Hoy en día, tras la liberación del tortugo Jorge, la lucha por los derechos de los animales se focaliza en la situación de las mulas "cargueras" que no sólo se usan en el Aconcagua: también en las excursiones al avión de los uruguayos. Los casos más importantes de las últimas décadas.
Mendoza y la defensa de sus animales: del oso Arturo al tortugo Jorge
En Mendoza, cada tanto, ciertos animales se convierten en símbolos de una época. El oso Arturo, que languideció en el zoológico provincial; la chimpancé Cecilia, cuyo caso sentó un precedente mundial en derechos de los animales; el tortugo Jorge, que todavía hoy sigue asombrando con su longevidad y la reciente liberación en el mar, y el caso de las "mulas del Aconcagua", como el reclamo más reciente.
En este Día del Animal, el foco se posa sobre el maltrato que sufren las mulas utilizadas como porteadoras no sólo en el Parque Aconcagua, sino también en otras excursiones turísticas en Mendoza, como la travesía al avión de los uruguayos, que se estrelló en Malargüe en los '70 y que recientemente multiplicó por 10 el interés turístico a partir de la película "La sociedad de la nieve", o en el paso Portillo, en Tunuyán.
Frente a esta situación, surgió un proyecto de ley que busca suspender toda forma de tracción a sangre en Mendoza, incluyendo explícitamente el uso de mulas como animales de carga. "No queremos tracción a sangre en ningún lado, que no sigan usando a las mulas como flete", destacó al Post el diputado Emanuel Fugazzotto, autor de la iniciativa, presentada en 2024.
El proyecto apunta a establecer regulaciones claras sobre el uso de animales para transporte y carga, imponiendo límites estrictos de peso y condiciones de trabajo.
La propuesta abre, además, un debate más amplio sobre el modelo de turismo de aventura en Mendoza, hoy en día concentrado en dos o tres empresas: "Si debe seguir basado en prácticas tradicionales que implican tracción animal, o si es momento de evolucionar hacia alternativas sustentables que respeten los derechos de los animales y el equilibrio ambiental", siguió Fugazzotto, mencionando incluso la existencia de drones que podrían usarse para acercar las cargas a los campamentos bases del Aconcagua.
Arturo: el "animal más triste del mundo"
Gran parte de la gestión del último gobierno peronista de Mendoza giró alrededor de un oso polar, que llevaba décadas viviendo en el Zoológico de Mendoza. Fue a partir de 2012 que, por pedido de fundaciones y ONG internacionales, se inició una campaña para trasladarlo a una reserva en Canadá, mientras se hacía hincapié en las condiciones inadecuadas en las que sobrevivía.
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En aquel momento, las gestiones de dos secretarios de Ambiente, Marcos Zandomeni y Guillermo Elizalde, se focalizaron casi exclusivamente en la situación del oso polar, bautizado "Arturo" por aquella "mascota" de VideoMatch. A eso se sumó el protagonismo de un excéntrico director del Zoológico, el artista plástico Norberto Filippo, que sostenía que el animal "vive una buena vida" en el cautiverio. En el medio, una comitiva de Canadá terminaría analizando al ejemplar y concluyó que no resistiría el traslado, por lo que se priorizó una mejora del hábitat del oso en cautiverio.
Al respecto, el exministro Elizalde recordó, en diálogo con el Post: "En este día de reflexión y compromiso con el cuidado de los animales, cómo no recordar lo que oportunamente pudimos hacer en su última etapa de vida del querido oso Arturo, no sólo desde Gobierno, ya que fue importante la presencia de organizaciones e incluso empresarios: una empresa mendocina donó los equipos de frío para mejorar el hábitat de Arturo".
La muerte del oso Arturo en 2016, con más de 30 años de edad, marcó un hito y fue el argumento principal de la "nueva" gestión provincial para el cierre del zoológico de Mendoza y su transformación en Ecoparque, plan que aún sigue sin finalizarse.
Cecilia: un precedente judicial histórico
Cecilia, una chimpancé del ex zoológico de Mendoza, fue reconocida en 2016 como "sujeto de derecho no humano", cuando la jueza de Garantías Alejandra Mauricio aceptó un hábeas corpus que reclamaba la liberación y traslado a una reserva porque estaba "deprimida y en condiciones de falta de higiene y seguridad".
Este fallo permitió su traslado a un santuario en Brasil, marcando un hito en la jurisprudencia mundial sobre derechos animales.
El fallo judicial se dio casi en paralelo con la sanción de la Ley de Ecoparque y unos meses después, en abril de 2017, Cecilia fue trasladada al Santuario de Grandes Primates en Sorocaba, Brasil. Allí, comenzó una nueva vida en un ambiente natural, conviviendo con otros chimpancés hasta el día de hoy.
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Pocha y Guillermina: de la fosa al santuario y una muerte repentina
Pocha y Guillermina, madre e hija elefantas, vivieron décadas en una fosa de cemento en el ex zoológico de Mendoza. En 2022, fueron trasladadas a un santuario de elefantes en Brasil, después de un fuerte contrapunto entre el Gobierno de Mendoza y la oposición política, principalmente del PJ, quienes sostenían que el destino de los animales no era un "santuario", sino un "criadero".
Finalmente, el entonces ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, finalmente autorizó el traslado a Matto Grosso, donde comenzaron a adaptarse a su nuevo hogar y a interactuar con otras elefantas.
Inicialmente se informó que Pocha, de 55 años, y Guillermina, de 22, había mostrado una "notable mejoría" en su comportamiento y bienestar en un entorno más adecuado para su especie, pero semanas después de llegar a Brasil, la elefanta mayor murió por una infección de tuberculosis micobacteriana.
Guillermina, por su parte, continúa viviendo en el santuario, donde ha sido observada interactuando con otras elefantas y adaptándose a su entorno.
Jorge: regreso al mar tras 40 años
El tortugo Jorge, una tortuga marina de la especie Caretta caretta, se transformó en un verdadero emblema de Mendoza tras vivir casi cuatro décadas en cativerio. Su historia comenzó en 1984, cuando pescadores lo rescataron en una playa cercana a Bahía Blanca. Debido a su delicado estado de salud y a las bajas temperaturas del Atlántico sur, fue trasladado al Acuario Municipal de Mendoza, donde permaneció en un tanque de 20.000 litros de agua dulce.
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En octubre de 2022, Jorge inició una nueva etapa: fue trasladado al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina (CRFMA) en el Aquarium de Mar del Plata. Allí comenzó su adaptación al agua salada, aprendió a alimentarse de manera autónoma y recuperó habilidades esenciales para sobrevivir en el océano.
Finalmente, el pasado 11 de abril de 2025, Jorge regresó al mar. Su liberación se realizó a unas 10 millas náuticas (aproximadamente 18 kilómetros) de la costa de Mar del Plata. La operación fue llevada a cabo por la Prefectura Naval Argentina, que lo trasladó a bordo del guardacostas GC-72 "Buenos Aires". Una vez en el lugar indicado, Jorge fue bajado al agua con una grúa y acompañado en su primer contacto con el océano por nadadores de rescate.
Para seguir de cerca su readaptación al medio marino, se le colocó un dispositivo de rastreo satelital que permite monitorear sus movimientos cuando sale a la superficie. Este seguimiento está a cargo de investigadores del CONICET y de la Municipalidad de Mendoza. La última ubicación conocida de Jorge fue en Uruguay, cerca de las playas de Piriápolis.
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