Es parte de Van Riel, la galería de arte más antigua del país. Hace escuela con grandes discípulos. Vuelve al punk. Nunca más contemporáneo.
Egar Murillo, el artista que también rompía los esquemas
Para llegar al taller de Egar Murillo hay que atravesar una especie de etapa del Dakar no prevista. Este es el Guaymallén legado por las gestiones de sus últimos intendentes: Abraham y Lobos (el que se olvida, pierde). Entre Pedro Molina y Bermejo habita este gladiador, quien ha recibido la beca Kuitca y al mismo tiempo ha pintado casas y departamentos con brocha gorda, junto a otro compañero, para bancar la estadía. Y los conocimientos.
Pero regresemos al paraíso del Guaymallén modelo 2015, en el que las calles que atraviesan la comuna, desde la Costanera al carril Mathus Hoyos, son la muestra de una guerra que deberíamos combatir, a esta altura, más que con la pluma y la palabra: la corrupción y la garantía de impunidad, en realidad, en lo peor que suelen afectar a la población es en la no prestación de los servicios básicos o en darlos en pésima calidad. Así es como se degrada el resto: una especie de arenilla que cae hasta que luego todo se desmorona. Que al fin esto no tiene nada que ver con el arte. ¿O sí? Para Egar Murillo, definitivamente sí, amigos.
Artista que ha combinado distintas expresiones en distintas épocas, Murillo es uno de los referentes más sobresalientes del arte contemporáneo en Mendoza. Ha ocupado sitios, desde la misma curiosidad que despierta cualquiera de sus obras, incluso las primeras, a fuerza de una trayectoria que jamás ha despreciado lo experimental. Incluso se vale de esta condición para en la actualidad despojarse de sus capas más profundas. De allí la preparación de una muestra a la que directo y sin artificios ha llamado “Punk rock”. La montará en San Juan, que, por otra parte, en asuntos de arte, al lado nuestro parece la Berlín del oeste argentino. Increíble. Así es la vida por acá: nada de espíritu grande.
Murillo a lo Berni: junto a su mujer Sabrina comenzó a clasificar tapitas de bebidas, fruto de salidas a recitales, asados, muestras y paseos familiares. El Che y el otro che Francisco, en gran formato.
En su calidad de maestro de talentos, Murillo ha expuesto la semana pasada los trabajos de sus discípulos, un variopinto colectivo que se reconoce en este artista de una Mendoza profunda. En la actualidad ocupan una de las salas del espacio Le Parc.
Más cerca de la luz que de los flashes, más preocupado por la cuestión social que por hacer sociales, en silencio y fuera del barullo, el artista habla aquí sobre Cornejo, Macri, lo que se viene, su forma de resistencia, el arte, la parte, la Mendoza de los museos cerrados y un más que atractivo etcétera, que, al final, es parte de su personalidad, la de un hombre que pinta espaldas pero que siempre va al frente.
Al inicio hablamos de los resultados en Venezuela, de lo francamente perturbador que ha resultado el triunfo de la extrema derecha en las elecciones regionales en Francia, ambas sucedidas el último domingo. “Y sí, se viene un cambio más hacia otro lugar. Pero igual sigue siendo capitalismo”, dice.
- ¿Tan rápido pasó todo, no? Hasta no hace mucho dominaban la escena gobiernos que decían ubicarse en la izquierda.
- Y sí. Pero han sido 12 años aquí y 16 años en Venezuela. El resultado de la extrema derecha en Francia ha sido...
- Tremendo, sí.
- Eso ya es un poquito más asustador. Y antes, también cambió el gobierno en Guatemala. Ganó gente de derecha. Es un cómico, creo, el nuevo presidente. Se ve que son olas que vienen, otras que van. Un juego así como de péndulo, ¿no?
"No pinto ni trabajo para un determinado gobierno. Yo pinto para mí, más que nada"
- Te conozco hace muchos años y coherente en ese péndulo. ¿Es posible que estos cambios políticos puedan impactar en tu proceso creativo? Por ejemplo, el que ...
