Hernán Yacopini, el hombre Mercedes Benz en Mendoza y San Juan

Desde hoy, la marca alemana en buena parte de Cuyo está al comando de este mendocino que mete primera, como buen fierrero.

Hernán Yacopini, el hombre Mercedes Benz en Mendoza y San Juan

Hernán Yacopini vive días muy intensos: reuniones, visitas, más reuniones, revisión de planes y planos. Ha redoblado su capacidad de trabajo, lo que parece redundante. Es que desde hoy Arturo Yacopini es la nueva casa Mercedes-Benz para Mendoza y San Juan, empresa que de este modo abre sus puertas como Concesionario Oficial para la comercialización y atención de postventa de los productos de la marca alemana

Yacopini a partir de ahora toma la concesión de toda la línea de Mercedes-Benz. La comercialización y el servicio de postventa con taller incluido de los vehículos se realiza en las instalaciones ubicadas en Carril Rodríguez Peña 744, en Maipú. Y dentro del plazo de 12 meses hará lo propio en la vecina provincia.

Para Hernán –o mejor, Cocó- se abre un importante desafío a futuro. “La empresa tiene por objetivo posicionarse como líder de ventas de vehículos comerciales, livianos y pesados en la zona Cuyo; y ofrecer un servicio de post venta de calidad que cubra ampliamente las expectativas de los clientes”, dice.

"Soy el más chico: de los 6 primos, 3 mujeres y 3 varones"

¿Sos Coco para el deporte y Hernán para los negocios?

- No, no, no (risas). Yo soy Cocó, pero me llamo Hernán.

- ¿Cocó? ¿Por qué te dicen Cocó?

- Mi mamá, desde que nací. De hecho, hasta en la Universidad, firmaba como Cocó.Todos me llaman así: mis amigos, mi familia. Hernán es porque el documento lo dice, pero en realidad yo soy Cocó y me siento Cocó (ríe).

- ¿Te convertiste en Licenciado de Administración de Empresas porque no quedaba otra o porque te gustaba?

- Mirá, de chiquito uno siempre dice, che, me gustaría la abogacía, en un momento quiser ser abogado. Pero, bueno, nací en una casa donde todos los días, desde los 3 años, se hablaba de negocios, negocios y negocios. Y de chicos mi viejo nos inculcó el laburo. Y empecé a darle una mano a él, muy de chico. Siempre me interioricé en las charlas de negocios. Y qué mejor que estudiar administración de empresas. Así me nació la vocación y no me arrepiento. Al contrario, me encanta.

- Y mientras estudiabas, ¿entendiste todo lo que tu viejo armó a lo largo de tantas décadas?

- La verdad que sí. A ver, lo nuestro es una empresa que viene con mi padre y que nace allá entre el '60 y el '70. Mi viejo con mi abuelo generaron la empresa Arturo Yacopini Hijos Sociedad Anónima. Mi abuelo tenía dos hijos, Arturo y Miguel. Arturo es mi padre y Miguel es mi tío, que está con Toyota. Y desde ahí, hasta 1995, mi padre se dedicó con la familia a la venta de neumáticos. Eran representantes de Goodyear.

- La gran marca americana.

- Exacto. De ahí aprendimos mucho. Yo soy el más chico de toda la familia. Nosotros somos 6 primos en la familia. Soy el más chico: de los 6 primos, 3 mujeres y 3 varones. La verdad que en esa época tuvimos la suerte de importar algunos autos. Yo era muy pendejo, pero a eso se dedicaron más que nada mi hermano, mi primo y mi padre. Ellos empezaron a importar algunos autos desde el 1991 a 1994.

"Así como el menemismo nos vino bien para los autos, para las cubiertas fue un desastre. Se vendían hasta en los supermercados"

- O sea, ¿el menemismo les vino bien?

- Sí, fue importante. Importamos autos en ese momento, aunque después se terminó el negocio. También se terminó el negocio de las cubiertas: se murió. Porque así como el menemismo nos vino bien para los autos, para las cubiertas fue un desastre. Se vendían hasta en los supermercados.

