Del Graf Spee al Barrio Cano: la huella de los marinos alemanes en Mendoza

Un grupo de alemanes vivieron en pleno corazón de la ciudad. Esta es parte de la historia de "los alemanes del Barrio Cano".

Del Graf Spee al Barrio Cano: la huella de los marinos alemanes en Mendoza

Por:Juan Manuel Lucero
Periodista

La historia de Mendoza guarda episodios extraordinarios que conectan a la provincia con algunos de los hechos más impactantes de los siglos XIX y XX. La ciudad que acunó la libertad de medio continente también fue sitio donde vivieron refugiados alemanes en plena Segunda Guerra Mundial.

Este grupo de marinos alemanes que, tras el hundimiento del acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee en el Río de la Plata, llegaron a la provincia y se instalaron en el corazón de la Ciudad, en el por entonces naciente Barrio Cano.

El Admiral Graf Spee.

El Graf Spee fue protagonista de la Batalla del Río de la Plata, el 13 de diciembre de 1939, cuando se enfrentó a tres cruceros británicos. El buque fue parcialmente destruido y su capitán, Hans Langsdorff, tomó la decisión de hundirlo frente a las costas de Montevideo para evitar su captura. Días después, el propio Langsdorff se quitó la vida en un hotel de Buenos Aires, dejando una carta en la que destacaba su deber con el honor naval.

Lo que siguió fue  que más de 1.100 tripulantes del buque fueron internados en Argentina, muchos de ellos en Buenos Aires y otras provincias. Algunos, incluso, terminaron en Mendoza.

Según consta en los registros, algunos de estos marinos del Graf Spee vivieron en Mendoza entre los años 1939 y 1946. Los alemanes estaban "a disposición de la Comisión Técnica Militar" y bajo vigilancia, aunque llevaban una vida relativamente libre.

Aunque la mayoría tenía pasaportes vencidos y se encontraban en situación de internamiento forzoso, recibían mensualmente subsidios del gobierno alemán para su manutención. La correspondencia y las visitas también estaban controladas por la Policía Federal, que informaba sobre sus actividades.

Así eran las cédulas de internación de los alemanes en Argentina.

Muchos de ellos, una vez finalizada su internación, eligieron quedarse en el país, y algunos se instalaron definitivamente en Mendoza. Mientras el gobierno argentino en acuerdo con Alemania enviaba a los refugiados a su país y a "campos de desnazificación", algunos de ellos eligieron casarse y regularizar su situación quedándose a vivir en la Argentina.

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El vínculo con el Barrio Cano

Volviendo algunos pasos, como te contó el Post días atrás en la nota "El Barrio Cano y la 'arquitectura alemana' en el corazón de Mendoza", por aquellos años también comenzaba a gestarse el Barrio Cano, un proyecto urbano moderno impulsado en los márgenes de la Ciudad.

Su arquitectura racionalista, funcional y sobria, fue ideada por técnicos y arquitectos locales con formación vinculada -vaya guiño del destino- al racionalismo alemán.

Diversos documentos recopilados por investigadores mendocinos apuntan a que algunos de los marinos refugiados del Graf Spee, junto con otros inmigrantes alemanes, colaboraron como técnicos o aportaron conocimientos en áreas vinculadas a la ingeniería, la electricidad y la consolidación de obras dentro del Barrio Cano y otras obras en la Ciudad.

La mayoría de estos alemanes mantuvo un perfil bajo durante y después de la guerra. Evitaban hablar de política y buscaban integrarse sin llamar la atención. Algunos trabajaron en el Ferrocarril General San Martín, otros en empresas de maquinaria o como técnicos electromecánicos. Con el tiempo, formaron familias en Mendoza, y su historia fue quedando diluida en la memoria barrial.

Ver más: El Barrio Cano y la "arquitectura alemana" en el corazón de Mendoza

La figura más destacada fue el profesor Gustavo Neumann, quien se convirtió en un referente del atletismo en Mendoza.  Según consta en un documento que la licenciada Elsa Rodríguez, jefa de Patrimonio Cultural de la Ciudad de Mendoza, compartió al Post, "finalizada la guerra, Alemania mandó a buscar a los ex combatientes. El objetivo era rehabilitarlos en campos de 'desnazificación'". 

Ante ese contexto, Neumann fue protegido por militares vernáculos y luego cayó preso en Martín García. Un visto bueno del presidente Perón selló su libertad. A partir de entonces, el ex marino se convirtió en profesor de atletismo y uno de los pioneros de la gimnasia deportiva y artística en Mendoza

Gustavo Neumann.

"Cuando terminó la guerra, me llegó la orden de vender todos los elementos deportivos y volver a Alemania", reveló en una entrevista el propio Neumann en ocasión de un aniversario del hundimiento del Graf Spee. El temor de que los llevaran a los campos de desnazificación se apoderó de todo el grupo: "Muchos resolvieron casarse, porque era la única forma de quedarse acá. Otros regresaron", contó entonces el ex marino. 

Ya asentado en Mendoza, Neumann trabajó en el Liceo Militar, en el Club Maristas y el Club YPF, incluso existen huellas de su legado en el Área de Deportes de la UNCuyo, donde años después también se desempeñó.

Si bien el barco en el que viajaban se encontró simbología nazi (e incluso Uruguay tiene en su poder un águila con una esvástica que ornamentaba al Graf Spee). "No éramos nazis. La guerra se declaró cuando estábamos en el mar. Cuando zarpamos no sabíamos qué nos esperaba", aseguró en su momento Neumann.

Hoy, más de ocho décadas después del hundimiento del Graf Spee, la conexión entre la provincia y uno de los episodios más resonantes del inicio de la Segunda Guerra Mundial es un recordatorio de cómo la historia global también se filtra por las rendijas de la historia local. 

Conocernos, conocer nuestra historia y la de nuestros vecinos, también es una manera de conocer el mundo. O, como alguna vez dijo Tólstoi: "Quien conoce su aldea conoce el universo".

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