- (Interrumpe) ¿Cómo lo que hago con las tapitas? No, para mí esa obra siempre va a seguir siendo lo mismo. Porque en realidad no pinto ni trabajo para un determinado gobierno. Yo pinto para mí, más que nada. Primero pinto para mí y después, bueno, se acomoda según el gusto y la calidad de los trabajos. La obra que he realizado con las tapitas es de una época, por supuesto. Pero me parece que ese trabajo tiene que ver un poco con una mirada ecológica y con una mirada que cuestiona a la típica sociedad de consumo.
- Justamente ahí apuntaba la pregunta.
- Y eso se mantiene. El capitalismo produce más basura y hace mucho daño al hábitat. Lo que pasa que el capitalismo como que empuja al hombre hacia un solo lugar, lo reduce a un objeto y tenés que consumir o morir.
"El capitalismo como que empuja al hombre hacia un solo lugar, lo reduce a un objeto y tenés que consumir o morir"
- ¿Vienen esos tiempos? ¿Los de estar, no sé si fuera del sistema, pero sí de vivir con más actitud antisistema?
- Mirá, vuelven a tocar en breve hasta Los Violadores (risas). No es una novedad lo que viene, aunque pareciera que lo fuera. Pero no sé, las cosas van cambiando de un momento a otro, de un tiempo a otro y me parece que hay que ir adaptándose. Pero igual uno siempre ha sido uno mismo. Y siempre he sido -me parece- íntegro. Me parece que los artistas han sido siempre íntegros. Yo quisiera controlar eso, en el sentido de no perderlo.
- Me gustaría hablar de una parte interesantísima. Te has convertido en maestro de artistas: emergentes algunos, más conocidos otros, con distintas ondas e incluso edades. De pronto estas al frente de tu propia escuela, lo que hubiera sido impensado hace 15 o 20 años atrás.
- Claro, sí, eso es cierto, impensado. Lo tomo con mucha responsabilidad y también con mucha solidaridad, porque hay mucha gente que quiere ser artista, y a veces no tiene dinero. Entonces yo los adopto porque sé que tienen talento y son los que más me interesan a mí como artista, como colegas. Me parece que las generaciones deben ayudarse mutuamente. Porque uno aprende también de un artista joven. Yo aprendo un montón. Uno también afana, porque es así, es la verdad (risas).
"Uno aprende también de un artista joven. Yo aprendo un montón. Y también afana, porque es así, es la verdad (risas)"
- Suena a medio vampiro.
- Es vampiro, sí (risas). Pero si es por hablar de las generaciones, la nuestra, no tuvo contacto con la anterior, la de quienes serían nuestros “padres”. Ellos no se acercaban a ver nuestras muestras ni nada por el estilo. Y lo que nosotros queríamos en ese momento, en los '80, a ellos no les gustaba. Odiaban todo eso, odiaban el neo expresionismo, odiaban la neo imagen de ese momento. Yo he escuchado charlas donde los viejos se preguntaban: “¿qué mierda es esta cagada?” (carcajadas). Y en el Premio Vendimia, que a veces gané y otros amigos también, compañeros como Javier Segura, Fernando Sepúlveda, nos ignoraban y detestaban que enviáramos nuestras obras a concurso. No te voy a decir los nombres, porque son todos muy conocidos. Hasta con Musso, que fue mi profesor de la facultad, nos hemos peleado un montón.
"Yo he escuchado charlas donde los viejos que nos enseñaban se preguntaban: “¿qué mierda es esta cagada? (carcajadas)"
- Y eso que Alberto Musso era uno de los más abiertos…
- Más abierto… no tanto. Parecía, pero no era tan así. Odiaba lo que nosotros hacíamos. Las últimas veces él llevó unos alumnos al Museo Fader, y cuando llega en el recorrido a un cuadro mío, uno que ganó el Premio Vendimia, el loco dijo: “¿Ven esto? Así no hay que pintar nunca”. ¡Así dijo!. El siempre estuvo con el pensamiento más académico.
