Por qué la sobremesa puede mejorar tu salud y tu felicidad

La sobremesa no es solo un momento agradable después de comer. Según distintos estudios, este tiempo compartido alrededor de la mesa puede tener un impacto positivo en la salud, la felicidad y las relaciones personales.

Este hábito, muy presente en la dieta mediterránea, fue destacado por la UNESCO en 2010 como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, no solo por la comida, sino también por la importancia de compartirla.

Un estudio global realizado en 43 países con más de 150.000 chicos y adolescentes encontró que las familias que comen juntas todos los días tienen menores tasas de obesidad. Esto se debe a que cuando comemos en grupo, solemos dedicar más tiempo a cocinar y a elegir alimentos más saludables.

Además, compartir las comidas ayuda a desarrollar una mejor relación con la comida, especialmente en niños y adolescentes, según explicó Marta Guasch-Ferré, profesora de Epidemiología en la Universidad de Copenhague.

La sobremesa fortalece los lazos

Comer acompañado es compartir más que alimentos: es compartir historias y aprendizajes. Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya demostró que las familias que no practican la sobremesa tienden a alejarse de los buenos hábitos alimenticios.

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Francesc Xavier Medina, antropólogo alimentario, explicó que este tiempo alrededor de la mesa también es una forma de educar. Lo que pasa en la sobremesa queda grabado como parte de nuestras costumbres.

Mejora la recuperación

El equipo de Medina también estudió el impacto de comer en compañía en hospitales. Los pacientes que comían con familiares o amigos se recuperaban más rápido. Compartir ese momento hace que sea más agradable y que se coma mejor.

La sobremesa y la felicidad

El World Happiness Report 2025 encontró una conexión directa entre la cantidad de comidas compartidas y el nivel de felicidad. Personas de 140 países que comían acompañadas varias veces por semana reportaron mayores niveles de satisfacción con la vida.

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España, Italia y Portugal figuran entre los países donde este hábito se mantiene fuerte. Pero en lugares como Estados Unidos, cada vez más personas almuerzan solas. Y los más afectados por esta tendencia son los jóvenes.

Alberto Prati, profesor de la Universidad de Oxford, advirtió que este cambio social viene creciendo en las últimas décadas y que comer solos se está volviendo más común, algo que puede afectar el bienestar emocional.