- Entraron algunas marcas, como las Kumho. Mercado desregulado, ¿no?

- Exactamente. Ante esa situación mi viejo tomó la decisión de cerrar la venta de neumáticos. A toda la familia en general le gustaban más los vehículos, vender vehículos. La relación con los camiones de mi padre viene de la venta de neumáticos. Y así es que arrancó en un nuevo rubro. En 1998 tuvimos la suerte que lo nombraran en Volswagen Camiones y Buses. Y empezamos todos a trabajar ahí: mi primo, mi hermano, mi padre.

- ¿Vos qué hacías en esa época? Eras muy chico.

- Yo estudiaba y laburaba, pero en el 2000 me recibí. Yo hice la tesis con Toyota, en el 2001. Y después de un año de estar postulados tuvimos la suerte que Toyota nos convocara.

- ¿Vieron alguna vez esa tesis en la marca?

- ¿En Toyota? Sí, la tesis la consulté con ellos y me dieron una mano. Teníamos buenos amigos, toda gente joven. Empezamos a laburar juntos. En ese momento mi viejo se hace cargo más de la venta de los camiones y mi primo Alejandro, mi hermano Adrián “Chino” y yo nos habituamos más a Toyota, porque nos gustaba más. Y en el 2004 decidimos, creo que con inteligencia, dividir la empresa. Por un lado se queda mi tío y mi primo Alejandro con sus hermanas con Toyota. Y por este lado, nos quedamos mi padre, mi hermano, yo y mi hermana, que es mayor que nosotros, la escribana, con Camiones Volswagen y otras cosas. Teníamos barrios privados y un par de cosas más. Entonces nos quedamos muchos varones de este lado y seguimos buscando actividades. Yo siempre manejé más la parte financiera, la administración. A mi hermano le gusta más la venta. Y así es que en el 2005 agarramos Chevrolet. En el 2009, Volkswagen autos. Y en el 2001, mi viejo dice “quiero separarme y dividir las actividades”. Entonces mi hermano, si bien sigue siendo el dueño, nos delegó el laburo. Y el maneja autos Chevrolet y Volkswagen. Y yo empecé a manejar camiones. Y existe, hace ya un año, la posibilidad de empezar a ofertas Mercedes Benz.

- Vamos a hablar de eso en un rato. Dijiste que tenían un barrio privado. Quería preguntarte: ¿Es idea tuya esta incursión en un rubro completamente distinto, como el inmobiliario?

- A ver, nosotros somos una familia de laburantes. Y siempre e históricamente, mi padre hacía un negocio inmobiliario, a la medida de lo que podía ir invirtiendo. Los negocios fueron creciendo y los negocios inmobiliarios fueron aumentando cada vez un poquito más. De hecho hoy estamos haciendo un edificio con Kristich, en la avenida Emilio Civit.

- ¿Cómo fue la experiencia con el edificio de los jesuitas? ¿Te quedaste con la sangre en el ojo?

- No, la verdad que no.

- Fue un intento muy riesgoso, en su momento.

- La verdad que sí.

- Estamos hablando de lo que iba a transformar una esquina clave en la historia de la ciudad, San Martín y Colón.

- La verdad es que esa propuesta nos la vinieron a proponer a nosotros los jesuitas.

- ¿Así fue la historia?

- Catracchia es un mendocino que vive en Buenos Aires hace tiempo y él trabaja para los Jesuitas, en la oficina central. Es el administrador para Jesuitas. Y por relaciones y conocidos de la familia, nos dice: “Che, por qué no nos ayudan con esa propiedad, que la tenemos un poco ahí abandonada y que se está viniendo abajo”. Y se nos ocurrió eso intervenir. Como no tenían el dinero para remodelarlo necesitaban armar todo una casa nueva para la gente que vive allí. Creo ahora serán 20, pero en su momento a vivir como 60 personas, a cambio de darnos terreno. Bueno, hicimos el proyecto, todo perfecto…

- ¿Hubo hasta proyecto?