- Y ahora eso es distinto. ¿La gente de tu generación ha tirado más sogas? Varios de ellos se sorprenden cuando vos o Eduardo Hoffmann los consideran de alguna manera.
- Sí. Yo he tirado más comunicación con los artistas jóvenes y con los muy jóvenes también. Nos invitan incluso a las muestras que ellos hacen, como uno más de ellos. Está muy bien. Las generaciones deben tener esas cosas de ósmosis. Está bueno para las producciones.
deben tener esa
cosa de ósmosis
entre ellas"
- Siendo un asunto tan fuerte todo el ámbito de la plástica en Mendoza, ¿cómo es eso de poder tener tu propia escuela, tus discípulos también?
- Todos los que vienen son muy independientes. Lo que yo hago más que nada es guiarlos. Guiarlos y darles charlas de lo que pasa hoy día en el arte contemporáneo. No es sólo enseñar pintura. Entonces eso es más interesante y abierto. Sobre todo porque la gente se siente más cómoda. No doy una cosa tan académica. El otro día mirábamos una película y luego charlamos para ver qué pasa, qué es lo que sucede cuando vos llevás toda experiencia a la tela. Porque pintar un cuadro es muy sencillo. Eso lo hace cualquiera. Hoy en día el arte contemporáneo ha pasado todos esos límites. Se ha desplazado tanto que ya no se puede hablar solamente de la tela y el óleo, sino de muchas cosas más.
"Pintar un cuadro es muy sencillo. Eso lo hace cualquiera. Hoy el arte contemporáneo ha pasado todos esos límites. Se ha desplazado tanto que ya no se puede hablar solamente de la tela y el óleo, sino de muchas cosas más"
- En esta elasticidad y versatilidad sos un precursor en Mendoza.
- Sí. Y el grupo Poroto, con Hoffmann, a mitad de los 80. Estábamos más adelantados, digamos un poquito más, a lo que sucedía en ese momento. Lo que pasa que no quedó mucho registro. No habían fotos ni videos, nada. Pocos catálogos.
- Casi que apenas quedó el mito.
- Claro, quedó la leyenda. Y charlando con el Mito (cantante de Kinder Videla Mengele) él siempre dice que todo lo que pasó fue bárbaro. Javier Segura, Nora López Millán, el Pancho Gabrielli, que también estuvo alguna vez. Ese colectivo era un grupo muy abierto también: entraba y salía gente.
"Lo que ha pasado en este tiempo, que 3 de los museos más importantes estén cerrados a la vez, es deprimente. Eso muestra cómo los gobiernos no hacen nada por la cultura en Mendoza"
- Te referiste al Museo Fader recién. Sos un artista con mucha autoridad para decir algunas cosas que habría que hacer allí.
- Lo que ha pasado en este tiempo, ahora, que estén 3 de los museos más importantes cerrados a la vez, es deprimente. Eso muestra cómo los gobiernos no hacen nada por la cultura. Realmente es eso. Dejan caer edificios que son algo...
- Estamos hablando del ECA, en pleno centro de la ciudad.
- Claro. Un lugar muy importante. Lo cierto es que están cerrados el Museo Fader, el de Arte Moderno en Plaza Independencia y el ECA. Y eso nunca ha pasado antes. Nunca. En Cultura, los últimos gobiernos han trabajado muy mal también Esto hay que decirlo. Han hecho muy poco. El Premio Vendimia que corresponde a los artistas visuales, este año tampoco se hizo. Y ya van 3 años... Y hay una ley que se debe cumplir: la realización de este premio anual.
"En Cultura, los últimos gobiernos han trabajado muy mal también Esto hay que decirlo. Han hecho muy poco..."
