La petrolera, que desde hace un tiempo amplió su presencia en áreas convencionales de Mendoza, inició un proceso formal de reestructuración financiera ante la imposibilidad de acceder a nuevos créditos en el mercado.
Tras incumplir el pago de un bono, Aconcagua Energía reestructura su deuda
Petrolera Aconcagua Energía S.A. no pagó los intereses de sus Obligaciones Negociables Clase VII, cuyo vencimiento operaba este lunes 16 de junio. La decisión, informada como "medida preventiva", constituye un incumplimiento de pago y marca el inicio de un proceso formal de reestructuración financiera ante la imposibilidad de acceder a nuevos créditos en el mercado.
El dato fue comunicado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) y A3 Mercados S.A., bajo el argumento de que el contexto actual dificulta el refinanciamiento en términos compatibles con la continuidad operativa. En paralelo, la empresa busca preservar la igualdad de trato entre acreedores y evitar decisiones que puedan "comprometer la viabilidad" del proceso.
Fracaso de su primer bono internacional
La situación actual tiene su origen en el fracaso de la colocación internacional de deuda que Aconcagua intentó ejecutar en mayo. En esa operación, la firma planeaba emitir hasta USD 250 millones en Obligaciones Negociables Clase XVIII bajo normativa 144A/Reg S, como parte de un programa global de hasta USD 500 millones.
Sin embargo, la colocación fue suspendida ante la falta de demanda suficiente, en un mercado adverso para emisores argentinos sin historial internacional. Entre las causas, se destacan:
-La preferencia de los inversores por compañías con mayor liquidez secundaria.
-La sobreoferta de bonos de otras empresas argentinas más calificadas.
-El impacto del riesgo sistémico tras defaults recientes de otros emisores locales.
-Degradación de calificación y reacción de contrapartes
A raíz de la suspensión del bono y la creciente incertidumbre financiera, Fitch Ratings degradó la nota de crédito internacional de Aconcagua a ‘CCC-' el 11 de junio, alertando sobre su escasa liquidez, alto riesgo de refinanciación y falta de acceso a fuentes de financiamiento.
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A esto se sumó la reacción inmediata de entidades financieras, inversores y proveedores, que comenzaron a revisar sus condiciones contractuales con la compañía, aumentando la presión sobre su flujo operativo.
Estrategia de reestructuración
La petrolera mendocina contrató a VALO Columbus como asesor financiero y a Tavarone Rovelli Salim Miani como asesor legal para liderar el proceso de reestructuración. Entre las medidas previstas figuran:
-La negociación de un acuerdo de espera (standstill) con acreedores.
-La evaluación de un nuevo esquema de pagos sostenible.
-La priorización del mantenimiento operativo y el cumplimiento de obligaciones laborales esenciales.
Desde la empresa aseguran que el objetivo es alcanzar un acuerdo en las próximas semanas, aunque el desenlace dependerá de la disposición de los acreedores y de la evolución del mercado.



