Mercedes Díaz, la primera en producir pistachos en la provincia, destaca el potencial del cultivo. Ya hay más de 2.000 hectáreas en producción y una demanda que no para de crecer.
El "oro verde" también se cultiva en Mendoza y tiene alto valor de mercado
Durante una entrevista en el programa Tenés que Saberlo que se emite de unes a viernes de 7 a 10 por Radio Post 92.1, Mercedes Díaz, productora y directora del proyecto Pistachos de Altura, compartió su experiencia como pionera del cultivo de pistacho en Mendoza y brindó un panorama sobre las características, desafíos y posibilidades que ofrece este fruto seco que hoy está en auge.
"Sí, hay zonas que son muy buenas para el pistacho, otras no tanto, y es un cultivo bastante rústico", explicó Díaz, quien lleva más de tres décadas cultivando este fruto en la zona de Agrelo, sobre la Ruta 7. Allí, a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, se instaló con plantas traídas de California: "La parte más antigua tiene ya 30 años, son plantas traídas de California y adaptadas ahí".
A pesar de que Mendoza no es la zona ideal en términos climáticos y de suelo para el pistacho, condiciones que sí se encuentran en provincias vecinas como San Juan o zonas de Lavalle, el cultivo se ha extendido: "Tenemos una idea porque hubo un congreso de frutos secos el año pasado al cual asistí y gracias a eso me enteré que son unas dos mil hectáreas las que hay en Mendoza".
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El pistacho requiere paciencia: comienza a dar frutos recién a los ocho años de plantado. Pero la espera parece valer la pena: "El precio tiene muy buen precio, entonces se está difundiendo cada vez más".
Según Díaz, en Argentina sólo se cultiva una variedad femenina: "En Argentina tenemos solamente una variedad que fructifica, que es la variedad Kerman", y una masculina, llamada Peters, necesarias ambas para la reproducción, ya que se trata de un cultivo con sexos en plantas separadas.
"La forma del árbol es como la del almendro, pero tiene una corteza muy gris. La hoja es bastante gruesa, diferente a lo que es el almendro", detalló para quienes quieran imaginar el aspecto de la planta.
La recolección del pistacho se realiza con máquinas que sacuden el tronco, de forma similar a la cosecha del olivo. "Llega a un punto de madurez en donde el epicarpio se ablanda y se empieza a soltar de la planta y caería solo", explicó.
Sobre los usos del fruto, señaló que aún en Argentina se lo consume mayormente como snack, con cáscara y sal: "Esa forma para mí es como que se pierde un poco el pistacho, porque se lo vende salado. Lo que no hay que hacer es tostarlo fuertemente, porque el sabor cambia y se pierde el color verde, que es muy llamativo".
En gastronomía, además de usarse en heladería, también se incorpora en embutidos como la mortadela. "Cuando lo descascarás, queda la pulpa pura, y eso sí lo usan para heladería, para preparaciones gastronómicas".
Las amenazas para este cultivo son escasas: "Hay muy pocas plagas que lo afectan. Hay algunos hongos de hojas, hongos de suelo, de raíz, plagas de insectos, bicho cesto o alguna chinche, pero fácilmente controlables", aclaró. Sí admitió que un problema grave es el ataque de las catas, aves que afectan también a otros cultivos frutales.
El pistacho es uno de los frutos secos más caros del mercado: "Tiene un precio bastante alto, ya determinado por el precio internacional, pero en momentos de alta demanda como estas, internamente tiene un precio más alto que el internacional".
En cuanto a sus propiedades, Díaz destacó: "Es un fruto muy nutritivo, se habla de aportes de hierro, mucha fibra y también he escuchado que genera formación de melatonina, con lo cual está bueno para combatir el insomnio".
Mercedes Díaz inició el cultivo de pistacho en Mendoza en 1994. "En el 93 traje las plantas y en el 94 las adapté y las puse en el campo", recordó. Según contó, antes de ella hubo un intento con una variedad traída de Chile que no prosperó. Su proyecto no solo abrió un camino productivo, sino que también sirvió como modelo de diversificación: "Nosotros tenemos viñas también para elaborar vinos de alta gama en bodega Caelum".
La productora cerró la entrevista con una invitación: "Estamos en el kilómetro 1062 de la ruta 7. Cuando pasen para el oeste pueden parar y visitarnos".
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