- Sí, claro. Y cuando iba a las reuniones noté, en el caso mío, que la verdad es que yo no había tomado conciencia que era tan importante para la comunidad Jesuita y para Mendoza todo ese edificio. Cuando lo noté me hice para un costado y anulé todo el proyecto.

- ¿Había que tirar algo abajo?

- ¡Claro! Y la verdad que dijimos: “Chau, hasta luego”. Y no sé en qué quedó. No hablamos nunca más con ellos. Cuando vi que socialmente era mucho lío, evitamos problemas. ¡Y menos mal! Lo minimizamos en el momento, porque una cosa es cuando lo ves en papel, pero otra cuando empezás a interactuar con la gente. Aparte yo lo viví y lo sufrí en carne propia: yo fui estudiante en Maristas.

- Otro edificio volteado de gran patrimonio en esta Mendoza de fenicios.

- Cuando tiraron ese edificio lo siento realmente hasta el día de hoy. Entonces, ¿la gente se va a acordar de nosotros por haber tirado parte de Jesuitas? ¡Nooo! Así fue la cosa. Y vos te acordás la historia (risas). Fue hace muchísimo tiempo.

 "A los 15 años tuve un accidente jodido: quedé un año sin caminar, con 7 operaciones en las piernas, por lo cual me limitó bastante"

- Sos el más chico de la dinastía Yacopini y sos muy inquieto. ¿Es parte del gen familiar?

- Somos todos, sí. Porque, viste, familia italiana, mi abuelo también era igual, mi viejo ni te cuento. Hasta el día de hoy mi papá está todo el tiempo haciendo cosas. Y la verdad que nos encanta.

- Cuando te retiraste de la competencia de ese famoso rally, no sé cómo se llama...

- Sí, el enduro, el Rally Cross.

- ¿Qué es eso? ¿Una disciplina dentro del automovilismo?

- Exactamente. Es un campeonato. Nosotros de chicos, principalmente yo, corría mucho en moto. Y a los 15 años tuve un accidente jodido: quedé un año sin caminar, con 7 operaciones en las piernas, por lo cual me limitó bastante.

- ¿Un año sin caminar?

- Estuve con muletas, sí. Un garrón, sillas de ruedas, todo. Un año entero. Y después de varias operaciones, la verdad es que me salvaron la gamba. Y a partir de ahí siempre me limité en la parte de deportes. Sí puedo esquiar, aunque la moto tuve que suspenderla de por vida. Y era lo que más me gustaba hacer. Y después, debido a que mi hermano y mis primos siempre corrían más en camioneta y en jeep, yo me prendo con ellos. Corrimos esa competencia de Rally Cross, que era un campeonato mendocino. Y también otros nacionales. Pero yo tengo ese medio limitante. No me puedo dedicarme profesionalmente. Yo ya estoy retirado. La última la corrí en el 2012.

- Leí que todo el mundo celebraba que hayas vuelto a competir.

- Que volvía, sí (ríe). Pero ¿sabés también lo qué me pasó? Que yo me casé hace 5 años. Tengo un bebé de 3 y una bebita de 2 años. Y está buenísimo disfrutar de la etapa que me tocó. Y la verdad ¿querés que te diga una cosa? A veces me apasiono más con estas cosas, que con lo otro. Fueron una etapa de mi vida las carreras. Quizá en 2 años me vuelve el bichito y vuelvo otra vez (risas).

"Fueron una etapa de mi vida las carreras. Quizá en 2 años me vuelve el bichito y vuelvo otra vez (risas)".

- Y volverán a celebrar el regreso, otra vez.

- Lo que pasa es que de pendejos le metíamos fuerte, andábamos lindo. Pero, bueno, hoy los corredores son mi primo y mi hermano, que están a full.

"Cuando nombrás Mercedes-Benz, mucho más no hay que aclarar..."

