Bitcoin: ¿Cómo y por qué apareció?

La crisis de las hipotecas, el enigma del creador y las duras críticas de un reconocido Premio Nobel de Economía.

Bitcoin: ¿Cómo y por qué apareció?

¿Cómo entender la aparición y existencia de Bitcoin si no lo encuadramos en un contexto histórico?

Bitcoin fue desarrollado y creado, supuestamente por Satoshi Nakamoto (ya vamos a hablar de él), durante el año 2008. El 9 de enero de 2009, este programador anunció la creación de Bitcoin a un puñado de colegas con quienes mantenía contacto vía correo electrónico sobre lo que estaba armando.

Lo hizo en un e-mail en el que afirmó: "Anunciando el primer lanzamiento de Bitcoin, un nuevo efectivo electrónico, sistema que utiliza una red peer-to-peer para evitar el doble gasto. Está completamente descentralizado, sin servidor ni autoridad central".

Cuando se refería al "doble gasto" se refería a la imposibilidad de que un poseedor de Bitcoin pudiera transferir el mismo Bitcoin a más de un usuario, evitando así cualquier tipo de fraude.

¿Qué ocurría en el mundo en el año 2008? La peor debacle financiera vista desde el año 1929. Hablamos de la famosa crisis de las hipotecas o las subprimes, como también se la conoció.

Se trató del crack del sistema bancario y financiero de los Estados Unidos cuando quebró Lehman Brothers, uno de los más grandes bancos de inversión de ese país, lo que arrastró a un contagio de toda la economía norteamericana y mundial que tuvo impacto de diferentes formas en todo el planeta. Millones de personas, sobre todo en Estados Unidos, perdieron su casa, sus ahorros o sus inversiones bursátiles y miles de empresas cerraron arrastradas por este enorme tsunami económico.

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El mensaje que dejó la crisis de las hipotecas, tras muchas investigaciones sobre sus causas, fue que el sistema bancario y financiero estuvo más ocupado en aumentar sus propias ganancias que en proteger los ahorros e inversiones de sus clientes, a los que además no les pudo garantizar su devolución.

En este profundo contexto de crisis y derrumbe de toda la cadena por la que fluía el dinero de millones de personas, apareció Bitcoin.

Palabras, palabras menos, Satoshi Nakamoto anunció la creación de una moneda, no en papel o en metal, sino en soporte digital, protegida por un cifrado criptográfico que la hacía infalsificable, que se podía transferir electrónicamente de usuario a usuario, sin necesidad de los servicios intermediarios de un banco o una entidad financiera, a los cuales ya tampoco hacía falta acudir para resguardar ese dinero, pues la nueva moneda criptográfica se podía archivar digitalmente. Como si esto fuera poco, también prescindía de la necesidad de un ente de control como un Banco Central, ya que la nueva moneda podría ser emitida, controlada, transferida e intercambiada por sus propios usuarios a través de una red blockchain o de cadena de bloque y otra conocida como peer-to-peer (de igual a igual o entre pares), que no exige un servidor central y permite compartir archivos entre los usuarios, por lo que serían los propios usuarios quienes con sus computadores oficiarían de servidores y gestores de todo el sistema de Bitcoin. Todo se basaba en prevenir cualquier intento de ataque o fraude en la red a partir del consenso de sus integrantes para validar las operaciones.

Sin duda la aparición de Bitcoin fue toda una revolución. Una moneda que no necesitaba imprimirse o forjarse, que no necesitaba de bancos para ser custodiada o intercambiada por bienes, que tampoco necesitaba del control del Estado como último garante, y mucho menos de los grandes operadores de internet para todo su proceso, desde la emisión hasta el destinatario, que se producía de forma digital y online. En 13 años ha logrado instalarse, pero aún no se ha transformado en un medio de pago masivo.

Desde esta perspectiva, no extraña que la comunidad Bitcoin y cripto en general sostenga una postura antisistema, donde el dinero tal como hoy lo conocemos, el sistema estatal de poder, el bancario y el financiero son calificados como "el viejo orden", que se beneficiaba de la intermediación a costa del trabajo honesto de la ciudadanía y al que hay que reemplazar por la libertad económica de Bitcoin, la blockchain y la nueva ola de las criptomonedas.

Nadie sabe si Satoshi imaginó que Bitcoin, lejos de transformarse en una moneda de intercambio, se transformaría en una volátil reserva de valor, que al día de hoy navega con gran viento a favor en un mercado de criptomonedas azotados por los mares de la especulación financiera, una práctica muy propia del viejo régimen.

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Para buena parte de la comunidad no es especulación sino el crecimiento natural de Bitcoin por su propio diseño técnico y además por un cambio que se afianza en la sociedad.

Para otros es una burbuja especulativa que en algún momento va a reventar. Como lo afirmó en las últimas horas, el reconocido Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, en una columna que tituló: "Las Criptomonedas son las nuevas hipotecas basura", comparándolas, vaya paradoja, con las hipotecas que desataron la última gran crisis de la cual surgió Bitcoin.

En el artículo, Krugman aseveró que las criptomonedas, con sus enormes fluctuaciones, son lo más arriesgado que puede llegar a ser un activo; que no está claro cuál es su fin ni para qué sirven, y que sus riesgos caen de forma cada vez más desproporcionada sobre personas que no saben en que se están metiendo.

Volviendo a Satoshi Nakamoto, nadie sabe siquiera si existe o existió o simplemente es un seudónimo. Por eso, cuando vea en redes sociales o medios de comunicación que hablan del creador de Bitcoin, ilustrando la nota con la imagen de un hombre de rasgos orientales, no lo tome en serio: aparezca quien aparezca, no es Satoshi, nadie lo ha visto.

Lo más cercano a la realidad que existe es esa serie de correos electrónicos con aquellos programadores con los que se contactó y les envió el programa de Bitcoin, ya concluido, para que lo ejecutaran en sus computadoras y empezara a funcionar. Esos e-mails, sí están registrados y son conservados en la web bitcoin.org.

Es más, varias personas desde 2009 a la fecha, sobre todo desde que Bitcoin empezó a valer muchos miles de dólares salieron a decir públicamente que ellos eran Satoshi Nakamoto (no eran japoneses como Satoshi aunque no es requisito) reclamando ante los tribunales la paternidad y correspondientes beneficios económicos por Bitcoin. Ningún planteo prosperó.

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Algunos especulan, no sin racionalidad, que Satoshi Nakamoto podría ser en realidad un grupo de programadores informáticos que prefirieron el anonimato bajo el nombre de una persona inexistente. Otros sospechan que sería el multimillonario empresario espacial y creador del auto eléctrico Tesla. Hablamos del popular Elon Musk. En realidad, nadie sabe quién es Satoshi y poco importa a esta altura porque el protocolo de Bitcoin anda muy bien, con más de una década de operatividad casi sin fallas, y valiendo por unidad miles de veces más que un dólar.

Eso sí. Satoshi Nakamoto dejó a través de esos correos electrónicos los fundamentos de Bitcoin que luego se reflejaron en una publicación titulada "Bitcoin: Un Sistema de Efectivo Electrónico Usuario-a-Usuario", el que se puede ver aquí: