., directamente reveló la trama en su perfil de Facebook con lujo de detalles:  

Una vez ya caí, dos veces no... Tal vez sea uno de los pocos valientes que cuentan esto por miedo a que piensen “qué boludo” pero me parece que como comunicador social tengo que hacerlo para que otras personas no caigan en la misma y pierdan el tiempo como yo.

Bueno, paso a contarles, la semana pasada me escribió una ex compañera de la facu por Facebook, diciéndome si podíamos tener una reunión de trabajo porque está en un negocio y quería ofrecerme trabajo, la reunión era ese mismo día en el Le Parc a las 20, estuve puntual y no me quería decir de que se trataba, lo que si vi es mucha gente esperando, supuse que para ver algunas de las obras.

De repente empiezan todos a entrar a una de las salas y la chica que me citó a la reunión me dijo que pase, ninguno de los que estábamos ahí entendía de qué se trataba.

Resulta que era una "conferencia" para trabajar en Nu Skin, compañía de productos anti-age, a sala llena en la que éramos cerca de 200 personas.

Prometen hacerte rico de la noche a la mañana con sus productos, viajar a lugares paradisíacos y poder retirarte del negocio en pocos años sin la necesidad de seguir trabajando y teniendo ingresos tan altos que ya no necesitarás trabajar más. Pero al finalizar, cuando te volvés a reunir individualmente con la persona que te llevó, te explica que para empezar tenés que comprar un kit que sale 13.000 pesos y hasta lo podés pagar en 18 cuotas sin interés.

(…) Hoy me escribió una chica que conozco de una banda de unos amigos, diciéndome que se quería juntar conmigo en el Itaka de la Arístides por un negocio, se acercó un chico a preguntarme "si me llamaron por un negocio" le dije que sí e inmediatamente pregunté si era Nu Skin; me dijo que sí. Inmediatamente me fui y me volví a mi casa con bronca pensando "2 veces de boludo, no". No los aburro más, necesitaba contarles, no solo por hacer catarsis, sino también por si les ha pasado lo mismo o si reciben una oferta similar para que no caigan en la misma, ya que también nuestro tiempo vale y mucho.

Otro colega, esta vez de diario MDZ, también refrendó lo publicado por este diario: “Hola Christian, ¿cómo estás? recién leo tu nota sobre Nu Skin. Los primero párrafos son tal cual lo que sentí yo cuando me lo ofrecieron. Por suerte no acepté”.

Pareciera que solo son tentados periodistas en el referido negocio trunco, pero no es así. María, una empleada pública mendocina, también estuvo a punto de caer en la trampa:

La reunión a la que me invitaron fue un día jueves en a la 20:30 en la Sala Azul en Le Parc; había mucha gente joven y cuando llegué salía gente de otra reunión de Nu Skin. Una conocida me la dibujó como exitosa, que vas a tener mucha plata y dejar luego tu trabajo. bla bla.

Mi amiga está metida con la hermana como socia. Luego de la reunión tenías que salir y hablar con la persona que te contactó, que estaba afuera de la sala.

Por suerte no caí y no puse la plata. Había mucha insistencia en que ingresáramos, ya que con un ingreso de otra persona recomendada ganás el 5% de lo que genere. Tenías que pagar $13.200 en efectivo o con tarjeta de crédito. Eso para ser distribuidor y comenzar en la empresa.

Con esto te daban un usuario y contraseña de la página Nu Skin para ver tus ventas o la gente que has ingresado. Pero nunca nos dijeron el precio de las cremas o los aparatos para la piel. Y mucho menos dónde estaba el local acá en Mendoza o algún contacto. Nada de nada.

Me acuerdo que la chica principal tenía 28 años y era kinesióloga, en un año había metido a toda su familia.

Como puede verse, los mensajes de alerta abundan. Por caso, uno de los tantos correos electrónicos que llegaron a este diario reveló: “Hola, buen día, acabo de leer la nota de Nu Skin, me pareció muy interesante ya que fui a unas de esas reuniones en Le Parc y se notaba a lo lejos que era una estafa. No te explicaban nunca el precio de los productos, solo que tenías que pagar $13.200 para adquirir una franquicia. Y luego conseguir más socios”.

Y otro más: “Hace unos días leí la nota de Christian Sanz referida a Nu Skin. Les comento que una persona cercana a mí está participando de ese negocio (a pesar de mis advertencias para que no lo hiciera) desde hace casi un año. Claro está que, después de todo ese tiempo, todavía no ha visto un centavo”.

Muchos otros mensajes similares llegaron al Post, también al correo electrónico de quien escribe estas líneas, así como sus cuentas de Facebook y Twitter. Los indignados, abundan.

También recrudecieron los mensajes de enojo, tanto con este diario como con el autor de la nota de marras. En ellos, se amenazó con juicios penales, cartas documento y hasta agresiones físicas.