- Empecemos el capítulo Mercedes-Benz. La flamante revolución para tu familia. ¿Finalmente es el gran paso?

- Sí, lo es. Para nosotros, llegar a Mercedes-Benz... El otro día me preguntaba un colega tuyo:¿cuáles son las ventajas de tener Mercedes-Benz?”. Y la verdad es que cuando nombrás Mercedes-Benz, mucho más no hay que aclarar. Pasa en todo los rubros: hay marcas que son insignias. En lo personal, en la parte de la empresa de la familia que me toca liderar y manejar como presidente de Arturo Yacopini Hijos Sociedad Anónima, Mercedes-Benz me da la posibilidad de darles más diversidad de productos a nuestros clientes. Dentro de camiones hay un abanico mucho más grande de productos. También vamos a empezar con el mundo de las Vans. Sale la Vito nueva: es un furgón más pequeño que la Sprinter. Y el octubre tenemos la suerte de ser la primera concesionaria en Argentina de presentarla.

Vito: un furgón más pequeño que la Sprinter. En octubre se presentará en la concesionaria.

- ¿Va a ser el debut argentino aquí?

- En una concesionaria sí, ya que antes se presentó en el Salón del Automóvil. Y la venta sucederá a partir de noviembre. Y después contaremos con toda la línea de autos. Si bien hoy es prácticamente imposible vender un auto de alta gama por los impuestos, esto no deja de ser coyuntura. Creo que alguna vez se volverá a ordenar. Y los mendocinos somos todos muy fierreros. Hay un mercado de alta gama de autos muy importante.

"Los mendocinos somos todos muy fierreros. Hay un mercado de alta gama de autos muy importante"

- Siempre hablamos de Mendoza y San Juan, como concesionario Mercedes Benz.

- Si bien vamos a atender desde acá a San Juan, en unidades móviles para el servicio de post-venta, ya tenemos incorporados vendedores en San Juan. Y en un año tenemos que tener abierta la sucursal San Juan, que tendrá todas las comodidades que las del público mendocino.

- Con estos productos tan gravados con impuestos a las importaciones y en el momento económico actual. ¿Cómo dar un salto de estas características?

- Los momentos son cuando se te dan estas oportunidades. Nunca es el momento de hacer nada, digamos (risas). El momento, para mí, es cuando se presenta la oportunidad, sino pasa y la viste pasar.

"El momento, para mí, es cuando se presenta la oportunidad, sino pasa y la viste pasar"

- Podríamos ponerlo en el manual del buen argentino.

- (Risas) ¡Y es que nunca es el momento! Siempre es que no, que no sé qué va a pasar con el dólar... Yo creo que Mercedes es una marca que no la tenés que dejar pasar, si te nombran, si te dan una posibilidad, si te eligen. Y por el otro lado, estos son negocios de un largo de 20, 25 años. Con lo cual yo creo que lo que hoy sucede no deja de ser una crisis más, que seguramente nos va a sorprender, porque cada crisis tiene su parte distinta. Pero lo veo como un gran desafío. Y a veces la crisis es eso: oportunidades para hacer negocios.

- ¿Podés hacer grandes negocios a 20 años, en Argentina?

- No, grandes negocios no. Pero tenés la marca y tenés la materia prima para salir a laburar. Mercedes-Benz en Argentina lleva 62 años. Por supuesto no podemos planear lo que va a pasar de acá a diciembre, no lo puede planear nadie: ni el empresario ni el que está en relación de dependencia, ni el político. Nadie. Todos estamos acostumbrados a vivir en este juego, ¿no?

"No podemos planear lo que va a pasar de acá a diciembre, no lo puede planear nadie: ni el empresario ni el que está en relación de dependencia, ni el político. Nadie".

- La realidad económica, entre San Juan y Mendoza, ¿son similares o muy diferentes?

- En algunos puntos son similares. Si bien San Juan supo aprovechar estos años, no sé si la parte de medio ambiente lo han sabido cuidar o no. Pero creo que San Juan, en la era de precios de los minerales que vivimos en estos últimos años, ellos supieron aprovechar esa parte de minería, que los llevó a estar un poco mejor. San Juan cambió un poco su matriz productiva. La minería creo que dio mucho y les hizo dar un salto importante. Hoy está muy frenada, pero creo que las bases están dadas para que cuando el precio del mineral vuelva a resurgir San Juan puede volver a surgir. No sé si con la actividad de antes, pero sí tener desarrollo de una actividad minera. Y en Mendoza, bueno, la matriz nuestra es un poco más diversificada. Tenemos un poco más de actividades, pero, no está ajena a lo que está pasando en el país.

- Está golpeada, Mendoza, ¿no?

- Sí. Por eso digo, no deja de estar exenta de lo que pasa en el resto del país. Nuestra actividad principal, la vitivinicultura, creo que desde hace 3 o 4 años con el precio del vino está igual. Y los costos cada año suben. Y si te metés en cada sector creo que tienen sus inconvenientes.

- ¿Deberíamos discutir con más inteligencia el tema de la minería en Mendoza?

- Yo creo que todo es posible de hacerlo pero hay que discutir cómo. ¿Cómo hacerlo? En mi humilde opinión creo que Chile ha llegado a ser lo que es porque ha apostado a la minería. Ahora, ¿soy un experto de cómo está el medio ambiente en Chile? La verdad que no. Pero de lo que estoy seguro es que cada día somos más y existe la oportunidad que esa industria nos dé más trabajo a todos, que hayan más empresas. ¿Se puede hacer de una manera que no contamine el agua que tomamos? Me parece que sí se podría analizar.

 "Sí me preguntás: “¿creés que tiene que haber minería o no?”. Te digo: creo que se puede hacer, pero con todos los controles absolutos".

- ¿Merecemos debatir con menos pasión y más raciocinio?

- Yo creo que sí me preguntás: “¿creés que tiene que haber minería o no?”. Te digo: creo que se puede hacer, pero con todos los controles absolutos.

- ¿Controlar y controlarnos en este país?

- Ése es otro tema. Pero que la minería debería existir como una actividad más, me parece que sí. Ahora si somos capaces de controlar a las empresas que vengan para que no nos contaminen y hagan las cosas bien, eso ya es otro tema.

Otra de las 

perlas que 

llegan a 

Mendoza

y San Juan

- ¿Qué Mercedes-Benz te gustaría tener a vos?

- El Mercedes-Benz clase A Sport,  el A 250. Ese es el que viene ahora. Y el que me gustaría tener, que no viene, es de la línea G, que es un jeep antiguo. ¿Te acordás los jeeps que fueron a las Malvinas? Bueno, han hecho un remake, todo moderno, nuevo.

Por ahora, no se vende en Argentina

- La última pregunta, medio en serio y medio en broma: ¿por qué manejamos tan mal los mendocinos?

- Mirá, medio en broma, medio en serio, yo creo que la infraestructura vial ayuda a manejar mejor. El porteño no es que maneje mejor, sino que está todo bien delimitado por dónde debe que ir. De hecho vos te subís a cualquier acceso, ni hablar de Europa o Estados Unidos, y tenés barreras y a nadie se le ocurre hacer una “U”. Los graves problemas que tenemos, creo yo, es una humilde opinión, es que al no tener bien la delimitación en los mismos accesos no se respeta nada ni nadie. Yo te puedo enseñar todas las señales viales, pero si vos entrás y no las tenés, vas por dónde te pinta. Creo que la gente no es que maneje mal, sino que hay mala infraestructura vial. Pero a nivel de pilotos en general hay muy buenos. Muy pocas personas en todo el país manejan como nosotros. Nosotros tenemos la suerte de manejar en montañas y no es fácil. Y cualquiera está acostumbrado. Eso te da una habilidad de manejo. El problema es cuando transitamos en la ciudad.