El mundo elige vinos más ligeros y Mendoza se acomoda a la demanda global

Distintos informes apuntan que el consumo internacional avanza hacia blancos y rosados, con menor graduación alcohólica y perfiles más frescos. Mientras el mercado mundial se reconfigura, Mendoza ajusta su oferta y fortalece sus variedades blancas.

El mundo elige vinos más ligeros y Mendoza se acomoda a la demanda global

Por:Juan Manuel Lucero
Periodista

El mercado mundial del vino está atravesando un cambio profundo. En los últimos años, los consumidores de los principales mercados avanzan hacia opciones más ligeras, frescas y de menor graduación alcohólica

Esta preferencia, consolidada por nuevas generaciones y hábitos de consumo más saludables, viene impulsando la presencia de los vinos blancos y rosados en detrimento de los tintos más tradicionales. Argentina, y especialmente Mendoza, aparece bien posicionada para acompañar esta transición global.

Se trata de un fenómeno similar al que días atrás, el Post detalló en una nota sobre el boom de exportaciones de vermut desde la provincia de Mendoza.

De acuerdo con distintos estudios internacionales -incluidos los de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV)-, el crecimiento del consumo de blancos y rosados se sostiene desde hace dos décadas, mientras que la participación de los tintos retrocede respecto de su pico histórico. 

El blanco y el rosado crecen a la par de la caída del tinto.

Los especialistas explican que esta transformación está vinculada con cambios generacionales, la preocupación por la salud, la moderación en el consumo de alcohol y el avance de formatos más prácticos como latas y envases pequeños.

En la industria local, estas tendencias ya se reflejan en las estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). En el acumulado enero-octubre de 2025, las exportaciones totales cayeron un 5,1% interanual. 

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Sin embargo, al desagregar por tipo de vino, se observa un matiz clave: los vinos de color descendieron 6,2%, mientras que los blancos se mantuvieron estables. En total, Argentina exportó más de 22 millones de litros de blancos (18% del total), entre vinos sin mención varietal, varietales y espumosos.

Aunque el malbec continúa siendo el motor indiscutido de las ventas externas -representa el 70,5% del volumen exportado-, las variedades blancas ganan terreno. El chardonnay ya ocupa el tercer puesto entre los vinos exportados (5,6%), seguido por torrontés riojano (2,1%) y sauvignon blanc (1,4%). Esta evolución acompaña un clima global que favorece vinos más frescos, versátiles y acordes a estilos de vida menos ceremoniosos.

Mendoza, sus blancas y una oportunidad

Si bien la provincia es reconocida mundialmente por sus tintos, especialmente el malbec, hace años viene consolidando su cartera de blancas. El chardonnay es la variedad blanca más cultivada y exportada del país, y Mendoza concentra la mayor parte de su superficie, con especial presencia en San Rafael, Tupungato y Maipú. 

El sauvignon blanc crece en zonas frías del Valle de Uco, mientras que el torrontés -si bien tiene su origen y mayor desarrollo en el Noroeste del país- también tiene presencia en departamentos como San Martín, donde el torrontés mendocino muestra su vigor.

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A estas variedades se suman otras cepas que completan la diversidad local: Pedro Giménez, Semillón, Chenin Blanc, Viognier, Moscatel, Riesling, entre otras. La combinación de altura, amplitud térmica y la reconversión de viñedos permite que Mendoza encuentre en estos vinos una herramienta estratégica para alinearse con las preferencias globales.

El impulso de los vinos orgánicos

Otra tendencia que se consolida tanto a nivel global como local es la del vino orgánico. Según el informe especial sobre productos orgánicos del INV, en 2024 Argentina alcanzó 9.701 hectáreas de vid orgánica, equivalente al 11,3% de todos los cultivos orgánicos del país. Aunque hubo una baja interanual del 3,8%, el crecimiento de la última década supera el 180%.

Mendoza es el corazón de esta producción: concentra el 66% de la uva orgánica ingresada a bodegas en la campaña 2025, con el malbec como variedad predominante (34%). La exportación de vinos y productos vitivinícolas orgánicos registró una recuperación destacada en 2024: 12.701 toneladas, un 35,8% más que el año anterior. Estados Unidos, Reino Unido y Suecia son los principales destinos.

Los vinos orgánicos juegan un papel especial.

A pesar de que el mercado interno aún muestra fluctuaciones -en 2024 se certificaron casi 900 mil litros-, el interés sostenido por alimentos y bebidas más naturales mantiene esta categoría en expansión.

El mundo del vino atraviesa una reconfiguración profunda y Mendoza no queda al margen. El auge de variedades blancas y rosadas, el avance de los vinos orgánicos y la demanda por perfiles más frescos obligan a la industria local a adaptarse. Lejos de ser un desafío, el cambio aparece como una ventana de oportunidad: la provincia tiene diversidad, clima, conocimiento técnico y reconocimiento internacional suficientes para capitalizar esta nueva etapa del vino global.

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