El dato surge del último Boletín Epidemiológico Nacional. Se registran desde octubre de 2023, pero estaría en ascenso.
Hay 22 intentos de suicidio por día en Argentina
Los intentos de suicidio dejaron de ser un dato subregistrado en Argentina. Desde el 1º de abril de 2023, estos hechos se convirtieron en un evento de notificación obligatoria y comenzaron a formar parte del Sistema Nacional de Vigilancia Sanitaria (SNVS). En poco más de dos años, el Ministerio de Salud de la Nación ya contabilizó 15.807 intentos, un promedio de casi 22 por día.
La cifra se desprende del último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), que por primera vez ofrece una radiografía estadística de un problema de salud pública creciente y complejo. Aunque el informe aclara que los datos aún son parciales y pueden estar influenciados por el aumento en la capacidad de registro de los efectores de salud, la tendencia general es ascendente. El pico se registró en enero de 2025, con 1.084 eventos notificados.
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Adolescentes en el centro de la escena
El grupo más afectado es el de adolescentes de entre 15 y 19 años, con una tasa de 91 casos cada 100.000 habitantes. Le sigue el grupo de 20 a 24 años, con 85 casos cada 100.000. Pero un dato inquietante se cuela entre los porcentajes: 23 eventos fueron registrados en niñas y niños de entre 5 y 9 años. Aunque representan apenas el 0,2%, el informe lo señala como "una señal de alerta" para reforzar estrategias de detección precoz en las infancias.
En cuanto a la distribución por género, el 60% de los intentos corresponden a mujeres, pero los varones presentan una letalidad cinco veces mayor. El 11,1% de los intentos en hombres terminan en muerte, contra el 2,2% en mujeres.
Frente a estos datos, el Ministerio de Salud insiste en que la principal herramienta es la prevención, y que esta debe ser abordada desde una perspectiva de cuidados integrales y colectivos. En particular, se apunta a adolescentes y personas mayores, considerados los dos grupos más vulnerables.
El informe no busca alarmar, sino visibilizar. Poner en cifras lo que durante años fue invisible: una crisis silenciosa que atraviesa edades, géneros y territorios. Y que hoy, más que nunca, exige respuestas urgentes.
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