Historia indígena, paisajes imponentes y una fuerte impronta espiritual convierten a este destino del Valle de Uco en un gran atractivo turístico de la provincia.
El valle oculto mendocino que despierta interés por su enclave energético
La Pampa del Durazno, un valle poco conocido del distrito Los Chacayes, en Tunuyán, se consolida como uno de los destinos más singulares del Valle de Uco. Rodeado de cerros, antiguas huellas indígenas y un paisaje que invita al silencio, el lugar atrae cada vez a más visitantes interesados en el turismo energético, una tendencia que crece a nivel global y que en Mendoza encuentra escenarios naturales ideales.
Ubicada a pocos kilómetros de las rutas provinciales 89 y 94, y al pie del cerro Manzano, la Pampa del Durazno combina naturaleza, historia y espiritualidad. Para muchos viajeros, se trata de un sitio ideal para desconectarse del ritmo urbano y reconectar con el entorno a través de caminatas, meditación y contemplación del paisaje cordillerano.
Un paisaje que invita a la pausa
El valle sorprende por su geografía abierta, el sonido del viento y la sensación de aislamiento, a pesar de encontrarse relativamente cerca de zonas turísticas consolidadas del Valle de Uco. Estas características lo convierten en un espacio elegido para prácticas de bienestar como yoga, meditación, trekking y retiros espirituales, actividades que se desarrollan en contacto directo con la naturaleza.
Algunos visitantes describen al lugar como un "portal energético", una denominación que forma parte del imaginario turístico y que suma atractivo a la experiencia. Más allá de las creencias personales, la Pampa del Durazno se presenta como un entorno ideal para quienes buscan tranquilidad, paisajes imponentes y una experiencia diferente a las propuestas tradicionales.
Huellas ancestrales y caminos históricos
Además de su valor natural, este lugar posee una profunda riqueza histórica. La zona fue transitada por los pueblos huarpes hace más de 8.000 años, quienes ascendían a la montaña durante los meses cálidos para recolectar frutos y plantas utilizadas en su alimentación y rituales.
Siglos más tarde, el valle formó parte de antiguas rutas de arrieros y baqueanos que conectaban el Valle de Uco con Chile a través del Portillo Argentino. Todavía hoy pueden observarse rastros de esos caminos, que refuerzan el atractivo cultural del destino y su vínculo con la historia cordillerana de Mendoza.
Para muchos viajeros, la Pampa del Durazno es considerada un "portal energético", asociado a relatos y creencias que refuerzan su atractivo turístico.
Mitos, energía y relatos que atraen
En el marco del turismo energético, algunos viajeros asocian la Pampa del Durazno con los llamados "chakras terrestres", puntos del planeta donde se concentraría una energía especial. Practicantes de disciplinas como reiki o meditación aseguran experimentar una sensación particular al recorrer el valle.
El lugar también está rodeado de relatos populares: luces en el cielo, avistamientos extraños y versiones sobre ciudades ocultas bajo la montaña. Estos mitos, lejos de alejar a los visitantes, forman parte del relato turístico que envuelve al sitio y lo posiciona como un destino donde naturaleza y misterio se combinan.
El origen del nombre
El nombre Pampa del Durazno también suma curiosidad. Una de las versiones más conocidas indica que proviene de un duraznero que habría crecido de manera espontánea en una quebrada, posiblemente a partir de una semilla arrojada por antiguos arrieros. Otra teoría vincula la denominación al color rosado que adquieren los cerros al atardecer.
En distintas culturas, el durazno simboliza fertilidad, renovación y energía vital, un significado que muchos visitantes asocian con la experiencia que ofrece este rincón del Valle de Uco.
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Autoridades y guías locales recomiendan preservar el entorno y respetar las normas de acceso, ya que se trata de una propiedad privada.
Cómo visitar la Pampa del Durazno
Este sitio se encuentra dentro de una propiedad privada, por lo que el acceso requiere autorización previa. Desde el Municipio de Tunuyán y los organismos turísticos provinciales recomiendan realizar visitas responsables, respetando el entorno natural y evitando dejar residuos o encender fuego fuera de los sectores habilitados.
El sitio puede visitarse durante todo el año, aunque la primavera y el verano son las estaciones más elegidas por las condiciones climáticas. Operadores turísticos locales ofrecen recorridos guiados que combinan caminatas, interpretación del paisaje, historia local y actividades de bienestar.
Cómo llegar desde el Gran Mendoza
Para llegar a la Pampa del Durazno desde la Ciudad de Mendoza o el Gran Mendoza, el recorrido más rápido y recomendado es hacia el Valle de Uco atravesando primero Tupungato.
Desde Mendoza capital se debe tomar la Ruta Nacional 40 hacia el sur hasta Ugarteche (Luján de Cuyo). A la altura de esa localidad, se accede a la Ruta Provincial 86, que conecta directamente con la ciuda de Tupungato tras un recorrido de aproximadamente 40 kilómetros.
Una vez en Tupungato, el camino continúa por la Ruta Provincial 89, en dirección a Los Chacayes y al pie del cerro Manzano. Desde el cruce urbano de Tupungato hasta la Pampa del Durazno, la distancia es de unos 41 kilómetros, combinando tramos asfaltados y sectores de ripio en el tramo final (RP94).
Los últimos kilómetros se realizan por caminos rurales y huellas de montaña, por lo que se recomienda circular con precaución, especialmente en épocas de lluvias o nieve, y priorizar vehículos altos o excursiones con guías habilitados.
El tiempo total estimado de viaje desde el Gran Mendoza es de entre una hora y 45 minutos y dos horas, dependiendo del tránsito y el estado del camino.
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