Lo confirmó el FMI y el titular del organizmo, Marco Lavagna. Cuáles son los cambios.
Indec cambiará la forma de medir la inflación a fin de año
El Indec lanzará a fin de año una versión actualizada del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el principal indicador de inflación en la Argentina. Así lo confirmó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe técnico, que acompañó la revisión de metas acordadas con el Gobierno.
El nuevo índice busca reflejar de forma más fiel los hábitos de consumo actuales, que han cambiado significativamente en la última década por el avance tecnológico, el contexto económico y las nuevas dinámicas sociales. Aunque aún no se ha definido una fecha precisa para su implementación, desde el Indec aseguran que el trabajo técnico ya está terminado y que resta solamente el aval institucional para su puesta en marcha.
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Una actualización necesaria
En el ámbito estadístico internacional, se recomienda actualizar las canastas de consumo utilizadas para medir inflación al menos cada cinco o diez años, para evitar distorsiones que pueden producirse por el cambio de hábitos de los hogares. En el caso argentino, la base actual del IPC se construyó con datos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) realizada entre 2004 y 2005. Esa información fue actualizada recién entre 2017 y 2018, pero el índice aún no se había modificado en consecuencia.
"La renovación del IPC no es un cambio menor, sino una mejora en la calidad estadística", explicó Marco Lavagna, director del Indec, quien aseguró que el nuevo índice no generará grandes diferencias en el resultado final, pero sí permitirá capturar mejor la realidad del consumo.
Según Lavagna, entre los productos que se sumarán a la canasta se encuentran servicios hoy esenciales, como las plataformas de streaming (Netflix, Spotify) y los gastos en telefonía e internet. "El objetivo no es mover el índice sino hacerlo más representativo", agregó.
La nueva canasta
Un estudio reciente de la consultora Equilibra ensayó cómo sería el impacto de este nuevo IPC sobre la estructura del gasto de los hogares. Entre los cambios más relevantes, se destacan:
Menor peso para alimentos y ropa: los alimentos y bebidas no alcohólicas pasarían de representar el 26,9% al 22,7% del total del IPC, mientras que las prendas de vestir y el calzado reducirían su peso del 9,9% al 6,8%.
Más peso para vivienda y transporte: el capítulo de Vivienda, electricidad y gas crecería de 9,4% a 14,5%, y Transporte subiría de 11% a 14,3%.
Mayor protagonismo de comunicaciones: con el auge del consumo digital, este rubro pasaría de 2,8% a 5,1% del índice total.
Aunque estas variaciones en las ponderaciones podrían modificar el impacto de ciertos aumentos de precios -por ejemplo, las tarifas de servicios públicos o los combustibles- el efecto en la inflación general sería marginal, según la simulación de Equilibra. El informe muestra que entre diciembre de 2016 y febrero de 2025, la inflación acumulada medida con el IPC actual fue de 7.953%, mientras que con el nuevo índice habría sido de 7.930%.
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