Revancha: la acusaron de abuso, era inocente y ahora su carrera dio un giro

La maestra de Tupungato que hace apenas dos meses fue detenida e imputada tras una falsa alerta de Google que la vinculó a un supuesto caso de abuso infantil, vive hoy un momento muy distinto. Volvió a las aulas, volvió a enseñar, y acaba de rendir con éxito el concurso de jerarquía directiva que le permitirá competir en diciembre para convertirse en directora titular de una escuela.

"Sigo apostando a este sistema educativo, aunque fue muy duro conmigo", contó la docente al Post, aunque lamentó que la Dirección General de Escuelas (DGE) aún no haya dado respuesta a la revocatoria que presentó para recuperar su puesto como vicedirectora. "Lamentablemente nadie asume haberse equivocado", dijo.

A pesar de que la Justicia la sobreseyó completamente y declaró su inocencia, la mujer continúa sin su cargo jerárquico. La DGE permitió que retomara sus tareas frente a alumnos, pero el puesto de vicedirectora ya fue ocupado por otra docente.

"Es un motivo de alegría haber rendido bien y poder concursar, pero es medio triste haber perdido mi cargo. Ojalá pueda cambiar la historia desde algún lugar", expresó con una mezcla de emoción y esperanza.

Por su parte, la DGE aclaró que no corresponde la devolución del cargo jerárquico ya que ella no lo tenía, solo estaba supliendo a alguien en la vicedirección. Detallaron que los cargos suplentes no se devuelven cuando se pierden por la razón que fuere, porque automáticamente se reemplaza con otro suplente.

Ver: "Una pesadilla": habló la docente injustamente detenida por abuso infantil

La historia de esta maestra tuvo un vuelco inesperado. El 7 de agosto fue detenida luego de que un sistema automático de Google interpretara como material de abuso infantil un video que su nieta intentó subir a YouTube. La denuncia fue generada de forma automática y derivó en una investigación penal que la llevó a pasar días detenida, imputada y separada de su trabajo.

Finalmente, el proceso judicial comprobó que nunca existió delito alguno, que todo se trató de un error tecnológico, y la educadora fue absuelta y sobreseída. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: su reputación, su cargo y su tranquilidad habían sido puestos en jaque por un sistema automatizado y una respuesta institucional que tardó en rectificarse.

Hoy, mientras espera que la DGE revierta esa situación, la docente -que está cerca de jubilarse- se prepara para una nueva etapa profesional. "Voy a poder concursar, gracias a Dios", dijo con alivio.