La semaglutida 2,4 mg, desarrollada por el laboratorio danés Novo Nordisk, promete una reducción de peso de hasta el 20% y beneficios cardiovasculares. Especialistas advierten que solo es efectiva si se acompaña con cambios de hábitos.
Llegó al país el medicamento que cambia el tratamiento de la obesidad
Llegó al país Wegovy (semaglutida 2,4 mg) y marca un punto de inflexión en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso. Se trata de una medicación inyectable que logró resultados inéditos: una reducción promedio del 17% del peso corporal, con un tercio de los pacientes que alcanzaron hasta el 20% de descenso.
Desarrollado por Novo Nordisk, el tratamiento actúa sobre el sistema de saciedad: disminuye el apetito y prolonga la sensación de plenitud, lo que lleva a una menor ingesta calórica.
La ANMAT lo aprobó como complemento de una dieta hipocalórica y actividad física para adultos con obesidad o sobrepeso que presenten alguna enfermedad asociada, y también para adolescentes mayores de 12 años con un IMC superior al percentil 95. Este medicamento está en venta bajo receta médica.
Una molécula con múltiples beneficios
La semaglutida es el principio activo de Wegovy, indicado para la obesidad, y de Ozempic, utilizado en diabetes tipo 2. Ambos comparten un mecanismo similar: son agonistas del receptor GLP-1, una hormona que regula el apetito y la glucosa.
Pero sus beneficios van más allá de la balanza. En estudios internacionales como SELECT y SCORE, el uso de semaglutida redujo entre un 20% y un 42% el riesgo de infarto, ACV o muerte cardiovascular. Además, se observaron mejoras en la presión arterial, la glucemia, la función renal y hepática, y la salud metabólica general.
La Organización Mundial de la Salud estima que 890 millones de personas viven con obesidad y 2.500 millones tienen sobrepeso. Esta condición está detrás del 70% de los fallecimientos por causas cardiovasculares en personas con exceso de peso.
La eficacia de la semaglutida fue validada en más de 34 ensayos clínicos y 7 estudios de vida real, con más de 48.000 pacientes. Su seguridad es consistente con otros fármacos de la misma familia y ha sido evaluada en personas con obesidad, diabetes, insuficiencia cardíaca o renal, y también en adolescentes.
El desafío ahora será garantizar un uso responsable y evitar que se transforme en una moda.
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