Gustavo Rivarola al Post: "La austeridad fiscal es el dato positivo de Mendoza"

El economista y asesor del CEM dijo que el aumento del gasto público no creó valor.

Gustavo Rivarola al Post: "La austeridad fiscal es el dato positivo de Mendoza"

El Consejo Empresario Mendocino (CEM) dio a conocer esta semana su Informe sobre las finanzas provinciales 2013-2022 y cierre 2023.

El documento destaca el superávit fiscal en gastos corrientes de Mendoza que se viene logrando en años consecutivos junto a la reducción de la presión impositiva y del peso del Estado provincial respecto del Producto Bruto Geográfico (PBG).

Si bien insiste, que esa es la senda que hay que seguir sin desviarse, no deja de mencionar que aun estamos lejos de las cifras del año 2004, cuando la presión tributaria provincial y el Estado eran la mitad de lo que son hoy.

Con Gustavo Rivarola, economista y asesor del CEM hablamos de los detalles del informe, de si la mejora de las cuentas públicas repercuten finalmente o no en la economía mendocina y de las perspectivas a mediano plazo.

¿Cuáles son los puntos importantes de este informe del comportamiento fiscal de Mendoza que hace el CEM?

Nuestros informes siempre tratan de tener una mirada de largo plazo, que implica no mirar solo el último año, sino en perspectiva o en retrospectiva, en este caso el plazo es de 10 años.

¿Por qué 10 años?

Porque nos permite tener una visión que nos habilita a estilizar comportamientos de las variables que estudiamos, sea un informe fiscal o un informe de exportaciones.

¿Con 10 años tenés una tendencia?

Si, si, tenés una tendencia. Ahora, ¿cuáles son los elementos centrales de este informe? Antes, quisiera comentarte que nosotros hacemos dos informes sobre el estado de las finanzas provinciales al año y también trabajamos informes fiscales municipales. Desde la perspectiva provincial hacemos un informe en el primer trimestre de cada año, que analiza las ejecuciones presupuestarias con los datos definitivos publicados por el Ministerio de Hacienda.

En cambio, este informe que publicamos la semana pasada, tiene por objeto proyectar la ejecución presupuestaria del año, con datos a septiembre, que son los últimos públicamente disponibles. Nosotros miramos la publicación de la ejecución presupuestaria del Ministerio de Hacienda, analizamos tendencias del último año y de los últimos 10 años y proyectamos el resultado de la ejecución presupuestaria a diciembre de 2023.

Ahora bien: ¿Qué elementos miramos? Cuando uno mira a Mendoza en el largo se puede ver que hubo etapas de mayor austeridad fiscal y de menor austeridad fiscal.

Por ejemplo, este informe analiza las finanzas públicas de la provincia entre 2013 y 2022 y al cierre de 2023. En ese tiempo se observa, con claridad, una etapa de deterioro de las cuentas fiscales hasta el 2015, que comenzó unos años antes.

Ver: Cada vez hay menos personal estatal en Mendoza

¿Cómo detectan ese deterioro?

Un indicador que seguimos con atención y que da cuenta de la salud de las cuentas fiscales es el resultado corriente, que refleja la diferencia entre los ingresos corrientes, que son los recursos habituales del Estado, entre ellos los recursos tributarios y no tributarios, y los gastos corrientes, que comprenden el gasto de personal, compras de bienes corrientes, transferencias a municipios, intereses de la deuda y regalías entre otros.

Aproximadamente entre 2006 y 2015, los gastos corrientes crecieron a un ritmo mayor que los recursos corrientes y este comportamiento deterioró el resultado corriente. Entonces, como en tu casa, cuando tus ingresos son menores que tus gastos, en el tiempo eso te genera un problema, que, en el caso de Mendoza, hizo eclosión en 2015.

Pensemos, para entenderlo, que en 2005 la Provincia tenía un superávit corriente de 18% de los recursos corrientes. Eso se fue deteriorando, hasta llegar en 2015 a un déficit del 7% de los recursos corrientes. Es decir que el Estado provincial, con sus ingresos habituales no pagaba sus todos sus gastos habituales. Pero además el Estado tiene que afrontar erogaciones de capital.

¿Cuáles serían los gastos de capital?

Nuevamente, como pasa en nuestras casas, con nuestros ingresos habituales, tenemos que cubrir nuestros gastos habituales, es decir los gastos corrientes, Pero es deseable que, en la medida de lo posible, guardes para afrontar los gastos de capital, es decir, aquellos asociados a inversiones, por ejemplo, para comprar la heladera, pintar la casa o cambiar el auto. Esos son gastos de capital.

En 2015, cuando sumabas los gastos corrientes más los gastos de capital, la Provincia llegó a un déficit operativo de 13% de los recursos. Desde 2016 y en el marco de la Ley 8833 de Emergencia Financiera, Administrativa y Económica del Estado Provincial cambia la tendencia.

