Un mendocino y el nieto de una jueza, gurúes que te "hacen" millonarios

En el contexto de crisis económica, proliferan quienes aseguran tener un método probado para facturar mucho dinero en dólares, sin especificar el costo o valor de dicho método. Uno de ellos es Matías Molina, mendocino, que tiene de socio a Ramiro Cubría, nieto de la jueza federal María Servini.

Un mendocino y el nieto de una jueza, gurúes que te "hacen" millonarios

La era digital ha abierto la oportunidad para el desarrollo de nuevas maneras de trabajar, potenciadas por la irrupción imparable del teletrabajo, que posibilitó la globalización de relaciones laborales y la internacionalización de servicios digitales. 

Sin embargo, en los últimos tiempos, la tecnología y las redes sociales han posibilitado la proliferación de gurúes que, con base en mensajes motivacionales y experiencias personales, venden una imagen de éxito con la que atraen a personas que buscan mejorar su vida laboral y prometen la receta (o el método) infalible para facturar miles de dólares a través de internet y convertir a las personas en millonarios.

Uno de estos "influencers" es un mendocino, de nombre Matías Molina. Es abogado, recibido de la Universidad de Mendoza. Según sus redes sociales, vive en Dubai y ha logrado un lujoso estilo de vida gracias a sus servicios digitales y múltiples negocios. 

Su principal socio se llama Ramiro Cubría, quien es nieto de la jueza federal María Servini (ex de Cubría), quien está a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 1 de Capital Federal. Ramiro es un joven de 23 años que según cuenta abandonó sus estudios, primero cursó Administración de Empresas y luego Ingeniería Industrial. 

Lo que une la historia de Molina y Cubría es que, según cuentan en sus redes y en su emprendimiento "Club de Negocios", se cansaron de su vida y decidieron apostar por la meca que es vivir de trabajar en internet. 

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Este Club de Negocios que dirigen ambos, se presenta como una especie de incubadora de emprendimientos en internet, aunque limitados a una rama de habilidades digitales, con las que aseguran que sus clientes pueden generar miles de dólares en poco tiempo. 

La retórica con la que se expresa Molina, que tiene 24 años, en las redes sociales apunta mucho a generar emociones en base a la autosuperación y de historias de su vida que intenta que funcionen de ejemplo a sus seguidores. 

También demuestra un discurso despectivo hacia la pobreza y hacia Argentina, comparando el país con superpotencias económicas como Dubai y de cómo el estilo de vida en otros países es mejor que en Argentina.

Las redes sociales vienen a funcionar como el espejo de lo que quieren demostrar. Una especie de alarde de lujos, dinero y "éxito", que provoca reacciones tanto positivas como negativas por parte de sus seguidores. 

Molina y Cubría, en su Club de Negocios, prometen a quienes compren los cursos de capacitación, de casi U$S 2.000 de costo, la generación de una facturación mínima de U$S 1.000, a través de la generación de un negocio digital basado en "pasiones, habilidades o intereses" de sus clientes. 

En su sitio oficial, esta incubadora de emprendimientos se jacta de los logros de sus alumnos y de cómo, en pocos días, logran facturar cientos o miles de dólares, logrando el tan ansiado "cambio de vida" que persiguen. Sin embargo, por si quedó alguna duda, nada de esto tiene comprobación científica ni empírica por personas que hayan hecho estos presuntos cursos.

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Intentan exhibir una imagen de seguridad y de solidez, basado en una comunidad "que te va a enseñar las estrategias de marketing, ventas, creación de contenido y negocios que te van a llevar a ganar más de $1000 USD al mes, sin años de experiencia, título universitario o miles de seguidores". 

En los casos que exhiben en el sitio oficial de Club de Negocios, lo que llama la atención es que los protagonistas de los casos resaltados son personas muy jóvenes, de entre 15 y 20 años, aproximadamente, demostrando a las claras a qué franja etaria de público apuntan a convencer.

En el ambiente digital, tanto Matías Molina, como Ramiro Cubría, ostentan un perfil de Linkedin (la red social específica del ambiente laboral), en donde destacan sus aptitudes de emprendedores y de los ingresos que generan. "Más de U$S 800.000 generados en seis meses", señala la descripción de Molina. "Emprendedor de 7 cifras", destaca Cubría. 

Lo llamativo de ambos casos es que no describen prácticamente experiencias laborales, utilizando como punta de lanza sus emprendimientos para demostrar éxito. 

En un contexto de crisis económica, alta inflación, bajos salarios e incertidumbre, sumado a un momento histórico donde la tecnología permite y facilita muchas cosas de la vida diaria, incluso en lo laboral, llama la atención la gran cantidad de personas que proliferan un discurso de redes sociales que apuntan al "ser tu propio jefe", con enfoques en las historias de autosuperación, que buscan servir de ejemplo y cautivar así a nuevos clientes. 

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Cabe destacar que Internet es, efectivamente, un mundo de oportunidades y que sí existen modelos de negocios y nuevas profesiones que se consolidan día a día en la red global. Sin embargo, los esquemas de comunidades que buscan captar personas a su círculo por un "módico precio", se vuelven cada vez más populares, junto a quienes aseguran tener el talento, el poder y la visión para "cambiar la vida de las personas", que se basan, únicamente, en presuntas experiencias personales. 

La promesa de generar altos ingresos en dólares, en un país como argentina, sumado a la imagen de éxito que puede ser muy atractiva para muchas personas, sobre todo jóvenes, hace de estas comunidades y de estos influencers, lugares y personas con las que habría que tomar recaudos, para evitar caer en estafas y en círculos donde las personas puedan quedar como rehenes ante situaciones indeseadas. 

Carteles misteriosos en Mendoza

No solamente a través de las redes sociales, sino también en la vía pública se reproducen discursos que buscan seducir a personas a unirse a grupos o comunidades para mejorar su situación económica. 

En el centro de la ciudad de Mendoza, paradas de colectivos y otros lugares públicos, han sido colocados carteles con números de teléfono para asesorarse sobre una manera de generar fuertes ingresos a través del celular. 

Uno de los casos en particular se trata de una persona oriunda de San Juan, quien invita a "charlas informativas" para interiorizarse más acerca de la técnica que permite ganar dinero, pero evitando dar información vital, evitando mencionar montos ni tampoco especificando de qué se trata la reunión, lo que invita a desconfiar.