Elizabeth dejó su emprendimiento gastronómico vegetariano y hoy se dedica a dar clases de manejo. Dice que aunque no hace distinción de género, la mayoría de su clientela son mujeres.
Fracasó emprendiendo y ahora enseña a otras mujeres a manejar
Muchas personas buscan aprender a manejar, pero varias cargan con un miedo difícil de explicar. Algunas pasaron por malas experiencias, otras sienten inseguridad ante el tránsito o la mirada de los demás. Elizabeth Díaz Masa, tenía un emprendimiento gastronómico pero encontró una meta laboral diferente: enseñar a conducir ayudando a superar el temor y ganar autonomía. Si bien está abierta a todo público la mayoría de sus clientas son mujeres.
"Disfruto acompañar el proceso de cada persona, es maravilloso ver cómo se empoderan al aprender a conducir", contó Elizabeth en diálogo con el Post. Su iniciativa nació casi por casualidad, enseñando a familiares y amigas. "Me encontré tan cómoda que pensé: esto puede ser mi trabajo. Soy paciente y disfruto enseñar", recordó.
Hasta hace poco, Elizabeth tenía un emprendimiento de comidas vegetarianas congeladas en Mendoza, que sostuvo durante seis años. Pero el negocio comenzó a exigirle demasiado y dejó de ser rentable. "Me costaba mucha energía, dinero y esfuerzo sostener algo que no me daba el resultado que esperaba. Así que decidí reinventarme", explicó.
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Comenzó a ofrecer clases de manejo a comienzos del 2025, y en pocos meses ya formó a seis alumnas, de las cuales cuatro obtuvieron su licencia. "El resultado fue tan bueno que decidí cerrar el otro negocio y dedicarme de lleno a esto", dijo con entusiasmo.
La mayoría de sus estudiantes son mujeres de entre 30 y 40 años, muchas con experiencias traumáticas al volante. "Algunas las trataron mal, que no les tuvieron paciencia o que les enseñaron con miedo. Todo eso termina afectando mucho la confianza", explicó la emprendedora.
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Según Elizabeth de 30 años, muchas mujeres prefieren tener una instructora mujer porque se sienten más cómodas y comprendidas. "Me buscan porque soy mujer y les transmito tranquilidad", resumió.
Los temores de las personas al enfrentarse al manejo son variados: "Tienen miedo a chocar, a no poder reaccionar, al tráfico, a las camionetas. En realidad, es el miedo común que todos tenemos al principio, pero con práctica y prudencia esos temores desaparecen", aseguró la instructora.
Aunque su enfoque principal son las mujeres, también ha recibido consultas de hombres. "Me escribieron varios, pero solo uno se animó, y es un amigo", admitió entre risas.
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Además de su experiencia, la ahora nueva instructora se capacitó formalmente para dar clases. "Me saqué la licencia profesional, repasé toda la normativa de tránsito y me mantengo en contacto con instructores de Godoy Cruz, de quienes aprendo mucho. Siempre estoy abierta a seguir formándome", destacó.
Elizabeth también se las ingenia para enseñar con recursos caseros. "Uso botellones con piedras, reposeras o conos para armar circuitos. Si no tengo nada, uso lo que haya: piedras, ramas, hojas. Con eso te armo un lugar para practicar estacionamiento o zigzag", dijo.
Su objetivo no es solo que las personas obtengan la licencia, sino que recuperen la confianza. "Acompaño a las estudiantes a rendir si me lo piden. Me gusta estar ahí, ver cómo logran algo que creían imposible", afirmó.
Lo que más disfruta, dice, es enseñar desde la tranquilidad. "No me gusta el método del miedo, eso de gritar ‘¡frená rápido!'. Prefiero enseñar desde la calma, porque así la persona confía en sí misma y aprende a reaccionar con seguridad", reflexionó.
La instructora concluyó con una idea que resume su filosofía: "Confiar en uno mismo es lo más importante"
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