El vino y el mosto llegan a fin de año en rojo, según el Semáforo de Coninagro

Aunque octubre dejó algunas mejoras para varias economías regionales, el vino y el mosto volvieron a encender la luz roja en el Semáforo de Coninagro. Los precios crecieron por debajo de la inflación y los costos siguen creciendo.

El vino y el mosto llegan a fin de año en rojo, según el Semáforo de Coninagro

Por:Juan Manuel Lucero
Periodista

El Semáforo de las Economías Regionales que elabora Coninagro volvió a exponer la fragilidad del sector vitivinícola nacional, donde la provincia de Mendoza cuenta con un papel preponderante.

Durante octubre de 2025, el informe registró 6 actividades en verde, 7 en amarillo y 6 en rojo, entre ellas el vino y el mosto, que mantienen una situación desfavorable de cara al cierre del año.

Mientras actividades como bovinos, porcinos, aves, ovinos, granos y la apicultura -que pasó de amarillo a verde- mostraron precios que crecieron por encima de la inflación, la vitivinicultura continúa rezagada, con valores que no logran compensar la suba de costos.

De acuerdo al informe, en octubre, el precio promedio pagado al productor fue de $404 por litro, lo que significó una suba del 32% mensual, pero apenas 17% interanual. En el mismo mes de 2024, el litro promediaba $346.

Los precios del vino subieron por debajo de la inflación, los costos crecieron en mayor medida.

La mejora mensual no logra revertir el problema de fondo: los costos operativos corren más rápido que los precios. Según CONINAGRO, esta es la razón principal por la que el sector aparece en rojo, junto a otras producciones como yerba mate, arroz, papa, hortalizas y algodón.

Más volumen, menos superficie

El componente productivo mostró matices. En cuanto a la superficie cultivada, fueron 200 mil hectáreas, un 2% menos que el período previo (205 mil ha). Por su parte, la producción en 2025 fue hasta ahora de 19,9 millones de toneladas, un 4% más que la campaña anterior (19,1 millones).

Es decir, la producción creció, pero en un marco de reducción del área implantada. La mayor disponibilidad de uva -sumada a un mercado doméstico todavía debilitado- presiona aún más sobre los precios.

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En el frente comercial, los datos son más alentadores. En cuanto al consumo interno, se alcanzaron los 19 litros por habitante al año, un 17% más que en 2024.

Por su parte, las exportaciones llegaron a 957 millones de dólares, con un aumento del 17% interanual. La mala nota la dieron las importaciones, con 44 millones de dólares, un salto del 170% respecto del año pasado.

Si bien las ventas externas muestran dinamismo, el incremento de importaciones -aunque desde un piso bajo- incide en la presión sobre los precios domésticos.

Aumentó la exportación de vinos, apunta 

Detalles del semáforo

El Semáforo analiza tres componentes -negocio, producción y mercado- con igual ponderación. El rojo del vino y el mosto se explica porque, pese a los buenos números productivos y comerciales, el negocio a nivel productor continúa deteriorado.

Los precios no acompañan el ritmo inflacionario y la rentabilidad se erosiona, lo que limita la recuperación del sector. A nivel general, octubre mostró un mapa mixto para las economías regionales, pero las producciones mendocinas no tuvieron un buen rendimiento (tal como venía pasando en los meses anteriores).

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En verde quedaron los bovinos, porcinos, aves, ovinos, granos y apicultura. En amarillo, la producción forestal, maní, leche, tabaco, cítricos dulces, mandioca y peras y manzanas. En tanto que en rojo, yerba mate, arroz, papa, vino y mosto, hortalizas y algodón.

La actividad apícola fue una de las sorpresas del mes, al pasar a verde gracias a un aumento interanual del 33% en los precios, un crecimiento del 32% de las exportaciones, y un incremento del stock de colmenas del 14%.

Por su parte, en el acumulado de enero a octubre, las economías regionales exportaron USD 48.420 millones, un salto del 61% respecto del promedio histórico de la última década. Sin embargo, el 78% de ese total proviene del complejo granario, mientras que todas las demás economías regionales -incluida la vitivinicultura- aportan apenas el 13,5%.

La vitivinicultura registró importaciones por USD 39 millones, el doble del promedio histórico, en un año donde el sector continúa ajustándose a nuevas condiciones de competencia y costos.

El semáforo vuelve a dejar expuesta la tensión estructural del vino y el mosto: buenos números productivos y de mercado que no alcanzan para sostener el negocio del productor.

En un contexto donde la inflación sigue condicionando los costos, la vitivinicultura mendocina atraviesa otro periodo donde los indicadores rojos todavía pesan más que los verdes.

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