El presidente estadounidense advirtió al brasileño que el juicio contra Jair Bolsonaro es una "caza de brujas que debe temrinar inmediatamente".
Trump elevó aranceles a Brasil por las persecuciones judiciales a Bolsonaro
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, respondió con dureza este miércoles a la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 50% a las importaciones brasileñas, a partir del 1 de agosto. La medida fue justificada por la Casa Blanca como una represalia ante lo que considera una persecución judicial contra el exmandatario Jair Bolsonaro y restricciones a la libertad de expresión impuestas por el Supremo Tribunal Federal.
Desde el Palacio de Planalto, Lula rechazó tajantemente la injerencia de Washington: "El proceso judicial contra Jair Bolsonaro y el resto de acusados, entre los que se encuentran varios antiguos ministros y militares de alto rango, es de exclusiva responsabilidad de la Justicia brasileña y, por tanto, no está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de los poderes".
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El mandatario brasileño calificó la medida como una presión inaceptable contra las instituciones democráticas del país: "Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie", enfatizó.
Además, Lula desmintió que el comercio bilateral sea perjudicial para Estados Unidos y recordó que, según datos oficiales del propio gobierno estadounidense, Washington mantiene un superávit comercial acumulado de 410.000 millones de dólares con Brasil en los últimos 15 años.
Respuesta comercial en marcha
La cancillería brasileña anticipó que "cualquier medida de elevación unilateral de tarifas será respondida a la luz de la Ley de Reciprocidad Económica", legislación aprobada el pasado 2 de abril que permite tomar represalias comerciales ante barreras impuestas por otros países.
El impacto de la medida podría ser considerable: solo en 2024, las exportaciones brasileñas a Estados Unidos alcanzaron los 40.368 millones de dólares, representando el 12% del total de ventas externas del país. Estados Unidos, además, es el principal destino de las exportaciones de la industria de transformación brasileña.
La industria brasileña, en alerta
La Confederación Nacional de la Industria (CNI) expresó su "preocupación y sorpresa" por el anuncio y pidió a ambos gobiernos reforzar el diálogo diplomático. "Una ruptura de esta relación causaría un daño significativo a nuestra economía. Para el sector productivo, lo más importante ahora es intensificar las negociaciones para revertir esta decisión", declaró Ricardo Alban, presidente de la entidad.
El escenario plantea un nuevo foco de tensión en la ya frágil relación entre Brasil y Estados Unidos. El avance del proceso judicial contra Bolsonaro -acusado de intentar revertir su derrota electoral en 2022- amenaza con desatar un conflicto comercial con consecuencias bilaterales y regionales.
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