Graciela Cousinet. Socióloga. Docente. De la perspectiva de género al fundamentalismo feminista.
Del piropo al maltrato, esto es sobre mujeres
-Hace poco dijiste que los celos masculinos “son maltrato” ¿Verdadero o falso?
-Verdadero, y depende del grado de celos. Si son celos tolerantes… simpáticos…
-¿Hay celos tolerantes?
-Y… si te dicen “Qué linda estás hoy… te van a mirar todos” podría ser un halago…
-Bueno… muchos pueden decir eso pero en realidad están expresando otra cosa…
-Sí… “Me vas a ir a meter los cuernos…” Pero cuando te empiezan a controlar, los horarios, con quién estás, cuándo volvés… Tuve una amiga con un marido tan celoso, que ella le tenía que traer el boleto del colectivo cuando se movilizaba. Le dije que no podía seguir en esa relación. Al final, la cortó.
-¿Ella sufrió algún otro tipo de maltrato?
-Sí, desvalorizaciones, ofensas, humillaciones del tipo… “callate… vos no sabés de esto…” No le pegaba pero la maltrataba de otra forma.
-Vos no sos considerada una feminista aunque sí una militante de los temas de genero… ¿Cuál es la diferencia entre la perspectiva de género, el feminismo, y el fundamentalismo, el fanatismo feminista...?
-Yo me considero feminista. Pasa que el feminismo tiene mala prensa justamente a causa de muchas fundamentalistas feministas. Pero el feminismo es el movimiento que lucha por los derechos de las mujeres.
-¿Quién tiene la culpa de esa ‘mala prensa’ del feminismo? ¿Los hombres?
-No. Muchas feministas son exageradas. Sé que me van a matar por esto… Pero por ejemplo el piropo…
-¿Cuál es la frontera? ¿Dónde termina el halago y empiezan la grosería, el acoso, el maltrato? En EEUU no se puede decir absolutamente nada y menos en ámbitos de trabajo o estudio… es acoso.
-Sí, pero los latinos tenemos una tradición del piropo. Para mí, cuando el piropo es una galantería, resulta halagador. Cuando era joven y me decían piropos –ahora ya no tanto- y eran caballerosos, galantes, me gustaba. A la mayoría de las mujeres nos gusta… por eso no hay que ser exagerados…
-¿Si te dicen en la calle ‘Mamita, te doy hasta que Barloa certifique la ISO 9000?
-Eso es horrible…
-¿Y si es “Qué lindo… ¿qué te hiciste en el pelo hoy?...
…O qué linda que estás… o me gusta mucho cómo te queda este color… Esas cosas quedan bien, nos hacen sentir seguras… No vamos a hacer un manual de lo que se puede decir o lo que no, todos sabemos…
-Pero las militantes feministas no quieren saber nada.
-No. Están en contra de todos los piropos. Son culturas… a ver… me ha tocado estar en oficinas de organismos internacionales y está muy mal visto que el hombre le ceda al paso a la mujer para el ascensor, por ejemplo. Ellos pasan… pasa el que está primero… hombre o mujer… Si alguien lo hace…
-…le consideran un machista?
-Exacto. Aunque a muchas mujeres nos encantan esas atenciones… que nos abran la puerta que nos cedan el lugar, que nos sirvan el vino…
-Hay un clima… a ver… ¿Qué opinás de los chistes machistas en ámbitos de trabajo, o estudio, donde conviven hombres y mujeres?
-Yo tengo el cuero muy duro, realmente duro. Me río… Hay que ver el tipo de chiste…. Hay algunos muy subidos de tono… pero qué se yo… algún chiste a un pelado… o a un petiso… Si nos ponemos tan estrictos no vamos a poder relacionarnos ni con los amigos…
-¿Fuiste discriminada por ser mujer? Has conseguido metas que muchas mujeres y hombres no han podido… Decana, militante, escritora, socióloga… ¿Te costó más por ser mujer?
-No, y es propio de las Ciencias Sociales, donde las mujeres hemos tenido protagonismo desde el inicio. No sé cómo será en otros ámbitos… Pero una vez dirigí una investigación sobre el rock… y el rock sí es muy machista. Cuando presentamos el libro y mi nombre aparecía primero, me venían a decir “y vos quién sos, que venís a hablar del rock”
-¿Y qué contestabas?
-Que yo también podía hablar del rock. Fue la única vez que sentí que me discriminaban por ser mujer.
-¿Sufriste maltrato, alguna vez?
-Sí
-¿Qué hiciste? ¿Negociaste, maltrataste, echaste, te fuiste?
-No fue un maltrato físico. Fue psicológico, con celos enfermizos, posesivos… se hace muy difícil sostener esas relaciones. También terminarlas. Por eso entiendo a las mujeres maltratadas.
-La mujer que sufre el maltrato y no denuncia.
-Sí. Se va generando una situación muy enfermiza en la que la mujer se siente atrapada. No puede salir.
-¿Por qué?
-Por miedo al dolor, al maltrato físico, esa es la principal razón… La vergüenza está presente… “qué van a decir los parientes, los amigos, los vecinos” Debería tener vergüenza el maltratador… pero la siente la víctima… porque la señalan… ‘¿Qué hiciste para que te maltrate?’
-Como le dijo Mirtha Legrand a Laura Miller…
-Sí. En mi caso me propuse cortar la relación y pude hacerlo.
-Esta pregunta no tiene pretensión estadística… pero ¿has visto o sabido de alumnas maltratadas en la UNCuyo… que sufren el maltrato desde niñas, en la familia, o con sus novios?
