¿Vida extraterrestre?: el mendocino de la NASA explicó el último hallazgo

El telescopio James Webb detectó una molécula que en la Tierra sólo producen seres vivos. Lucas Paganini, desde la NASA, contó las implicancias del descubrimiento.

¿Vida extraterrestre?: el mendocino de la NASA explicó el último hallazgo

Por:Juan Manuel Lucero
Periodista

 Hace poco, el mundo volvió a mirar al cielo con asombro. El telescopio espacial James Webb detectó en el exoplaneta K2-18b una molécula que, en la Tierra, sólo producen los seres vivos: el dimetilsulfuro. La noticia del descubrimiento de posibles signos de vida extraterrestre generó revuelo internacional, y una voz autorizada en la materia es el científico mendocino que trabaja en la NASA: Lucas Paganini, quien es Ejecutivo de Programas en la agencia espacial estadounidense.

Paganini explicó al Post que este descubrimiento no es una prueba concluyente de vida, pero sí un indicio esperanzador. "La detección de una posible biofirma, como un gas que en la Tierra está asociado a la vida, no es suficiente para confirmar que hay vida. Para llegar a esa conclusión, se necesita una combinación de evidencia", detalló el científico.

El telescopio James Webb observa el universo con una capacidad inédita: trabaja con luz infrarroja, lo que le permite analizar planetas lejanos con mucha más precisión que antes. Paganini explicó que esta tecnología revolucionaria hace posible detectar la composición química de atmósferas de planetas fuera del sistema solar. "Esto ofrece pistas sobre su habitabilidad y posibles biofirmas", dijo. 

K2-18b está a 124 años luz de la Tierra y podría tener un océano.

Sin embargo, aclaró que el proceso no es tan directo como parece. "Deducir la presencia de vida solo por la atmósfera requiere también entender la superficie, el interior y el entorno del planeta. En la búsqueda de vida, el contexto lo es todo".

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El exoplaneta que ahora está en el centro de la escena, K2-18b, está a 124 años luz de la Tierra y orbita una estrella enana roja. Lo interesante es que está dentro de la llamada "zona habitable", una región donde podría existir agua líquida, algo clave para la vida tal como la conocemos. Según Paganini, ya hay varios planetas conocidos con condiciones similares: "Existen varios planetas conocidos que se encuentran en la zona habitable de sus estrellas. Webb ya está observando algunos de los más prometedores".

K2-18b es candidato a pertenecer a una clase de mundos recientemente propuesta: los planetas "hicéanos", más grandes que la Tierra y con atmósferas ricas en hidrógeno, que podrían tener océanos de agua líquida. "Aunque el concepto es nuevo y aún en desarrollo, Webb permite estudiar estos mundos en profundidad, lo que podría abrir nuevas posibilidades en la búsqueda de condiciones aptas para la vida", sostuvo Paganini.

El telescopio James Webb, que tiene una sensibilidad y resolución sin precedentes.

Un dato curioso es que no todos los exoplanetas orbitan una estrella. Paganini aclaró que existen los llamados "planetas errantes", que vagan por el espacio sin una estrella que los guíe. Sin embargo, los más estudiados por Webb son aquellos que sí orbitan estrellas, ya que esa luz es clave para analizar sus atmósferas.

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   Paganini está a cargo de dos programas: el Programa de Exploración de Exoplanetas y la misión Nancy Grace Roman (en la foto).  

Por ahora, el descubrimiento en K2-18b no es una confirmación de vida, pero sí una pista fuerte. La detección de dimetilsulfuro fue tan sorpresiva que, al principio, los propios investigadores pensaron que era un error. Pero la señal persistió y fue verificada. Según Paganini, lo que viene ahora es una etapa de análisis más profundo, nuevas observaciones y modelos que ayuden a descartar otras explicaciones posibles.

"Confirmar vida requerirá mucho más", concluyó el científico. Pero en un universo tan vasto, la sola posibilidad de no estar solos ya es suficiente para seguir mirando al cielo.