- Tampoco nos referimos a un premio que supone erogaciones millonarias para el que lo gana, a costas del Estado.
- Claro que no. El problema es cómo se reparte la torta en Cultura. Para la Vendimia ponen un montón de plata, buscan sponsors. Pero para un premio que es patrimonio para Mendoza, de lo que hace un artista en ese momento, no pasa nada y no ponen un mango. Aparte del premio en sí, esto sirve para que los artistas puedan seguir trabajando. Porque el mercado de arte no existe en Mendoza. Es prácticamente nulo. Venden algunos artistas ya conocidos, consagrados. Pero el mendocino siempre tiene otra mirada también. Tampoco es muy contemporáneo que digamos; le falta más educación en particular, falta mucha educación.
"Falta un poco de educación, también falta gente que comparta el arte contemporáneo, que se aproxime a lo que sucede en la escena internacional"
- ¿Qué será eso? Porque es raro ¿no? Parece que la globalización ha llegado a Mendoza solamente para conocer en 10 días República Dominicana y no para ingresar en las olas del arte contemporáneo mundial.
- Me parece que falta un poco de educación, también falta gente que comparta el arte contemporáneo, que se aproxime a lo que sucede en la escena internacional. Es muy complejo lo del arte contemporáneo. Pero si hay difusores podría ser más fluido. Aquí hay sólo una galería comercial, la de Daniel Rueda. Y no existen otras más. ¿Entonces qué hacen los artistas jóvenes? Están una movida que también se usa en Buenos Aires: muestras en casas. Le ponen un nombre y ahí las arman. Y una muestra dura quizá dos días. Son efímeras, porque también está ese pensamiento de lo que es arte efímero. Y hay artistas muy buenos en esos circuitos. Deberían comprarse ahora, aunque sea como inversión, porque después van a ser artistas muy buenos (risas).
puesto billetes
en el arte. Y sin
inversión no pasa
nada y se arruina todo.
Es una decisión política: poner más plata".
- ¿Cómo imaginas el futuro del Le Parc?
- Es una de las cosas que ha funcionado bien, al menos en la última época. Me ha gustado el trabajo del Le Parc. Pero para las Artes Visuales no ha servido. Allí no podés instalar muestras interesantes ni cuadros de mayor tamaño, con otra tecnología, acaso más necesaria. No estuvo pensado para hacer exposiciones. Pero insisto con la situación actual. En Mendoza hay 3 museos cerrados. Me parece que eso es una gran desidia. La política no ha puesto billetes en el arte. Y sin inversión no pasa nada y se arruina todo. Es una decisión política: poner más plata. Y ahora evidentemente la provincia no tiene más plata, así que no sé cuánto va a durar esto.
"Me ha gustado y me ha interesado lo que han hecho en Cultura en Godoy Cruz, por cierto. Trabajaron con un pensamiento más de izquierda, en contradicción con el pensamiento de Cornejo"
- Pasarán varios otros meses de museos cerrados, sin duda. Lo del Fader es más que paradigmático.
- Claro. Ahí ya la situación es tremenda… Y hablando de la continuidad de lo que se ha hecho en Cultura, ¿viste que Gareca va como una especie de ministro de Cultura de Cornejo? A mí me ha gustado y me ha interesado mucho lo que han hecho en Cultura en Godoy Cruz, por cierto. Yo veía que el loco trabajaba con un pensamiento más de izquierda, en contradicción con el pensamiento de Cornejo. Yo he visto cosas allá muy buenas. Trajeron a León Ferrari. Yo lo vi muy bien a Gareca. Si el loco continúa así, con esa mirada, en la Provincia, va a ser interesante. Eso es lo raro de Diego Gareca, porque yo creo que Cornejo piensa de una manera totalmente diferente.
- ¿Creés que es así?
