De perfil técnico, vínculos políticos de máxima confianza y un recorrido clave en el financiamiento a pymes, el nuevo presidente del Banco Nación quedó en el centro del poder económico del gobierno de Javier Milei.
Quién es Darío Wasserman, el flamante presidente del Banco Nación
La llegada de Darío Wasserman a la presidencia del Banco de la Nación Argentina fue oficializada hoy con la publicación del decreto 903/2025. Se trata de una persona que combina trayectoria financiera y pertenencia al núcleo más cercano a Javier Milei.
Wasserman no es un nombre nuevo dentro del esquema del banco público. Desde el inicio de la gestión de La Libertad Avanza, ocupó la vicepresidencia de la entidad, rol desde el cual acompañó las principales decisiones estratégicas. El recambio se produjo tras la salida de Daniel Tillard y consolidó una conducción alineada sin matices con la Casa Rosada y el Ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo.
Su recorrido profesional está fuertemente ligado al sistema de Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), un engranaje central para el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas.
Entre 2016 y 2020 presidió Garantizar SGR, la entidad más grande del sector y cuyo principal accionista es el propio Banco Nación. Luego, entre 2020 y 2023, estuvo al frente de Móvil SGR. También lideró la Cámara Argentina de SGR y ocupó una vicepresidencia en la Asociación Latinoamericana de Instituciones de Garantía.
Esa experiencia técnica es uno de los argumentos que el Gobierno destaca para justificar su ascenso.
Pero el peso de Wasserman no se explica solo por su currículum financiero. Según publicó Infobae, su rol político se fortaleció por su cercanía directa con Karina Milei. En ese entramado, Wasserman y su esposa, Pilar Ramírez, presidenta del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura porteña, fueron actores clave en la etapa fundacional del espacio.
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Ahora, con el control total de la entidad, Wasserman queda al frente de uno de los debates más sensibles del oficialismo: la intención de transformar al Banco Nación en una sociedad anónima. La iniciativa cuenta con aval político, pero permanece frenada por una medida judicial.



