Pescarmona habló de todo: "De Vido amenazó a mi hijo"

El arrepentido se confesó en una entrevista con diario Perfil.

Pescarmona habló de todo: "De Vido amenazó a mi hijo"

Por: Mendoza Post

 Después de arrepentirse ante el juez Claudio Bonadio en el marco de los cuadernos de Centeno y las coimas K, y ya sin control de Impsa, el empresario mendocino Enrique Pescarmona se sinceró ante el director de Perfil, Jorge Fontevecchia.

 Autocrítica, vergüenza y cómo Julio De Vido amenazó de muerte a uno de sus hijos. Aquí algunas de las preguntas y respuestas más destacadas. La nota completa, en este link. 

-¿Por qué esperó cuatro semanas para presentarse?

 -Tenía una reunión fijada con el primer ministro malayo que no se podía cambiar para el viernes 4 de octubre. Rubén, que es muy testarudo, quería declarar que no era culpable. No había forma de convencerlo, hasta que yo llegué. Rubén Valenti es un tipo fantástico, trabajó toda su vida como un negro. Es un trabajador incansable. Se levanta a las 7 y trabaja hasta las 12. Es muy insistente y a veces se pasa. 

-¿Confía en un juez como Bonadio, que fue parte de la famosa servilleta de Corach, y un fiscal como Stornelli, que fue ex funcionario de Scioli?

-Creo en la Justicia. Quiero una Justicia independiente. Es la única que funciona en un país como la gente. 

 -¿Qué autocrítica tiene para hacer? 

-Estoy arrepentido. La verdad que me faltó resiliencia. Los atrasos en los pagos en Venezuela eran muy complejos. La verdad que se atrasaron mucho, se pasaron facturas por 300 o más días, y no las pagaban. Me pasé muchas noches sin dormir buscándole una solución. Lo más importante de las empresas son la gente. No es el capital, sino la gente que uno tiene y por eso hay que defenderla. 

 -¿Le faltó resiliencia? 

-Me faltó, sí, porque después de 11 meses de no cobrar uno empieza a tomar decisiones erróneas. Me sentía como si estuviera secuestrado. Todavía, cada dos meses o 45 días, me despierto a las tres de la mañana con ataque espasmódico, pensando que estoy en el calabozo. En donde me tuvieron guardado 45 días, en el suelo, en condiciones inhumanas. Me sentía en las mismas condiciones con los K y estos chicos. Era un sistema sistémico de cobranza. Fue una sensación muy acosadora, extorsionadora, me sentía una porquería. Me estaban extorsionando y haciendo cosas ilegales. A veces uno toma decisiones que jamás debería haber tomado. 

-¿Siente vergüenza?

-Claro que me da vergüenza. ¡Como no me daría vergüenza! Muchas veces me he puesto a llorar por haber tenido que hacer estas cosas. Cuando estaba en el calabozo, a veces lloraba. A uno le da una angustia muy grande. 

 -¿Qué sintió cuando se enteró de la aparición de los cuadernos de Centeno? 

-Me parecía que no eran ciertos. Pero cuando empezaron a aparecer los arrepentidos se convirtieron en ciertos. 

-¿Cómo fueron estos meses en lo personal, lo familiar? 

-Horrorosos. Primero perdimos credibilidad, respetuosidad, prestigio. Estamos todos golpeados, lo cual es malo. Uno deja de ser creativo, no piensa en nuevos proyectos y trabajos. El empresario no hace las cosas por plata, las hacemos porque nos gusta. Soy ingeniero y me importa hacer más cosas de ingeniería, que ganar más plata. Si me dan un proyecto de algo extraordinario y no tengo que ganar nada, lo hago. Soy un nerd. La plata nunca es un fin para mí, es un medio para hacer cosas que te interesan. 

 -¿Es consciente de que la opinión pública cree que los empresarios se colocan en el papel de víctimas para evadir la crítica social?

-Es probable que la gente tenga razón, pero no en mi caso. Yo no fui beneficiado de este sistema. Al contrario, perdí la empresa y más de cien años de trabajo. Perdí por no poder estar en la empresa, dejé el 65% en manos de los acreedores. Trabajé para hacer una gran empresa fuera de Argentina y la perdí por esto. Ninguno de la familia puede ser director y estar ahí, a pesar de tener el 35% de las acciones. Había que salvar a la gente, la tecnología y las empresas. Es importante que las empresas sigan creando valor. Este proceso puede complicar la economía y hay que salir rápido. Tiene que servirnos para aprender. Si uno no aprende con esto es porque es un marciano. 

-¿Recibió castigo social por esto? ¿Alguien lo insultó? 

-Nunca me insultó nadie. No voy mucho a los restaurantes.

 -Relate los encuentros que tuvo con De Vido, cuando le dijo que, para tener obra pública, usted necesitaba un socio. 

-El vino un día a cenar, se invitó. Yo estaba de acuerdo. Al principio empezó bien, pero cuando llegó el tiempo de los postres empezó a decir que necesitábamos un socio. Le dije que nosotros no necesitábamos un socio. Uno de mis hijos le dijo que ya teníamos un socio en Paraguay, que la plata la poníamos nosotros, que teníamos el conocimiento, podíamos financiar el proyecto y le íbamos a resolver un problema de energía a Argentina. Cuando mi hijo le explica eso, el señor se enoja, le dice "pendejo de mierda" y se retira enojado. 

-En su declaración usted sostuvo que insultó fuertemente a su hijo Lucas. 

-Sí, lo insulta. Nosotros somos educados. Podemos ser apasionados, pero no somos maleducados. 

-¿Amenazó de muerte a sus hijos? 

-Sí. A uno le dijo: "Pendejos como vos aparecen después en un arroyo".