Se empieza a observar un comportamiento fiscal más austero y en 2018 se equilibran las cuentas. Entre 2016 y 2017 el gobierno hace ese trabajo de cambio de tendencia y en 2018 empieza a aparecer el resultado corriente positivo y el déficit operativo tiende a cero. Y después, 2021 y 2022 son años en los que el resultado corriente y el resultado operativo es positivo. Estimamos que 2023 va a terminar con un resultado corriente de 14% de los recursos corrientes, y el resultado operativo va a ser levemente positivo o cercano a cero.

Ahora, ¿cuál es el indicador clave de las finanzas que nosotros seguimos con mucha atención? El resultado corriente.

¿Por qué?

Volvemos al ejemplo de nuestras casas. Si vos ganas 100, tenés que gastar 90, para que te queden 10 para enfrentar los gastos de capital, parte de los cuales también podrías financiar con deuda, si las inversiones son razonables, puede ser el arreglo del auto, de la casa, o tener que comprar otra heladera. De esa manera llegas al equilibrio en tu casa.

Eso se llama respetar la restricción presupuestaria, algo que familias y empresas hacen siempre. Lo mismo rige para el sector público. Debe respetar su restricción presupuestaria para que sus finanzas sean sostenibles.

Una medición que me impresionó mucho del informe es que en el año 2004 los recursos eran muchísimos y el impacto del Estado en la economía provincial era de apenas el 11%.

Claro, nosotros miramos esos indicadores, pero primero quiero aclarar que nosotros no hablamos de Estado grande o Estado chico, hablamos de Estado eficiente al servicio del ciudadano y que pueda ser financiado por el sector privado sin ahogarse, es decir, que se pueda pagar manteniéndonos competitivos.

Bajo esa premisa, nosotros seguimos el indicador Erogaciones Totales/PBG, es decir cuanto representa el gasto del estado, vale decir gastos corrientes más gastos de capital, en relación al tamaño de la economía mendocina, esto es al PBG (Producto Bruto Geográfico).

Bueno, ese valor en 2004 era de alrededor del 12% pero con el tiempo fue creciendo y creciendo hasta llegar al 25% en 2015. Se mantuvo en ese número oscilando en serrucho hasta el 2019 y desde 2020 comenzó a caer. Hoy se ubica en el 21% del PBG. Es decir, el gasto del estado provincial es más bajo que en 2013, pero aún es bastante más alto que hace 20 años en términos reales.

¿Qué explica ese crecimiento del Estado y la caída de los recursos? ¿Perdimos ingresos?

No, al contrario, se aumentó el tamaño del gasto público y la pregunta es cómo se financió. Se financió con un aumento de la presión tributaria. Recordemos en 2012 está el aumento del impuesto a los Ingresos Brutos.

¿La pérdida progresiva y constante de las regalías petroleras tuvieron que ver con esto?

No, Cuando se mira la composición de los ingresos, se ve que las regalías fueron cayendo en el tiempo, pero esa caída se compensó con ingresos brutos. Entre 2004 y 2015 ese impuesto creció. Luego, en 2017, en el marco del Ley de Responsabilidad Fiscal se invita a las provincias a ir bajando la presión tributaria y en Mendoza la presión empieza la caer.

Aunque debemos decir que hoy, la presión tributaria provincial, tal como la medimos nosotros en nuestros informes, es el doble de la de 2004. Debe seguir bajando y esa es una gran contribución del sector público a la competitividad de la economía local.

Nosotros tenemos un doble fenómeno acá: aumentó el gasto público y hubo que financiarlo. ¿Cómo se hizo? Las provincias pueden financiarlo de dos maneras el gasto público. Con ingresos corrientes, cobrando más impuestos, o con reducción de ahorro corriente en el caso de que lo hayas acumulado, y la otra opción es contrayendo deuda. Hace unos meses hicimos un trabajo sobre la deuda provincial que invito a leerlo en la página web del CEM.

Bueno, pero pasar de un déficit corriente de 7% a un superávit del 14% es muchísimo.

Si, si es mucho. Bueno, eso es austeridad.

¿Y eso se refleja en la economía provincial o no?

Nosotros creemos que el comportamiento austero del Estado es una contribución muy importante a la competitividad de la provincia.

Ahora, la macroeconomía no depende tanto de la Provincia como de la Nación. Es muy difícil crear empleo, que se radiquen inversiones y generar mucha más actividad económica en un contexto de inflación anual del 200%, que además es una inflación crónica porque hoy es 200% anual, pero el año pasado fue 100%, el anterior 50% y cuando miras la inflación de los últimos 70 años, rondó el 60 o 70% anual. Bajo esas condiciones es muy difícil tomar decisiones de producción y de inversión, por ejemplo.

¿Entonces, esta austeridad fiscal sirve para no estar peor?

Si, creo que, en este contexto, la austeridad del sector público es una gran contribución a la economía provincial.

Bueno, pero también pueden decirte que, aunque tenemos la austeridad fiscal, está la economía paralizada, no impacta, no se reflejan los resultados y que es mejor promover la reactivación económica desde el Estado.