- Desde que se aliaron con Macri hay otra cosa ahí y evidentemente apuntan a otra cosa. O simplemente hicieron esa política para poder ser gobierno. Pero, bueno, también el gobierno que se va acá en Mendoza, se va con las cosas re-mal. Muy mal. En lo que es cultura, hay muchas cosas para echarle en cara. Y pensarán que la gente es tonta, al punto de nombrar al amigo este de Abraham que es un pseudoartista, como director del Zoológico.
- Filippo. ¡Por favor! No sé qué de peor podría haber pasado.
- Filipo (risas). Me parece eso deprimente, decadente. Tenés que poner a un tipo que sepa de eso, un biólogo. No podés poner a esa persona. Y después como son amigos y esa cuestión de amiguismo, lo pusieron de asesor de cultura con un sueldo impresionante. Ya no le creés a nadie así. Después quieren que los voten. La gente no es pelotuda.
- El caso Filippo… He visto bastantes cosas, pero un tipo que es un pseudo de todo, se me hace difícil de recordar.
- Y ha sido muy perjudicial, porque ha complicado, ya que ahora hay que revalorizar todo eso. Y que encima le haga creer a la gente que ése es un modelo de artista.
en arteBA
- Egar, tenés una carrera paralela con tu tarea aquí en Mendoza. Es loquísima la situación. Afuera es muy ascendente, en especial en los últimos 3 años. Y no solo tu obra, sino también tu cotización, mientras que aquí…
- (Interrumpe) Es más estable, en alguna forma. Es que expongo afuera más que acá. Y mando mucha obra a concursos. Este año entré a un concurso importante de pintura. No gané, pero estuve seleccionado, que es importante también.
- ¿Esos concursos tienen buena recompensa económica?
- Muy buena, sí. Por ejemplo, el Salón en Santiago del Estero, el primer premio era de 150 mil pesos. Te da hasta para comprar un lote si ganas.
- Y además sos artista de la galería más antigua de Argentina. Me refiero a Van Riel, donde también hiciste una muestra este año.
- Claro. Expuse allí y tambien en el Centro Cultural Kirchner.
- ¿Cómo se siente estar en el catálogo de Van Riel?
- Es importante. Ya el hecho de tener una galería que te represente y que venda tu trabajo es importante, sobre todo en Buenos Aires. Y más si uno no vive allá. Esa galería trabaja en ese sentido. Y el resto de colegas son de un gran nivel, al menos en mi consideración.
- Quería preguntarte acerca del fenómeno que sucede en Mendoza: los espacios que surgen en las bodegas para muestras de arte. Los circuitos aparecen en su mayoría incipientes. ¿Cuál es tu visión como artista?
- Eso es una cuestión que viene desde Europa. En Francia estos lugares que tienen viñedos después buscaron proponerse como pequeñas galerías de arte. Esa misma movida la trajeron a las bodegas mendocinas. Me parece que ha sido eso más que nada. Está bueno que haya otro espacio más para mostrarnos. Lo que pasa es que mayormente en las bodegas siempre hay un impedimento respecto a la imagen. No está escrito, no te lo dicen, pero te pueden incluso hasta bajar cuadros. A mí me pasó en Navarro Correas. Allí me bajaron un desnudo, al otro día de la inauguración de la muestra. Sucede que la gente que maneja estos temas, la cuestión visual, son los de marketing. No es personal que entienda de artes visuales. Y ellos no quieren mostrar nada: ningún desnudo, ninguna cuestión política, ninguna cuestión religiosa, que pueda afectarlos. Entonces, por ahí tienen que mostrar algo decorativo. Con esto no estoy acusando a los artistas que exponen y son decorativos, pero hay algunas cosas por ahí interesante.
"Lo que pasa mayormente en las bodegas es que siempre hay un impedimento respecto a la imagen. No está escrito, no te lo dicen, pero te pueden incluso hasta bajar cuadros. Me pasó en Navarro Correas"
- ¿Alguna bodega es buen referente?
- Zuccardi me parece que es una bodega que aparece como más accesible. No quiero decir democrática, pero es bastante amable todo el asunto de una exposición para nosotros los artistas. Eso está muy bueno.
- ¿Ese sería el modelo, en tu opinión?
- Claro, ese tendría que ser el modelo, uno más abierto al actual. Y no que la gente de marketing esté manejando todo el tiempo lo que se cuelga o no. Yo creo que ni los dueños de las bodegas son tan ignorantes como los de marketing.
"Yo creo que ni los dueños de las bodegas son tan ignorantes como los que trabajan en Marketing en sus empresas"
- Hemos tenido muchas notas. Nunca hemos hablado de Vendimia y de toda esa parte artística que parece destrabarse. ¿Te interesa?
- No, nunca me interesó la Vendimia realmente. Yo no lo veo como un evento digamos “artístico”, así entre comillas. Es un evento más bien del espectáculo, del show, nada más. Por más que se hable de los cosechadores, de la Virgen de la Carrodilla. Nunca me llamó la atención. Es más: nunca he ido siquiera. Me parece que ya tiene un esquema y no pueden ni quieren cambiarlo. Y los artistas verdaderos son aquellos que están para romper esos esquemas, porque si no siempre se repetiría lo mismo.
interesó la
Vendimia"
- ¿Cómo andás con el fútbol? ¿Lo seguís jugando en cancha grande?
- Sí, sí, sí. Firme (risas).
- ¿Y cada vez jugás mejor o peor?
- Hay gente que nunca aprende (carcajadas). Lo mío es empeño y voluntad.
- ¿Eso también le decis a tus alumnos?
- (Carcajadas) Empeño y voluntad. No está mal.
- ¿Por qué tu próxima muestra grande se llamará Punk Rock
- Es una muestra que no se pudo hacer acá, porque el ECA cerró. Y aparte porque yo necesitaba un poco de plata. La muestra se va a llamar el Arte del Punk Rock. Todavía estoy trabajando y haciendo algunos laburos. Estoy arreglando para exponerla en el Museo Rawson, en San Juan, para el año que viene. Y esa muestra la quiero llevar también al Macro, el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, donde me han invitado.
"Un artista es aquel que trata de romper esquemas, el que es contestatario, aquel que siempre tiene un pensamiento crítico"
- ¿Reúne toda tu parte punk?
- No, no, no. En realidad, el ser punk, el ser anarquista... yo siempre he tenido el corazón anarquista, como vos lo has tenido también, así que me ha parecido siempre como algo normal. Es que me puse a pensar en ese laburo y en un momento dije: ¿y por qué no hacerlo? Asumiendo esa actitud. Cuando yo estaba en la facultad vivía toda una cuestión de ser punk que la veía normal. Pero también la veía como marginal. Y hasta yo mismo como que la dejaba de lado. No la tenía como influencia en mi laburo. Nosotros vivíamos así, nosotros éramos eso y no necesitábamos declararlo. No teníamos otra salida y teníamos que ser eso. Yo no podía pintar flores. Entonces me puse a pensar que, bueno, sí realmente he tenido esa influencia. Y la tengo todavía. Porque en realidad un artista es aquel que trata de romper esquemas, que es contestatario, aquel que siempre tiene un pensamiento crítico.
- ¿Y es una recopilación de los trabajos que has hecho desde esa época?
- No, no. Son todos laburos nuevos. Y con esa sensación, con ese pensamiento. Desde otro abordaje y con distinta cosas: objetos, algunas pinturas, muchas tapitas, fotografías.
- Yo recuerdo que siempre te encargaste del arte de tapa y de la estética de los Kinder Videla Mengele. Estamos hablando de los años '80.
- Sí, en los '80, yo hacía los afiches y todas esas cosas. Yo reducía todo a lo político, en ese momento. Y pensaba que el cambio tenía que empezar por ahí. Y el cambio no es simplemente de uno, sino que es de uno hacia afuera.