-Hubo algún caso de acoso de profesores de la facultad. Y cuando les pedías que lo denunciaran por escrito, no lo querían hacer. No era algo físico… pero sí miradas, palabras, gestos… y desde una relación de poder de profesor-alumna. Llevé el caso al consejo directivo de mi facultad… y se hizo una investigación. Fue contra un profesor… no pasó nada, pero el acosador supo que lo estaban mirando. Pero en la Secretaría de Bienestar Universitario, cuando relevamos los datos de las becarias, ahí encontramos casos de violencia familiar. Incluso hicimos un refugio para chicas maltratadas.
-Desde que tenés conciencia social… ¿Cuál fue el mayor avance que viste en cuanto a derechos de la mujer?
-La marcha de esta semana. Fue muy fuerte, muy plural, contribuyó a poner en agenda el problema del maltrato. Estas manifestaciones ayudan a evitar que ciertos varones machistas se enorgullezcan de serlo. Hay un clima social que obliga a los machistas a moderarse…
-Es cierto. Ese clima está instalado. Una vez dije una frase muy pelotuda en una redacción que dirigía. Era en tren de broma… pero fue un escándalo. Debí pedir perdón a las mujeres de la redacción en una reunión tensa. Colegas de otros medios juntaron firmas de repudio, fueron al INADI, a la Legislatura. Y hasta tuve que pedir disculpas en el aire de Nihuil con Pilar González, con la que no se jodía ni medio. Me pasearon un rato largo… Muchas de esas periodistas que me repudiaron después trabajaron conmigo, sin problemas. Creo que merecí el cachetón… pero… ¿tanto?
-Sí… puede ser… eso te pasa porque sos un “subversivo” del periodismo… pero la verdad es que los medios, todos, han ayudado mucho en los temas de discriminación. La ley de matrimonio igualitario es un ejemplo. Sin la mirada abierta y el apoyo de los medios hubiese sido muy difícil. ¿No te acordás de los debates aquí en la Legislatura? ¿Con los energúmenos, los reaccionarios gritando? ¿Y afuera? ¡Me gritaban de todo! Ahora, ni se animan a criticar al matrimonio igualitario. Si lo hacen, es en privado. Y eso fue gracias a los medios.
-¿Con la violencia de género sucede algo parecido?
-Sí...
-¿Y la peor derrota? ¿Cuál es?
-La imposibilidad de despenalizar el aborto, y que no se protocolice en Mendoza el aborto no punible. No pudimos ganar esa batalla. En Mendoza es muy difícil hacer un aborto no punible. Intentamos… tuvimos reuniones con Carlos Ciurca… Y no lo conseguimos.
-Decís que los medios tenemos la mente abierta… ¿Por qué en Mendoza no hay directoras de diarios?
-Ya las habrá… Hace poco que las mujeres son periodistas… Hace 30 o 40 años, salían los periodistas del diario Los Andes a cenar, tarde, en ese lugar que tenían enfrente y eran todos hombres, y ahora ves muchas periodistas mujeres. Cuando yo fui decana éramos dos, y ahora hay seis. Yo tuve sólo dos profesoras mujeres y ahora hay más que hombres. Hubo avances.
-Los hombres maltratados sienten más vergüenza que las mujeres en la misma situación…
-Sí, porque en la sociedad lo aceptado es que el fuerte es el hombre, lo contrario es ser “dominado”, “calzonudo” o “pollerudo”. Pero son menos casos y además hay una diferencia de fuerza física importante… pero sí hay mujeres maltratadoras. No somos perfectas, ni somos todas iguales.
-¿Qué se puede hacer contra la violencia institucional? La mujer que denuncia después sufre el maltrato del Estado… las esperas en las comisarías, la pregunta “dale mamita… qué le hiciste…”
-Creo que ahora se van a cuidar mucho más los funcionarios. Están muy visibles ahora y el tema está muy instalado. Y van a recibir más denuncias.
-¿Por qué te enojaste con Adolfo Bermejo, que quiere tener un ministerio de mujer, familia e infancia? ¿No está bien tener un ministerio de la mujer que defienda sus derechos?
-Porque Bermejo no entiende. ¿Por qué la mujer tiene que estar asociada a la familia y primera infancia desde el título? Que sea como en Chile, que hay un ministerio de la mujer, o que sea de la mujer y el género… ¿Por qué familia y niños, que son de todos?
-¿Pensás que Bermejo quiere mandar a las mujeres a su casa a cuidar a los niños?
-¡El título que le puso me hace sospechar…! Tal vez no es lo que el senador quiera, pero está muy mal asesorado. Como luchadora de los derechos de las mujeres, estoy obligada a salir a criticar esto. Lo que se intenta es reducir a la mujer al ámbito del hogar, y excluye además a los varones y a las parejas gay.
-Te voy a provocar un poco… Voy a presentar un proyecto de ley para que los varones calvos de más de 50 años e hinchas de Boca, podamos tener un cupo de cargos en las listas legislativas de los partidos políticos.
-(risas) Yo estoy a favor del cupo femenino…
-¿Por qué?
-Porque necesitábamos el cupo femenino para acceder a los cuerpos legislativos. De lo contrario no habríamos llegado. Tal vez en unos años no lo necesitemos más… pero por ahora, sí.
-¿A Cristina la ves como mujer, o como presidenta?
-Es presidenta. No asume la cuestión femenina. A veces se queja del maltrato, o dice que la maltratan por ser mujer. Pero Cristina no tiene una perspectiva de género en su discurso ni en su gobierno. Es muy común que las mujeres que llegan a cargos importantes, no se preocupan por las perspectivas de género. Está bien… el 35 % de las los cargos legislativos del país están ocupados por mujeres… ¿Cuántas se preocupan por defender los derechos de las mujeres?



