Herencia de los pueblos originarios y símbolo de protección espiritual, este ritual ancestral se renueva cada año en hogares y comunidades de todo el país.
Por qué tomar caña con ruda se vuelve tradición el 1 de agosto
Cada 1 de agosto, miles de argentinos se despiertan temprano para cumplir con un ritual cargado de historia, simbolismo y fe: tomar caña con ruda. Esta costumbre, fuertemente arraigada en las provincias del norte y noreste del país, tiene su origen en las comunidades indígenas guaraníes, y con el tiempo se expandió a otras regiones, fusionándose con elementos del catolicismo y de la cultura popular.
Por qué se celebra en esta fecha
La fecha no es casual: el 1° de agosto se celebra el Día de la Pachamama, la Madre Tierra, una figura sagrada para los pueblos originarios. En este día, se le agradece por los frutos recibidos y se le pide protección para el nuevo ciclo. El acto de beber caña con ruda se convierte así en una ofrenda y un gesto de conexión con lo natural.
¿Qué es la caña con ruda?
La bebida se prepara macerando ramitas de ruda macho en caña -un aguardiente tradicional- durante al menos una semana. Algunos agregan cáscaras de cítricos o un toque de miel. El resultado es un brebaje amargo, fuerte y profundamente simbólico.
Propiedades atribuidas
Desde el punto de vista científico y medicinal, se le atribuyen efectos antiparasitarios, digestivos y calmantes frente a irritaciones por picaduras o ardores estomacales.
En cambio, desde lo simbólico, implica convicción en su poder como amuleto protector, que repele la "mufa", la envidia o la mala suerte.
Por qué tomar caña con rueda se convierte en un ritual
Limpieza espiritual:
Al ingerir el preparado en ayunas, se cree que se elimina energía negativa acumulada, promoviendo un renacimiento corporal y emocional.
Protección y buena suerte:
Popularmente se dice: "La caña con ruda, contra el mal ayuda". La tradición sostiene que ahuyenta la envidia, previene enfermedades y favorece la prosperidad.
Conexión con la Pachamama:
Consumir esta bebida fortalece el vínculo con la Madre Tierra, demostrando gratitud y solicitud de amparo espiritual para el ciclo anual.
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¿Cómo se realiza el ritual?
Preparación:
Se recolectan ramitas de ruda macho o ginebra durante julio. Se colocan en un frasco con caña o alcohol neutro, opcionalmente con cáscara de cítrico o miel. Se deja macerar al menos una semana en lugar fresco y oscuro.
Consumo y cantidad:
En la mañana del 1° de agosto, en ayunas, se ingieren tres o siete sorbos, o un vaso pequeño. Durante el ritual, algunas personas repiten en quechua o aymará la frase "kusiya, kusiya" ("ayúdame, ayúdame").
Compartir:
Hasta el 15 de agosto, quienes no tomaron pueden recibir una copa de caña con ruda preparada por otros, manteniendo la tradición.
Ofrenda a la tierra:
En algunos casos, se vierte un poco del brebaje en la tierra (maceta o huerto) como acto simbólico de reciprocidad con la Pachamama.
Origen de la tradición y sincretismo cultural
La tradición de tomar caña con ruda cada 1° de agosto tiene un origen profundamente enraizado en las prácticas espirituales y medicinales de los pueblos originarios del cono sur, especialmente los guaraníes y las comunidades andinas del noroeste argentino, Bolivia y Perú. Esta costumbre nace de la necesidad ancestral de protegerse del "mes de los males", como solían llamar a agosto, considerado un período crítico por su clima riguroso, la proliferación de enfermedades y las muertes en comunidades humanas y animales.
No obstante, con la llegada de los conquistadores españoles, se introdujo el aguardiente de caña, un alcohol económico y accesible que fue rápidamente incorporado a la medicina popular como vehículo para extraer y conservar principios activos de las plantas. Así nació la combinación entre caña y ruda: un brebaje que funcionaba tanto como tónico para la salud física como protector espiritual.
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