No. Nosotros creemos que el motor de la economía es el sector privado. El rol del Estado es un rol que es clave en algunas funciones que son indelegables y ahí sí tiene que estar. Pero el motor del crecimiento de la economía y la creación de empleo tiene que ser impulsado por el sector privado.

Y ahí entendemos que un Estado ordenado y que cumpla bien con sus funciones, entre ellas lograr una estabilidad macroeconómica, contribuye a que el sector privado entienda cuales son las reglas de juego y pueda desplegar sus fuerzas para motorizar el crecimiento. El sector privado solo pide reglas claras y estables que le permita tomar decisiones productivas. La maraña impositiva y regulatoria y el cambio de reglas es nociva y nos impide crecer.

¿Y siempre va a haber un sector privado suficientemente preparado para generar ese impulso?

Bueno, el sector privado argentino y mendocino está en condiciones de poder desempeñarse muy bien si se le dan reglas de juego claras para proyectar sus actividades. El de Mendoza, particularmente el sector privado, es un sector muy emprendedor.

Bueno, cuál sería entonces el dato positivo de este informe: ¿el superávit corriente del 14%?

El dato positivo es la austeridad fiscal. ¿Qué significa? Que el Estado provincial respeta la restricción presupuestaria y que los gastos evolucionan a un ritmo menor o igual que los ingresos, con una particularidad que es, además, que la presión tributaria está cayendo. El desafío es lograr austeridad fiscal con impuestos a la baja.

Pero cuidado, porque hay un punto en cuestión en el que, si uno mide de punta a punta, y hemos hecho esa cuenta tomando como referencia en el año 2004 uno se encuentra con lo siguiente. ¿Cuánto era el peso del Estado en el PBG en 2004? Era 12%. ¿Cuánto es ahora? 21%. Es decir, todavía estamos 75% arriba respecto de 2004.

Entonces, hoy el peso del Estado provincial en la economía local es un 5% menos que en  2013, pero todavía pesa un 75% más que hace 20 años. Cuando se miran los ingresos del Estado, en aquel año la presión tributaria provincial era del 3,2%. Llegó al 7,9% en 2017 y hoy es el 6,4%, es decir que aún tenemos una presión tributaria que es el doble a la de hace 20 años.

La lógica de los últimos 20 años a nivel nacional fue que el sector público le fue ganando espacio al sector privado. A nivel local, esa lógica comenzó a cambiar en 2016. Eso fue un problema porque el verdadero creador de riqueza de la economía es el sector privado, son las empresas, los emprendedores. Entonces, ahí hay un desafío.

O sea que este 25% que pesaba el Estado provincial sobre la economía mendocina ha costado muchísimo bajarlo si hoy se está, todavía, al 20%.

Bueno, a eso iba. Mirá qué fácil es subir gastos e impuestos y mirá qué difícil es bajarlos. Tanto que los gastos como la presión tributaria son relativamente inelásticos, a la baja, por eso hay que ser cuidadoso, porque subir lo subís, pero bajarlo no es tan fácil. Fijate que en los primeros 10 años, se aumentó el tamaño del Estado sobre el PBG del 12% al 25% mientras que en los 8 años siguientes solo se ha podido reducirlo hasta el 20%, es decir 5 puntos porcentuales. Por eso nosotros decimos, abogamos y promovemos tener una visión y una conducta de austeridad fiscal.

Bueno, pero también en ese tiempo se incrementó la cantidad de habitantes, hubo que contratar más maestros, construir más escuelas, hospitales, hay un crecimiento vegetativo del gasto.

Sí, por supuesto, pero hagamos la cuenta. Si en 2005 tenías un gasto público de 1000 y la población eran 100 personas, el gasto por habitante era 10. Entre 2005 y 2015 se duplicó el gasto, llegando en nuestro ejemplo a 2000. ¿Cuánto aumentó la población en esos 10 años? Aproximadamente un 10%, es decir de 100 a 110 personas. Así, el gasto publico aumentó un 80%, pero el sector privado no creció en igual medida y la economía tampoco. Es decir, creció el Estado en desmedro del sector privado y de toda la economía.

En definitiva, el aumento del gasto público no creó valor. Por eso, insisto, nosotros no decimos Estado grande o Estado chico sino Estado eficaz, eficiente y austero, prestando los servicios esenciales que son educación, salud, seguridad y justicia, al servicio del ciudadano, pero que sea una carga financiable para el sector privado productivo.

El desafío es que la economía empiece a crecer y que ese crecimiento esté apalancado desde el sector privado. Para eso necesitamos reglas de juego claras, esto es previsibilidad, quiero decir estabilidad, más institucionalidad - Mendoza la tiene-, menos regulaciones y más acuerdos con el mundo.

Reglas de juego claras significa que las variables que te llevaron a tomar una decisión hoy se mantengan estables a lo largo del tiempo. Que no te corran el arco, que no te cambien la cancha. El sector privado necesita saber a dónde va el país y si el norte está claro y la cancha está marcada, puede dedicarse a lo que más sabe y quiere: producir, invertir, innovar y generar empleo de calidad.