Por la caída del consumo, Topper despidió a operarios por segunda vez en menos de un año de su planta de Tucumán. La empresa siderúrgica, por su parte, suspendió a 1000 empleados y ofreció 200 retiros voluntarios a sus trabajadores.
Acindar y Topper anunciaron despidos y suspensiones
La recesión que atraviesa Argentina continúa impactando en distintos sectores industriales. En las últimas horas, la empresa siderúrgica Acindar anunció la suspensión escalonada de casi 1.000 trabajadores, mientras que la fábrica de calzado e indumentaria deportiva Topper confirmó una nueva reducción de personal en su planta de Tucumán.
En cuanto a los despidos en Topper, se trata de la segunda reestructuración en un año. Según señalaron desde la empresa, los mismos se deben a la caída del consumo sigue golpeando a la industria del calzado, y Topper no es la excepción.
La compañía confirmó que 23 operarios fueron desvinculados en la planta ubicada en Aguilares, Tucumán, como parte de una "readecuación" de su esquema de producción.
"En el marco de un mercado cada vez más competitivo y desafiante, Topper Argentina debió readecuar sus esquemas de producción para acompañar la demanda del primer semestre 2025", argumentó la empresa en un comunicado oficial.
Este ajuste se suma a los despidos masivos ocurridos en marzo del año pasado, cuando la firma desvinculó a 120 trabajadores, dejando actualmente una dotación de 950 empleados en la planta.
Desde el Sindicato de la Industria del Calzado alertan que la cifra de despidos podría elevarse a 100 en los próximos meses si la situación económica no mejora.
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El panorama no es alentador. Según datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), en diciembre de 2024 el rubro "indumentaria y calzado" registró una caída interanual del 9%.
Pese a ello, desde la compañía sostienen una mirada optimista: "Si bien es un contexto difícil, tenemos una perspectiva optimista ante los indicadores que prevén, para más adelante en el año, un incremento del consumo".
Acindar: 1.000 trabajadores suspendidos
La siderúrgica Acindar, controlada por el Grupo ArcelorMittal, acordó con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) la suspensión de 970 empleados de manera escalonada. Esta medida responde a la caída en la demanda del acero y la baja en la producción registrada en los últimos meses.
El esquema acordado con el sindicato establece que los trabajadores suspendidos recibirán el 80% de su salario en febrero, el 78% en marzo y el 75% desde abril hasta diciembre de 2025. Paralelamente, la empresa logró que 200 empleados se acogieran al plan de retiros voluntarios iniciado en enero y planea reducir otros 200 puestos indirectos mediante renegociaciones con empresas contratistas.
La industria del acero enfrenta un panorama complejo a nivel internacional. Recientemente, el gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, impuso aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, una medida que podría afectar gravemente a la producción argentina.
No obstante, desde Acindar aclaran que "las suspensiones pactadas con el sindicato no tienen relación directa con la imposición de aranceles de Trump porque la compañía no está exportando a EE.UU.".
A pesar de ello, referentes del sector advierten que la decisión estadounidense tendrá un efecto indirecto sobre toda la industria metalúrgica argentina.
"Si Aluar y Tenaris, grandes exportadoras de acero y aluminio, se ven afectadas por la imposición de aranceles para vender en el mercado norteamericano, la industria en su conjunto sufrirá las consecuencias", señalaron desde la UOM.
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Acindar, que opera en cinco plantas (Villa Constitución, Rosario, San Nicolás, La Tablada y Villa Mercedes), cerró 2024 con una producción de 600.000 toneladas de acero, la mitad del 1,2 millón de toneladas que había registrado en 2023.
Desde la empresa explicaron que esta fuerte caída se debe a la baja en el consumo de acero en la industria y la construcción durante el primer año de la gestión del presidente Javier Milei.
Tanto el sector textil como el siderúrgico atraviesan un escenario de profunda incertidumbre. Mientras que Topper intenta sostener su participación en el mercado con ajustes en su planta, Acindar busca reducir costos para enfrentar un año con baja producción.
Los gremios, por su parte, se mantienen en alerta y advierten que si no se toman medidas urgentes para reactivar el consumo y la inversión, los despidos y suspensiones podrían profundizarse en los próximos meses.
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