Conmoción en el fútbol por la muerte de un jugador en pleno partido

Sucedió en la Primera División de Albania, donde el ghanés Raphael Dwamena se desplomó mientras jugaba y no pudo ser reanimado. Tenía problemas cardíacos y hace un tiempo decidió sacarse el desfibrilador interno que portaba.

Conmoción en el fútbol por la muerte de un jugador en pleno partido

Editó: Lucas Burgoa

El fútbol mundial está conmovido tras la muerte del futbolista ghanés Raphael Dwamena, quien se desplomó en pleno partido entre su equipo, el KF Egnatia y el Partizani Tirana por la fecha 13 de la Primera División de Albania.

Tenía 28 años y en 2017 se cayó su llegada al Brighton de la Premier League inglesa ya que en la revisión médica le detectaron problemas cardíacos. Llegó a portar un desfibrilador interno, pero decidió sacárselo.

"El futbolista Raphael Dwamena perdió el conocimiento durante el partido y tras la primera intervención de los médicos en el terreno de juego, fue trasladado en ambulancia al hospital. A pesar de la inmediata intervención de los médicos especialistas y de todos los esfuerzos posteriores por devolverle la vida, lamentablemente el futbolista falleció", informó la Federación Albanesa de Fútbol, que suspendió todos los partidos de la jornada.

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El futbolista, nacido en 1995, comenzó su carrera en Austria y luego pasó al Zúrich suizo. En 2017, en el mejor momento de su carrera, el Brighton de Inglaterra lo compró por 15 millones de dólares, pero el pase se cayó porque le detectaron arritmias cardíacas.

En su regreso a Zúrich volvieron a examinarlo y lo dejaron seguir jugando. En 2018 pasó al Zaragoza, donde los médicos del club le exigieron jugar con un desfibrilador interno.

El dispositivo se activó dos veces, una mientras jugaba en el club español y otra en el Blau Weiss Linz, de Austria, en 2021. La descarga que provocó el mismo para estabilizar el ritmo de su corazón le generó tal desconfianza en el dispositivo que decidió sacárselo.

A partir de allí, en los últimos contratos que firmó asumió todos los riesgos de su condición, pese a que su familia le pidió que abandonara el fútbol.

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"Sólo una persona puede decirme que es hora de parar: el Señor. Si muero, esa es la voluntad de Dios. Así son las cosas. La gente que me rodea estará triste. Durante unas horas o tal vez incluso unas semanas. Pero lo superarán y seguirán adelante, seguirán trabajando. No baso mi vida en complacer a la gente. Sólo a Dios", había dicho hace un tiempo en una entrevista.

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