Abraham: "Hay hartazgo social con Lobos"

Casi sin recursos, pelea el regreso a la intendencia contra el monumental aparato y la fortuna de Lobos en Guaymallén. ¿Por qué quiere volver? ¿Puede ganar? Un resultado con incógnitas.

Abraham: "Hay hartazgo social con Lobos"

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Alejandro Abraham (54) es abogado y peronista. Y diputado nacional. Busca volver a ser intendente en tierra arrasada. Hace 16 meses dejó la Municipalidad, y pasó de todo. Un todo resumido en las denuncias que la justicia provincial y también la federal acumulan contra el actual intendente Luis Lobos: lavado de dinero, evasión, fraude, y ñoquis para financiarse. Y los negocios, claro.

Además, está lo político. Abraham y quienes le siguen aseguran que Lobos no conecta con la gente, que no dialoga con los habitantes del departamento, y que ha maltratado a mansalva a peronistas y empleados municipales.

Guaymallén es hoy una gran confusión electoral. Hay 46 listas, de las que el intendente Lobos se reparte en 24. Abraham, sin apoyo de la estructura provincial del PJ, va a las PASO de este domingo casi con lo puesto, contra un aparato que se ha gastado más de 12 millones de pesos en esta campaña municipal (más que un candidato a gobernador), que ha regado dinero en los medios, contratado un millar de traffics para mover gente el domingo, y hasta un call center, con el que les ofrecen a los votantes de Guaymallén, llevarles la boleta a su casa.

Abraham en campaña.

Los principales encuestadores no se ponen de acuerdo respecto de qué va a pasar el domingo en Guaymallén. Hay quienes dicen que la ventaja es de Abraham, otros sostienen que quien lidera es Lobos. Como dijo un candidato radical con posibilidades, quien gana hoy con este sistema de PASO donde todos pueden ir en las boletas de todos, es la confusión.

En medio de este panorama, Abraham explica por qué quiere volver a ser intendente.

-Faltan tres días. ¿Le tocó enfrentar mucho aparato?

-Muchísimo. Muchísimo dinero en publicidad. Gigantografías, la gráfica en los diarios Los Andes y Uno, páginas completas todos los días con publicidad del actual intendente, y con toda la gestión funcionando en pos de las elecciones.

-¿Cómo está el peronismo de Guaymallén?

-Muy fragmentado. Se apela a cualquier tipo de chicana para sacar un voto más.

-¿Por qué lo acusan de querer votar a Cornejo? ¿Mandó a cortar boleta, como Iglesias en 2011?

-No. Es exactamente al revés. Nosotros enviamos folletería explicando a la gente que hay tres candidatos a gobernador, que son Bermejo, Carmona y Roby. Y les decimos que si ya tienen decidido votar a un candidato a gobernador de otro partido, lo hagan con nuestra boleta de intendente. Hay un voto cruzado que tenemos registrado entre un candidato opositor (N de la R: se refiere a Cornejo) y yo. Lo que queremos es que se vote a cualquiera de nuestros tres postulantes a gobernador. Pero que si la decisión es votar a otro, de otro partido, que sumen nuestra boleta de intendente.

-¿Por qué quiere volver?

Abraham y su campaña gasolera.

-Porque no hubo continuidad en la gestión. Lobos desarmó un equipo de gobierno. Excluyó a muchísimas personas, de la gestión y de la política. Destrozó un plan de obras que se venía haciendo. Y que tenía plan hacia adelante. Se desarmaron iniciativas culturales. Es decir, hubo una ruptura política y de gestión con lo que hacíamos. Hay un hartazgo social con Lobos. La gente se queja de que les da audiencia para dentro de tres meses, y cuando van, otro mes más… o no atiende… Se ha transformado en un municipio de puertas cerradas.

-¿Qué piensa de las denuncias de corrupción sobre Lobos y su entorno?

-Eso está en la justicia. No me corresponde expedirme a mí y mezclar las cuestiones judiciales y políticas.

-¿La pasa bien en las caminatas y en las reuniones? La gente desconfía de los que vuelven o de las segundas partes.

-Me va muy bien. En todo caso hay retos afectuosos de gente que me dice “Por qué te fuiste” y cosas así. Les explicamos la situación… por qué nos fuimos en su momento y por qué ahora decidimos volver.

-¿Qué votará la gente el domingo? ¿Por el candidato a gobernador o por el intendente?

-En los departamentos más alejados de la provincia, la gente vota más por su intendente. En las zonas más urbanas, miran los dos cuerpos de la boleta.

-¿Le alcanzó la plata para la campaña?

-No. De ninguna manera.

-¿Pidió prestado, le “fiaron”?

-Esta campaña ha sido casi sin apoyo de la política. Los amigos han puesto un poco. Ha sido una campaña muy austera. Sin radio ni televisión, casi no he salido en los diarios. No hay ninguna gigantografía nuestra…

-¿Y la gratuita, la que dicta la ley para radio y TV? Una parte era para los candidatos a gobernador y otra para los intendentes.

-Se “olvidaron” de avisarnos y se vencieron los plazos para presentar el material. Muy austero todo. En los primeros quince días hasta resucitamos los afiches de 2013, le tapábamos “diputado nacional” y poníamos “intendente”.

-¿Sufrieron la campaña sucia?

-No hubo agresiones físicas con nosotros, pero sí mucha persecución a nuestra gente, sobre todo a los que trabajan en la Municipalidad. Los amenazan con echarlos todo el tiempo. Es parte de un folclore exacerbado de la política.

-¿Qué presidenciable peronista le gusta?

-Scioli, y Uribarri. Siempre elijo a los que vienen de una gestión, que tienen experiencia gobernando.

-¿Y si le tocase convivir con un gobernador radical?

-No me lo quiero imaginar. El próximo gobernador será peronista.

-Faltan tres días y no queda tiempo casi para nada. ¿Qué les dice a sus vecinos de Guaymallén?

-Que al votar tengan memoria de una gestión… que se hizo con muchísimo cariño… A lo mejor hubiese sido más “marketinero” repavimentar Dorrego, pero nos ocupamos del Guaymallén profundo en el que había miles y miles de personas postergadas. Les faltaba de todo. En la próxima gestión vamos a apuntar al centro, que se nos ha puesto viejo, y fuertes inversiones estratégicas en la zona norte y en el Este del departamento. Tenemos que planificar ese futuro.