Un informe de CONINAGRO relevó cómo creció el consumo de productos como leche, carne, huevos y verduras en base al crecimiento del poder de compra.
El poder adquisitivo de alimentos creció "sostenidamente"
La relación entre el salario y la canasta básica comienza a mostrar señales de recomposición. Así lo señala el informe mensual "Del Sueldo al Plato: ¿Cuánto rinde el salario?", elaborado por CONINAGRO, que mide el acceso a alimentos esenciales a partir del salario promedio calculado por el Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).
El relevamiento, que analiza la evolución del ingreso real y su impacto tanto en el consumo interno como en las economías regionales, muestra una mejora sostenida entre marzo de 2024 y octubre de 2025. En ese período, el salario promedio registró una suba nominal del 39%, por encima de la inflación interanual, que fue del 31,1%. Esa diferencia se tradujo en una recuperación real del 5,8% en el último año y de casi 26% respecto del piso alcanzado en marzo de 2024.
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El informe destaca que la mejora se vuelve más evidente cuando el ingreso se mide en términos de cantidades concretas de alimentos. A valores constantes de octubre de 2025, el salario promedio pasó de $1.236.416 a $1.556.592, consolidando un sendero de crecimiento real.
La recomposición no queda solo en los números generales, sino que se refleja en productos clave de la mesa diaria. El caso más marcado es el de la yerba mate: entre marzo de 2024 y octubre de 2025, el poder de compra aumentó 85%. El salario promedio pasó de permitir la compra de 356 paquetes de medio kilo a 658. Según el informe, este salto responde a una desaceleración de precios mayoristas que no se trasladó por completo al consumidor, combinada con una recuperación más rápida del RIPTE.
La leche también mostró una mejora significativa. En el mismo lapso, el poder adquisitivo creció 71,7%: de 583 sachets de un litro por salario se pasó a 1.001. En el caso del aceite de girasol, el avance fue del 34%, equivalente a 81 botellas adicionales, mientras que en carnes como el asado se observó un incremento real del 21,5%, con 24 kilos más por ingreso promedio.
El relevamiento incorpora además mejoras en otros alimentos básicos. El poder de compra en huevo creció 34% y en pan, 28%. En conjunto, estos datos explican un repunte moderado del consumo interno, con impacto directo en las economías regionales. Según CONINAGRO, los primeros signos de recuperación en las ventas minoristas comenzaron a registrarse entre agosto y octubre de 2025.
Sin embargo, el informe advierte que la mejora del salario se apoya, en parte, en un atraso relativo de los precios de los alimentos frente a los costos reales de producción. Ese desfasaje empieza a presionar los márgenes y la rentabilidad del interior agroindustrial. Entre los casos más críticos, se destaca que el arroz perdió 43,6% de valor real en el último año, la papa retrocedió 40,2% y la cebolla, 25%. Estos números generan preocupación en cooperativas asociadas, especialmente en regiones arroceras y hortícolas.
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