Al mismo tiempo, los “militantes” de Nu Skin aseguraron haberse hecho prácticamente millonarios gracias a su desempeño en esa firma. Está claro que, con este último dato, pretendieron echar por tierra la investigación del Post.

Aprovechando esa pretensión, este cronista impulsó un desafío concreto y verificable a través de las redes sociales: que cualquiera de ellos mostrara su último año de facturación. Si les había ido tan bien como aseguraban, ello se vería reflejado en sus propias finanzas.

Y allí ocurrió lo inesperado: nadie respondió al desafío. Nadie, ni una sola persona. Ello a pesar de que en posteos anteriores referidos a Nu Skin los mensajes combativos no dejaron de sucederse.

Fue momento de buscar a todos y cada uno de los que en un primer momento habían escrito a este cronista para echarle en cara lo mucho que habían ganado en los últimos meses. A todos se les hizo el mismo desafío: que mostraran su facturero. Tampoco aceptaron.

Denuncias y algo más

Una de las fuentes consultadas para el presente artículo, el especialista en sectas Pablo Salum, aportó los datos del costado más polémico de Nu Skin: el que tiene que ver con los históricos señalamientos en su contra.

Según Salum, ya en la década de 1990, la Comisión Federal de Comercio (FTC) investigó a la empresa sobre la base de las quejas de sus prácticas de marketing multinivel. Luego:

-En 1992, Nu Skin fue acusada en 5 Estados por publicidad engañosa y por exagerar los ingresos obtenidos por los distribuidores.

-En 1994, a raíz de una investigación de la FTC, la compañía pagó $ 1 millón y firmó un decreto de consentimiento que prohíbe que hacer afirmaciones engañosas o infundadas sobre sus productos.

-En 1997, la compañía pagó un adicional de $ 1.5 millones a la FTC para resolver las acusaciones en curso de reclamos promocionales sin fundamento.

-En 2014, el gobierno chino anunció que estaba investigando Nu Skin por operar en lo que se denomina “un esquema piramidal ilegal”.

-También en 2012, Citron Investigación emitió un informe “que indica que el modelo de ventas de Nu Skin en la China continental, el mercado de mayor crecimiento en la venta directa, ascendió a un plan de marketing multinivel ilegal”.  

A raíz de la investigación ad hoc, se anunció hace unos meses que el gobierno chino podría multar a Nu Skin por aproximadamente $ 540,000 dólares debido a supuestas ventas ilegales, así como el hecho de hacer afirmaciones falsas sobre sus productos.

-En 2012, la Universidad de Stanford intimó a Nu Skin a que desista de usar el nombre de uno de sus investigadores, Stuart Kim, en las publicidades de sus productos.

Más claro, echarle agua.

Colofón

Luego de publicada la primera nota de esta saga en el Post, hubo docenas de intentos por parte de miembros de Nu Skin para que sea removida de los servidores de este diario.

Hubo llamados telefónicos, amenazas de demandas judiciales y otras mecanismos de apriete.

Por ello, en lugar de recular, se decidió avanzar aún más en el tema mostrando algunos testimonios en primera persona y puntuales incongruencias de las proclamas de quienes aseguran que se puede ganar dinero vendiendo los productos de esa marca.

La realidad es otra: hay miles de mendocinos que han sido engañados, que saben que jamás podrán vender los onerosos productos de Nu Skin y que hoy intentan recuperar sus fondos metiendo a otros incautos en el mismo sistema en el que ellos cayeron. Está claro que el Post arruinó sus planes al dar a conocer la trama fina de la cuestión.

Está comprobado que solo quienes están en la parte superior de la pirámide ganan dinero, unos pocos afortunados. Para los demás, solo habrá migajas, que jamás cubrirán lo invertido.

No casualmente, aquellos que viven a costa de los que están en la base de la pirámide son los principales impulsores de la movida contra este diario.

Ellos, los que necesitan que la estafa no quede al descubierto, son los que han motorizado a los usuarios de redes sociales a bombardear con mensajes al Post. Lo han hecho a través de dos grupos cerrados llamados “Magenta” y “Gringos”, manejados por una mujer llamada Pamela Gómez. Esta, junto a María Victoria Giordano —líderes del negocio en Argentina— son las que impulsan los aprietes a los medios para que no hablen mal de Nu Skin.

También aparece la arenga de María Sol Clérici, del mismo equipo, revelando cuál será la estrategia de la firma frente a la investigación de este diario. El Post consiguió el documento por parte de uno de los damnificados, también parte importante del "team" líder:

Hay mucha tela para cortar al respecto, demasiado para decir. Mucho más para revelar. Por ello, como dice una vieja frase de la televisión argentina, habrá más novedades para este boletín.