Una extraña enfermedad hace que no pare de crecer: ya mide más de 2 metros

El joven brasileño tiene 22 años y mide 2,23 metros y no para de crecer. Los especialistas aún no encuentran el origen de esta extraña patología

Una extraña enfermedad hace que no pare de crecer: ya mide más de 2 metros

Por: Mendoza Post

Rodrigo Santos Mota no sabe cuál es la causa de que su cuerpo no para de crecer. Aún los especialistas, no pueden encontrarle explicación a que este muchacho de 22 años ya pasó largamente los dos metros de altura. Su historia se volvió masiva hace cinco años cuando se mudó de la ciudad de Ipiaú, en el sur de Bahía (Brasil), para tratar de encontrar una salida a su problema físico descontrolado.

Años atrás, el joven vivía con sus padres en la zona rural de Ibirapitanga, debió dejar su casa para ir a lo de su abuela para realizar una serie de tratamientos que no tuvieron el resultado esperado.

Rodrigo a causa de su desmedida altura,  padece otras consecuencias que las vive en carne propia: bullying, depresión y hasta dificultad para conseguir ropa de su talle.

Rodrigo ha sufrido depresión y bullying debido a su extraña enfermedad

"La mayor dificultad es comprar ropa, ya que ninguna sirve. También es difícil dormir, porque no tengo sueño y también porque no hay una cama de mi tamaño", contó el joven . También indicó que había dejado el colegio por el maltrato que sufría de sus compañeros. 

En su incesante lucha para encontrarle una solución a su extraña enfermedad, el joven brasileño, a fines de 2016, inició nuevos tratamientos en dos instituciones de salud en Salvador. Pero, fue todo en vano ya que su crecimiento no parece tener límites.

"Lo que más escuché fue sobre un tumor en el cerebro que libera hormonas del crecimiento y me hace crecer. Me dijeron que mientras no me opere, seguiré creciendo", explicó el joven gigante. Aunque añadió que también le han dicho algo completamente opuesto: "Otros (médicos) dijeron que no era necesario operarme. Una vez me dieron medicinas, pero no surtieron efecto".

"Lo que siempre me hice fueron estudios. El tratamiento que estaba haciendo eran básicamente estudios y consultas", explicó Rodrigo  quien tuvo que suspender el tratamiento en marzo de 2020, en Salvador, a causa de la pandemia.

Depresión

Debido a no tener una respuesta certera por parte de los especialistas y solución a su problema, el joven brasileño pasó por una etapa de profundo bajón anímico y hasta necesitó tomar medicamentos para superar la frustración de su crecimiento desenfrenado.

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El drama comenzó cuando tenía 12 años y desde entonces su cuerpo no ha parado de crecer. En 2016 registró 2,18 metros y hasta este año, cree que ha crecido aproximadamente cinco centímetros más.

Ni los especialistas tienen claro el diagnóstico de este muchacho. Uno vino y dijo que era una enfermedad, otro dijo que era otra. Yo también era muy joven. Incluso tuve que tomar medicamentos para la depresión, pero era mucho en mi mente", recordó Rodrigo.

Bullying

Su enrome tamaño le pasó factura en su adolescencia. A los 17 años, cansado de las bromas y cargadas, Rodrigo dejó de estudiar. El acoso que sufría en el colegio era demasiado para él.

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"Siempre van a decir cosas sobre mi altura. No tengo forma de pasar desapercibido... pero después de un tiempo, cambié. Hoy en día ni siquiera me importa. Siempre hay algunos que se piensan que son divertidos, pero es parte de lo que me toca vivir. Aprendí a lidiar con eso", explicó Rodrigo.

"Además, pasó el tiempo y evolucionamos, abriendo nuestras mentes ya no siento vergüenza", añadió.

Futuro como policía

A pesar del bullying, su sueño de ser policía pudo más y entre idas y venidas, retomó sus estudios. Antes de la pandemia, cursaba segundo año de bachillerato.

"Eso es lo que tengo en mente, ser policía. Quiero terminar mis estudios e ir a la universidad, tener una vida mejor. Aparte de eso, lo tomo con calma, será lo que Dios quiera", dijo el joven.

De todos modos en tiempos de pandemia su vida quedó en pausa. Rodrigo dice que siempre ha sido más hogareño y, con la necesidad de aislamiento social, se ha cuidado en casa.

La rutina de Rodrigo, antes de la pandemia, era ir a Salvador de tres a cuatro veces al mes. La última cita que hizo fue a principios de 2020. Desde entonces, ha estado esperando el mejor momento para ir a la capital bahiana a retomar el seguimiento médico.

"Quiero volver a los médicos para ver cómo está la situación. Los médicos me estuvieron llamando para ver cómo estaba", dijo Rodrigo que considera que, a pesar de todos sus esfuerzos, el cuadro clínico sigue siendo igual desde los 12 años. Fuente: O'Globo

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