Fotos: el increíble Vía Crucis Submarino que se hizo en la Patagonia

En el sur del país, más precisamente en Puerto Madryn, se celebra cada Semana Santa un evento religioso tan emotivo como curioso: el Vía Crucis Submarino. Esta ceremonia, que mezcla espiritualidad, paisaje y cultura local, es única en el mundo y atrae tanto a fieles como a visitantes sorprendidos por la propuesta.

A diferencia de los tradicionales Vía Crucis que se hacen en iglesias o al aire libre, en esta ciudad costera de Chubut la procesión tiene una particularidad: parte del recorrido se realiza bajo el mar. Buzos profesionales, nadadores, kayakistas y embarcaciones sin motor acompañan una cruz iluminada que recorre unos 500 metros en el fondo del Golfo Nuevo, mientras desde la orilla la comunidad sigue cada estación en profundo silencio.

La idea surgió en el año 2000 y, desde entonces, se repite cada Viernes Santo como una forma de unir la fe con el entorno natural que caracteriza a Puerto Madryn. La ciudad, muy ligada al mar y conocida por ser uno de los destinos turísticos más importantes de la Patagonia, encontró en esta ceremonia una expresión religiosa profundamente conectada con su identidad.

La edición 2025 comenzó este viernes las 18:30, cuando se abrieron las puertas de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús para iniciar el recorrido. Las primeras estaciones se hicieron por las calles del centro, hasta llegar al Muelle Comandante Luis Piedra Buena, donde se vivió la parte más especial del evento.

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Con el cielo oscuro y la playa iluminada por velas, la cruz fue sumergida en el agua y guiada por los buzos. Mientras tanto, un sacerdote relataba la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo desde la costa, usando un hidrófono que transmitía el mensaje hacia el mar. Las luces que llevaban los buzos y el brillo de la cruz bajo el agua creaban una atmósfera única, donde el silencio solo era interrumpido por el suave sonido de las olas.

Al finalizar, los buzos emergieron sosteniendo la cruz, y la respuesta de los presentes fue un aplauso sentido y respetuoso. La playa, aún iluminada por las velas, se transformó en un espacio de recogimiento y emoción.

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