El campo laboral ya no es el mismo de hace 10 años atrás y por eso, las aristas han cambiado.
Trabajo: las empresas del siglo XXI buscan un postulante disruptivo
Un tema de interés para unos y otros: tanto empleadores como empleados se fijan en las aptitudes y actitudes necesarias para desenvolverse en los tiempos que corren.
El campo laboral ya no es el mismo de hace 10 años atrás y por eso, las aristas han cambiado. "Los negocios se están moviendo hacia la inclusión y los procesos de innovación requieren abordajes compartidos", explica el Licenciado Rubén Pelegrina, docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Maza.
El profesional afirmó que en un contexto global donde las relaciones humanas son mediadas por nuevas tecnologías, el mecanismo de trabajo debe responder a la globalización que hoy experimentamos: "Cada vez más los ambientes están diseñados para trabajar desde la diversidad y las diferencias, se trata de armonizarlas", señala.
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Otras dos características de los negocios actuales son la horizontalidad y la validación social. La capacidad de crear relaciones constructivas, democráticas y vincularse con las comunidades de clientes (y aquellos que no lo son) parecen ser claves para el éxito de los negocios, ya que estos participan y suministran ideas que las empresas comercializan.
En otro sentido Pelegrina subraya que "el mejor predictor del desempeño de las personas en el ámbito del trabajo lo constituyen los propios rasgos de personalidad". Actualmente se busca que pueda resolver problemas complejos de maneras nuevas, cambiando paradigmas tradicionales e innovando.
El trabajador debe poder adaptarse con muchísima rapidez a los cambios que se van presentando en un mundo vertiginoso.
"Conceptos tales como la capacidad para planificar el trabajo individual, la autorregulación o el autocontrol son competencias que se vuelven imprescindibles en la actualidad", agrega.
Los negocios en plena virtualidad
Se ha ido construyendo una trilogía de habilidades: los conocimientos disciplinares o técnicos en una materia específica, las capacidades comunicacionales para trabajar en equipo y poder aplicar esa comunicación en los entornos virtuales.
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En cuanto al tradicional currículum vitae, Pelegrina asegura que se ha transformado en un perfil en las redes sociales. Las instituciones prestan atención al perfil social y público del postulante como carta de presentación digital.
"El trabajador profesional en una empresa del siglo XXI debe ser una persona capaz de construir soluciones centradas en el usuario a partir de un abordaje colectivo, horizontal, orientado a armonizar las diversidades, que busque permanentemente transformar desafíos desconocidos en proyectos disruptivos", resumió el entrevistado.
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