El hallazgo fue realizado durante un operativo en las favelas de Alemão y Penha, donde la policía brasileña secuestró fusiles de guerra. Entre ellos había un FAL de Fabricaciones Militares perteneciente al Batallón 603 de Fray Luis Beltrán, desaparecido hace más de 10 años.
Un fusil del Ejército argentino, entre las armas del Comando Vermelho
Un fusil FAL que pertenecía a las Fuerzas Armadas argentinas fue encontrado entre el arsenal del Comando Vermelho, la organización criminal más poderosa de Brasil, durante un operativo de las fuerzas de seguridad en Río de Janeiro. El arma fue identificada por el jefe de la Unidad de Coordinación de Inspección de Armas y Explosivos de la Policía Civil carioca, Vinicius Domingos, quien confirmó que el fusil ingresó al país por la Triple Frontera.
Las pericias preliminares indican que se trata de uno de los 43 fusiles FAL robados del Batallón 603 de Fray Luis Beltrán, en Mendoza, una sustracción que se descubrió en 2011 y que aún no fue completamente esclarecida. En ese momento, además de los fusiles completos, se denunciaron la falta de 2.500 piezas de repuesto, suficientes para armar otras 400 armas.
El hallazgo se produjo tras un violento enfrentamiento en las favelas de Alemão y Penha, donde participaron más de 2.500 efectivos policiales. La operación dejó un saldo de 119 muertos, según las cifras oficiales. Las fuerzas brasileñas incautaron un variado arsenal con armas de distintos orígenes militares, entre ellas fusiles de Argentina, Brasil, Venezuela y Perú.
"Identificamos que uno pertenece a las Fuerzas Armadas de Argentina", confirmó Domingos en conferencia de prensa. También precisó que los investigadores rastrean un circuito de tráfico internacional de armas que atraviesa la frontera amazónica y Paraguay, donde las piezas suelen ser modificadas o se les borran los números de serie.
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La pista argentina reavivó una causa que estuvo archivada durante más de una década en los tribunales federales de Rosario. El expediente había sido instruido por el exjuez Marcelo Bailaque, quien en junio pasado fue procesado por presunta corrupción y encubrimiento de narcotraficantes. Actualmente, la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario debe resolver si el caso prescribió o no, tras ser reactivado por el fiscal Javier Arzubi Calvo.
La investigación original comenzó en febrero de 2011, cuando un fusil con el escudo argentino fue hallado en un operativo del Primer Comando Capital (PCC) en el estado de San Pablo. Una semana después de ese hallazgo, el sargento Hernán Diego Solís, jefe de la sección de Armamento del Batallón 603, se suicidó en circunstancias que nunca fueron esclarecidas. Su muerte derivó en una cadena de encubrimientos internos dentro del Ejército.
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Según fuentes judiciales, los robos en los arsenales militares de Fray Luis Beltrán fueron recurrentes. En 2015 se detectó el faltante de casi 20.000 proyectiles de diferentes calibres, lo que llevó al entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi, a disponer el cierre temporal del batallón. En 2022 volvió a funcionar como planta de reparación y modernización de vehículos.
La conexión entre el robo de armamento argentino y los cárteles brasileños no es nueva. Desde la década del 90, más de 300 fusiles FAL y subametralladoras FMK3, PAM-1 y PAM-2 producidos en Fabricaciones Militares fueron incautados en operativos en Brasil. Incluso se registró la aparición de granadas FMK-2 usadas por los narcos para atacar patrulleros.
Expertos en seguridad sostienen que estos episodios reflejan un patrón de descontrol y desvío de armas estatales hacia el crimen organizado regional. El investigador brasileño Bruno Langeani, del Instituto Sou da Paz, advirtió que "la mala gestión de los arsenales públicos contribuye al fortalecimiento de organizaciones con capacidad para desestabilizar países y poner en riesgo la vida de los propios policías".
El presidente Javier Milei, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, declaró en 2024 la planta de Fray Luis Beltrán como "zona militar", argumentando que la situación de inseguridad en Rosario y sus alrededores exigía medidas excepcionales de control.
El descubrimiento del fusil argentino en una favela de Río vuelve a exponer las fallas de control dentro de las Fuerzas Armadas y la persistencia de un mercado ilegal que conecta los arsenales oficiales con las facciones criminales más violentas de Sudamérica.
Fuente: La Nación.



